Horrillo patenta su estilo ganador

Cuando lo ve claro Pedro Horrillo es que es impepinable. "Cuando lo veo claro en una carrera me siento como si lo estuviera observando por la tele. Veo que pasan por un punto clave y no puedo menos que vocear, 'jo, si yo estuviera all¨ª, atacar¨ªa en ese sitio y ganar¨ªa la etapa seguro', explica. "En esta etapa pasamos una primera vez, a 16 kil¨®metros del final, por la meta, y vi que a 600 metros hab¨ªa una curva clave, vi que estaba a comienzos de un repecho y que luego ¨¦ste se empinaba m¨¢s a¨²n. Y me dije que quien atacara all¨ª ganaba, y que ¨¦se iba a ser yo. Lo vi clar¨ªsimo".

El corredor de Ermua, de 29 a?os, logr¨® su quinto triunfo en cinco a?os como profesional, la victoria m¨¢s prestigiosa: la segunda etapa de la Par¨ªs-Niza, una carrera hors cat¨¦gorie. Hace una semana estaba hundido. El amigo de los campeones, el ¨ªntimo de ?scar Freire e Igor Astarloa, disputaba la Vuelta a Valencia y se ve¨ªa tan bien y tan fuerte que estaba convencido de que alguna etapa cazar¨ªa tirando de su estilo propio, una peculiar mezcla de fuerza, oportunismo, intuici¨®n y lucidez, y convenci¨® a los compa?eros de equipo, belgas e italianos del Quick Step, de que le ayudaran en su empe?o. Acab¨® sin victorias y tirado en una zanja, una ca¨ªda dolorosa que le cost¨® un dedo y un codo machacados y la desmoralizaci¨®n, el convencimiento de que si bien no se acaba el a?o ah¨ª -un a?o en que debe renovar contrato- s¨ª que se hab¨ªan esfumado sus sue?os de formar parte del grupo selecto que disputar¨ªa en primavera las cl¨¢sicas belgas. "Y, de hecho", dec¨ªa ayer Horrillo, reci¨¦n casado con Lorena, "el n¨²cleo del equipo de las cl¨¢sicas, Museeuw, Bettini y compa?¨ªa est¨¢n en la Tirreno-Adri¨¢tico, y a m¨ª me hab¨ªan tra¨ªdo a la Par¨ªs-Niza para ser el lanzador de nuestro sprinter, Tom Boonen".

Pero result¨® que por una vez la desgracia no le toc¨® a Horrillo, quien se pas¨® media temporada pasada malamente con persistentes e inexplicados dolores de espalda, sino a Boonen, que en el fragor de una etapa tremenda -los del CSC montaron grandes abanicos y no pararon desde el principio, dejaron fuera de juego a los Liberty y Baleares, entre otros-, rompi¨® la rueda. Liberado de servidumbre, Horrillo vio la curva y a la segunda pasada hizo como hab¨ªa pensado, dejando clavados a cracks del nivel de Bartoli o Beat Zberg. "Fue fabulosos", dijo Horrillo, quien ya se ha ganado una plaza para la Mil¨¢n-San Remo y piensa seriamente en patentar su estilo ganador. "Me sent¨ª imparable y me dio tiempo a disfrutar, a volverme y verles a todos perseguirme in¨²tilmente, a saber que hicieran lo que hicieran iba a ganar yo".