El hombre tranquilo que vino de Interior
El 'estilo Astarloa' se hace un hueco en campa?a entre el discurso bronco del PP
Ignacio Astarloa es por formaci¨®n y trayectoria un hombre de leyes, de constituciones y parlamentos. Pero desde la barrera. Siempre entre bambalinas en los hemiciclos, alejado de las tribunas, los focos y, sobre todo, del aplauso f¨¢cil y de la mercadotecnia electoral. Lo que en pol¨ªtica denominan un hombre "poco maleado". Por eso su estilo ha sorprendido dentro y fuera del partido; entre los que votan al PP ("es otra forma de decir las cosas, plano pero con contenido" y "sin estridencias") y entre los que lo dirigen ("no le conoc¨ªa, pero ?qu¨¦ educado es!", aseguraba una senadora la semana pasada, en un acto con jubilados). Pero tambi¨¦n entre los que se han acercado hasta los m¨ªtines y los que han recogido de su mano propaganda electoral, en los escasos actos que los populares han realizado hasta ahora en la calle. "No es que me haya convencido, pero sabe escuchar", apreciaba una jubilada de las muchas preocupadas por los pocos euros que llegan a sus bolsillos a fin de mes.
Locuaz, pregunt¨®n y no exento de socarroner¨ªa, lleva mezcl¨¢ndose con la sociedad vasca y tomando el pulso a las fuerzas vivas y la temperatura a los militantes vizca¨ªnos desde que aterriz¨® en plena precampa?a. Se ha entrevistado con tantas personas como cigarrillos lights quema a lo largo del d¨ªa; en hoteles, en cafeter¨ªas, salones privados y en las sedes, aut¨¦nticos "refugios clandestinos" para una militancia que no gana para sustos. Con muchas preguntas, pero dos b¨¢sicas: "Sabiendo que se van a estrellar, ?por qu¨¦ sigue empe?ado Ibarretxe en su plan?", y otra mucho m¨¢s prosaica: "?Ad¨®nde van a ir los votos de HB?", inquiere Astarloa, sabedor de que el tercer esca?o ganado en 2000 puede volar hacia IU.
A caballo entre Madrid y Bilbao, su tel¨¦fono de secretario de Estado de Seguridad puede sonar en cualquier momento. Y el d¨ªa para un responsable de Interior parece tener siempre m¨¢s de 24 horas. Present¨® su candidatura en precampa?a junto a Mayor y Azpiroz, en plena pol¨¦mica por el caso Carod y su utilizaci¨®n partidista por parte del Gobierno. Ese d¨ªa habl¨® de sus motivos m¨¢s ¨ªntimos para dar el salto a arena electoral, entre ellos su "vocaci¨®n de servidor p¨²blico". Pero su intervenci¨®n como candidato pas¨® a segundo plano en los informativos.
A duras penas logra Astarloa sacudirse su condici¨®n de n¨²mero dos de Interior, de "jefe de la Polic¨ªa espa?ola", como le bautiz¨® a modo de bienvenida I?aki Anasagasti, obsesionado desde hace a?os con los Astarloa. Aunque no parece que eso vaya a restarle votos. Y menos desde que Mayor, antes, y Nicolas Sarkozy, ahora, hayan puesto de moda eso de que el jefe de Interior sea el ministro mejor valorado.
La campa?a va de susto en susto. "La noche de la detenci¨®n de los etarras en Ca?averas no durmi¨®. Al d¨ªa siguiente acabamos con los Premios Ercilla de teatro a las dos de la ma?ana. Y a las 5.30 ya est¨¢bamos despiertos para coger el avi¨®n para Madrid para ir a una entrevista en una televisi¨®n", cuenta un colaborador. Sin parar.
Lo que realmente es el cabeza de lista del PP en Vizcaya es una esponja. Siempre con una oreja dispuesta a escuchar un consejo, una ocurrencia, y tambi¨¦n los gritos de "!No a la guerra!" que les han regalado en alguna de sus escasas incursiones por el asfalto. O la despedida que le brind¨® un antiguo funcionario del Gobierno civil: "?Arriba Espa?a, Viva Franco!". Pese a todo, prefiere la distancia corta, el corrillo, el di¨¢logo en torno a una mesa. Y no lleg¨® a entender que los "campeones del di¨¢logo", dice, los "gladiadores" del PNV, EA e IU, no acudieran a una mesa redonda prevista en la Universidad el jueves pasado.
Sin llegar a desenvolverse como el animal pol¨ªtico que no es -su tono monocorde y pausado remite m¨¢s a su pasado de profesor universitario-, Astarloa ha entrado por primera vez en su vida en campa?a. Y qui¨¦n sabe si tambi¨¦n en la nueva etapa que en poco tiempo se abrir¨¢ en el PP vasco tras la salida de Mayor.
Mientras tanto se empe?a en no agitar mucho las aguas nacionalistas y en "explicarle bien a la etxekoandre y al negur¨ªtico nuestro proyecto de convivencia", resume.
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