La victoria anunciada de Putin
El Kremlin todav¨ªa sabe guardar sus secretos: mientras que a¨²n se ignoran las razones de por qu¨¦ Vlad¨ªmir Putin decidi¨® destituir a su primer ministro, Mija¨ªl Kasi¨¢nov, a finales del mes pasado, el sucesor de este ¨²ltimo fue nombrado a primeros de este mes. Se trata de un alto cargo desconocido para el gran p¨²blico, pero familiar dentro del mundillo pol¨ªtico moscovita: Mija¨ªl Fradkov. Nacido en 1950 en una provincia lejana, el nuevo jefe del Gobierno ruso parec¨ªa encaminado a una banal carrera de economista sovi¨¦tico cuando la URSS se derrumb¨®. Nombrado viceministro encargado del Comercio Exterior por Bor¨ªs Yeltsin, este ex jefe de la polic¨ªa fiscal ocup¨® varios puestos en el extranjero -habla ingl¨¦s y espa?ol- antes de convertirse, bajo Putin, en representante de Rusia ante la Uni¨®n Europea y enviado presidencial para desarrollar las relaciones con Bruselas. De su programa de gobierno todav¨ªa no se sabe gran cosa, pero el pasado d¨ªa 5 fue refrendado generosamente por la Duma con 358 votos, es decir, m¨¢s que la mayor¨ªa del partido Rusia Unida.
Aunque su marcha fue recibida con sorpresa, su predecesor parec¨ªa condenado desde hac¨ªa tiempo. ?Acaso no os¨® contradecir al mism¨ªsimo Putin en el esc¨¢ndalo del oligarca Jodorkovski? Los v¨ªnculos de Kasi¨¢nov -bautizado en Mosc¨² como "se?or 2%"- con el mundo de los negocios eran notorios. El mundo pol¨ªtico incluso recibi¨® con tono jocoso su nombramiento por parte de Putin al frente de una comisi¨®n encargada de luchar contra la corrupci¨®n. "Es como pedirle a un zorro que guarde un gallinero", se dec¨ªa en Mosc¨². Es cierto que, pese a los esfuerzos de Kasi¨¢nov, Rusia ocupa una poco honrosa 89? posici¨®n en la clasificaci¨®n de los pa¨ªses que luchan contra la corrupci¨®n...
Oficialmente, Kasi¨¢nov no ha estado implicado en ning¨²n negocio sospechoso. Como buen sovi¨¦tico, este ingeniero de 47 a?os empez¨® su carrera en el Gosplan y fue Bor¨ªs Yeltsin quien le llam¨® para el Ministerio de Econom¨ªa, primero en el departamento de Cr¨¦ditos Exteriores y, en 1995, como viceministro, ministro y, finalmente, primer ministro. Fue tambi¨¦n el ex presidente quien lo impuso a Putin para que vigilase al nuevo amo del Kremlin. Tras cuatro a?os de "cohabitaci¨®n", Putin tuvo la oportunidad, durante la elecci¨®n de la nueva Duma, de poner fin a esta alianza impuesta y nombrar un nuevo Gobierno. No lo hizo por razones que hoy siguen siendo un misterio.
Igual de misteriosas son las razones del actual descenso del presidente ruso en las encuestas. Pr¨¢cticamente, siendo el ¨²nico candidato conocido a nivel nacional, hab¨ªa alcanzado el 80% de la intenci¨®n de voto cuando la curva empez¨® a desmoronarse, para caer en los ¨²ltimos d¨ªas hasta el 71%. ?Hay que imputar este descenso -relativo- a errores de su aparato propagand¨ªstico o a su discurso program¨¢tico del 12 de febrero, pronunciado en el Kremlin, ante un auditorio de fieles? En esta ocasi¨®n, por primera vez y para sorpresa de algunos de sus interlocutores, declar¨® ser claramente un "liberal", partidario incondicional del libre mercado y de la competencia, cuando, hasta entonces, su habilidad consist¨ªa precisamente en no pronunciarse sobre cuestiones ideol¨®gicas y hablar del futuro s¨®lo en t¨¦rminos generales. Una ambig¨¹edad que le val¨ªa para ser considerado de centro-izquierda por el 80% de sus compatriotas, seg¨²n las encuestas. Imaginamos la sorpresa -negativa- que supuso para esta parte de su electorado la revelaci¨®n del liberalismo econ¨®mico de Putin, sobre todo al no ser contrarrestada por ninguna cr¨ªtica contra los oligarcas, ampliamente odiados.
En realidad, todo ocurre como si Putin tuviese una confianza ciega en la "maquinaria estatal" que ha reorganizado profundamente a lo largo de sus cuatro a?os en el poder, colocando a sus fieles en todos los puestos clave. El pasado 7 de diciembre, durante las elecciones a la Duma, esta reorganizaci¨®n demostr¨® sus efectos: con un 36% de los votos, el partido gubernamental, Rusia Unida, obtuvo 310 de los 450 esca?os disponibles. La presidencia del Parlamento y la de todas las comisiones fueron a parar a manos de la nueva mayor¨ªa. Dicho de otro modo, Putin se regal¨® una c¨¢mara de registro dispuesta a avalar cualquier decisi¨®n del Kremlin. ?Le permitir¨¢ esta maquinaria pol¨ªtica y electoral, bien rodada para utilizar "los recursos administrativos", como se dice en Mosc¨², superar el ¨²ltimo obst¨¢culo antes de las elecciones presidenciales del pr¨®ximo domingo 14, o sea, conseguir que el 50% de los inscritos acudan a las urnas?
?ste es hoy el ¨²nico verdadero envite de estas elecciones. Esta vez, los principales competidores de Putin en los comicios anteriores -Guenadi Ziug¨¢nov, Vlad¨ªmir Zhirinovski y Grigori Yavlinski- no se presentan. Los dos primeros han elegido para sustituirles a Nicol¨¢i Jarit¨®nov y Oleg Malishkin, mientras que Yavlinski llama al boicot. Ex jefe del Partido Campesino, Jarit¨®nov, que carece totalmente de carisma, tuvo durante mucho tiempo s¨®lo el 1,5% de intenci¨®n de voto antes de subir recientemente hasta el 5%. En cuanto a Malichkin, guardaespaldas de Vlad¨ªmir Zhirinovski, sobre todo conocido por la solidez de sus pu?os, s¨®lo ha sido designado para mostrar que las elecciones son una farsa...
De los otros tres candidatos, Irina Jakamada, ex copresidenta de la Uni¨®n de Fuerzas de Derecha, acaba de sufrir una amplia derrota en las elecciones legislativas, pero sigue clamando que est¨¢ financiada por el oligarca encarcelado Mija¨ªl Jodorkovski, como si no viese que puede haber una relaci¨®n de causa y efecto entre ambos hechos. Por su parte, el economista Sergu¨¦i Gl¨¢ziev, que fue ministro de Yeltsin y m¨¢s tarde pr¨®ximo al general L¨¦bed, fue diputado comunista antes de fundar el partido Patria, que obtuvo el 9% de los votos a la Duma, lo que no le ha disuadido de presentar su candidatura. Pero su socio en Patria Dimitri Ragoz¨ªn, un fiel de Putin, ha logrado excluirle del partido, lo que reduce a¨²n m¨¢s sus muy escasas posibilidades. Hay que decir que a los rusos no les atraen las urnas. Fue necesario en 1996 un dram¨¢tico duelo entre Bor¨ªs Yeltsin y su adversario comunista, Guenadi Ziug¨¢nov, para que, en la segunda vuelta, el 68% de los electores se decidiesen a votar. Desde este enfrentamiento, la participaci¨®n est¨¢ en ca¨ªdalibre: el pasado oto?o s¨®lo acudi¨® el 28% del electorado para elegir al gobernador de San Petersburgo.
Las mort¨ªferas cat¨¢strofes que han golpeado a Mosc¨² sin duda han contribuido a alejar a la opini¨®n p¨²blica de esta l¨²gubre campa?a electoral en la que no hay nada realmente en juego. Tras la bomba que mat¨® a 41 personas e hiri¨® a un centenar en el metro, se produjo el hundimiento del techo de cristal del "mayor parque acu¨¢tico de Europa", que provoc¨® 28 fallecidos y numerosos heridos. El origen accidental de esta segunda tragedia est¨¢ m¨¢s o menos claro, pero el atentado en el metro fue inmediatamente atribuido por Putin a los "terroristas bandidos chechenos". Lo que no ha aumentado la confianza que los rusos tienen en su presidente en lo que respecta a resolver el conflicto del C¨¢ucaso: las encuestas muestran que s¨®lo el 16% de las personas preguntadas le consideran capaz de poner fin a la guerra en Chechenia.
Aunque tiene la victoria garantizada, Putin realiza grandes esfuerzos para dar la impresi¨®n de que desarrolla una campa?a. Tras desplazarse hasta Jab¨¢rovsk, en Siberia, para inaugurar una carretera que est¨¢ todav¨ªa en obras, se puso el uniforme de comandante en jefe para asistir a las m¨¢s importantes maniobras de las fuerzas de misiles terrestres y mar¨ªtimos que se han organizado desde la ¨¦poca de Yuri Andr¨®pov. Visiblemente muy satisfecho de lo que hab¨ªa visto, anunci¨® que en 2010 Rusia dispondr¨¢ de misiles capaces de alcanzar sus objetivos all¨¢ donde est¨¦n y sean cuales sean las defensas a las que deban enfrentarse. Los l¨ªderes estadounidenses, a quienes iba claramente dirigido este mensaje, lo recibieron con indiferencia. En cambio, los expertos estadounidenses advirtieron con inter¨¦s que tres misiles lanzados recientemente por unos submarinos rusos fallaron en su vuelo y tuvieron que ser destruidos. Es cierto que ten¨ªan m¨¢s de 15 a?os de antig¨¹edad y que para unos misiles es el l¨ªmite. Una forma cruel de recordar a Rusia que ya no es una superpotencia...
Hoy, que nadie amenaza a Rusia, Vlad¨ªmir Putin se muestra de buen grado en uniforme militar, sin duda para recordar que cuenta con el apoyo del Ej¨¦rcito. Pero este ex coronel del KGB se encuentra menos c¨®modo a la hora de explicar a sus compatriotas c¨®mo va a vencer la miseria que corroe el pa¨ªs. Porque si la nueva Rusia es hoy un Eldorado para los ricos, que s¨®lo representan el 5% de la poblaci¨®n, la inmensa mayor¨ªa de sus habitantes se ven abocados a apa?¨¢rselas para sobrevivir. Como en un pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.