"Mire usted qu¨¦ hora es y a¨²n no sabemos si est¨¢ vivo o muerto"

Luis Rodr¨ªguez Castell, de 40 a?os y empleado de la Comunidad de Madrid, se subi¨® ayer al tren en la estaci¨®n de Santa Eugenia, justo donde los terroristas volaron un vag¨®n a las 7.39 de la ma?ana y causaron 17 muertos. Los d¨ªas laborales, a las 7.30 en punto, Luis suele coger el tren en esta estaci¨®n, a 200 metros de su casa, para estar en la de Atocha poco antes de las 8.00, hora de entrar al trabajo.

Todas las explosiones se produjeron entre las 7.39 y las 8.00 y precisamente en trenes que hac¨ªan la misma ruta que conduce a Luis a su oficina. "En Santa Eugenia", cavilaba ayer entre llantos Mar¨ªa Jes¨²s, cu?ada de Luis, "no le ha podido pillar la bomba, porque ¨¦l debi¨® irse en el tren que sali¨® a las 7.30. Pero es que ese tren", continu¨® Mar¨ªa Jes¨²s, "antes de llegar a Atocha, pasa por la estaci¨®n del Pozo del T¨ªo Raimundo [donde otras dos bombas volaron sendos vagones de otro convoy] y luego acaba en Atocha; y f¨ªjese lo que han hecho en Atocha los terroristas", dec¨ªa. "Imag¨ªnese como est¨¢ mi hermana [esposa de Luis], con dos ni?os de tres y nueve a?os. Llorando y hecha un manojo de nervios", narraba Pilar, otra cu?ada.

A las 19.00 horas la incertidumbre sobre el paradero de Luis ten¨ªa machacada a toda la familia, que empezaba a temerse lo peor. "Si estuviera bien habr¨ªa telefoneado...". Pero se aferraba a la esperanza: "A lo mejor est¨¢ herido y no ha podido llamar, Dios m¨ªo", dec¨ªa otro familiar. "Despu¨¦s de lo de las bombas, llamamos a su trabajo y nos dijeron que no hab¨ªa llegado; y mire la hora que es [las 20.13] y a¨²n no sabemos si est¨¢ herido, grave, leve, si est¨¢ en un hospital, en cu¨¢l, si est¨¢ vivo, muerto...", se quejaban los familiares: "No hay derecho a esto; llevamos casi todo el d¨ªa llamando a los hospitales y a los tel¨¦fonos de informaci¨®n que han dado y nadie nos aclara nada".