Si t¨² quieres, podremos
Pese a f¨¢ciles pron¨®sticos del derrotismo ilustrado, las ¨²ltimas encuestas hablan de la poca mella electoral de las mentiras y calumnias del PP sobre Catalu?a y ETA. Por el contrario, aumentan los apoyos al PSOE, ¨¦ste recibe el de antiguos votantes de otros partidos, se movilizan los desencantados propios y los j¨®venes se apuntan al cambio que lidera ZP, el cual convence a los suyos y a los dem¨¢s, mientras que el ahijado de Jose Mari Aznar, con su estilo gris y su miedo a un debate cara a cara, decepciona a muchos de sus seguidores. Por todo ello, en s¨®lo un mes y medio, el PP ha retrocedido un punto y el PSOE ha ganado tres. Al mismo tiempo, el resto de la izquierda y los grupos nacionalistas y regionalistas que han augurado o prometido la investidura del candidato socialista han crecido 29 puntos a costa de los 21 que pierden entre el PP y CiU. Si a esto sumamos que el 87% de los encuestados afirma que ir¨¢ a votar el 14-M, tan alta participaci¨®n no s¨®lo se?ala clara conciencia de lo que se juega el pa¨ªs ese d¨ªa, sino que indica un aumento mayor de posibilidades para las fuerzas que se han propuesto derrotar al PP.
Seg¨²n la ¨²ltima encuesta de Noxa, el 62% exige un cambio de partido gobernante (en Catalu?a,el 73%). El 42% quiere la victoria del PSOE frente al 36% que prefiere la del PP. Los electores de todos los partidos dan su aprobado a ZP menos el PP, que lo suspende suavemente con un 4,6. Al se?or Rajoy lo suspenden todos menos los de CiU. De los candidatos catalanes s¨®lo aumenta su valoraci¨®n Jos¨¦ Montilla, del PSC, y los tres partidos del Gobierno de la Generalitat ganan 19 puntos, mientras que el PP y CiU pierden 8. La intenci¨®n declarada de voto es, en porcentaje, 31 para el PSC, 15,6 para CiU, 14,7 para el PP, 8,8 para ERC y 6,2 para ICV. Los nuevos votantes, antiguos abstencionistas o j¨®venes, se apuntan principalmente al PSC (53%) y a ERC (22%). En cuanto a las preferencias de los catalanes en la rivalidad PP-PSOE, el 52% opta por los socialistas (6 puntos m¨¢s que en el resto del Estado) y el 22% por el PP (14 puntos menos que fuera de Catalu?a). Lo m¨¢s significativo es que, entre los votantes usuales de CiU, el 37% prefiere que gane el PSOE frente al 27% que desea la victoria de su propia federaci¨®n nacionalista. Algo similar ocurre con los candidatos. Zapatero convence al 63% de los catalanes (50% en Espa?a) y el se?or Rajoy tan s¨®lo al 27% (41% en Espa?a).
Si del futuro comportamiento electoral pasamos a la distribuci¨®n de esca?os, las encuestas de Opina y Noxa (la del CIS, con su mayor¨ªa absoluta del PP, de 176 esca?os exactos, es pura broma del cocinero a sueldo) coinciden en conceder entre 175 y 177 a un PSOE apoyado por IU, ERC,PNV-EA, BNG y CHA, lo cual supondr¨ªa su investidura si ZP no se empe?a toreramente en quedarse solo frente al astado Rajoy-Aznar. Quiere esto decir que los 165 esca?os previstos para el PP necesitar¨¢n los 4 de Coalici¨®n Canaria m¨¢s los 9 o 10 de CiU para alcanzar la mayor¨ªa absoluta, pues por separado no llegar¨ªa. Si el se?or Duran Lleida cumple lo prometido, no se sumar¨¢ o se abstendr¨¢ en la primera vuelta de la investidura del se?or Rajoy, en el caso de obtener ¨¦ste m¨¢s esca?os que Zapatero. Pero en la segunda vuelta, cuando para ser proclamado presidente del Gobierno el candidato de la derecha necesite contar con m¨¢s s¨ªes que noes, una nueva abstenci¨®n de CiU, que disminuir¨¢ la cifra del no, puede ser suficiente para que el PP siga mandando como hasta ahora y a su manera. El democristiano no habr¨¢ faltado a su palabra de no votar a favor de ambos candidatos ni de no sumarse a una alianza anti-PP. Sencillamente, su abstenci¨®n permitir¨¢ que, en duelo tan ajustado, CiU sea decisiva para la perpetuaci¨®n en el poder de su viejo aliado en Catalu?a y Espa?a.
?Qu¨¦ m¨¢s puedo decirle al lector tras todo lo anterior? Que, como vemos, Catalu?a, junto a la Andaluc¨ªa con mayor¨ªa absoluta socialista (preludio, como en 1982, de una victoria general), va a la cabeza de un cambio cada vez m¨¢s posible, pues sus apoyos van e ir¨¢n en aumento. Que no puede nombrar a Catalu?a quien no tiene reparos en apoyar, aunque sea pasivamente, al que se ha negado aceptar el nuevo Estatuto y la financiaci¨®n que precisan las pol¨ªticas sociales de la nueva Generalitat. Que el votante de buena fe de CiU sepa que su voto puede ser util¨ªsimo para el PP. Y que es bueno que el PSOE necesite los esca?os que apartar¨¢n al PP del poder, pero la reducci¨®n de sus votos, provocada por los de sus aliados futuros, podr¨ªa impedir justamente la finalidad de ¨¦stos,pues la distancia entre Rajoy y Zapatero ser¨ªa mayor y al socialista de nada le valdr¨ªan los bienintencionados esca?os ofrecidos por ERC e ICV.
Mi conclusi¨®n coincide con un eslogan electoral que ha hecho fortuna porque tan s¨®lo obliga moralmente. "Si t¨² quieres, derrotaremos al PP". En otras circunstancias y con cualquier otro partido el eslogan ser¨ªa discutible, aunque, desde luego, menos impresentable que la campa?a mendaz y calumniosa que est¨¢ haciendo el Gobierno. Pero ahora se trata, por pura higiene democr¨¢tica, de acabar con un estilo y una actuaci¨®n constantes durante cuatro a?os que nos averg¨¹enza como ciudadanos. La democracia ha de ser defendida, y la democracia somos los electores. La democracia eres t¨², lector elector. Y querer es poder. Si t¨² quieres, podremos restaurar la democracia espa?ola y el autogobierno de Catalu?a. Pero s¨®lo si lo quieres de verdad y no de palabra.
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