"Pocos con corbata, muchos obreros"

El 21435, el 17305 y el 21713. Los n¨²meros de los tres trenes aparec¨ªan meticulosamente anotados en un peque?o papel que sujeta en su mano el jefe de la estaci¨®n de ferrocarril de Guadalajara, Manuel Sarr¨ªa. "Salieron, como cada d¨ªa, con 10 minutos de diferencia, entre las 7.05 a las 7.20". Pero despu¨¦s, y durante toda su jornada, Sarr¨ªa se qued¨® desocupado, sin estaci¨®n: las taquillas, cerradas; los tornos, bajados; los andenes vac¨ªos; la polic¨ªa controlando el acceso: "Ahora mismo ha llegado un chico preguntando por un desaparecido", se apresura a decir uno de los guardias. Pero no han sido muchos los que se acercaron a la estaci¨®n. Porque all¨ª nadie tiene respuestas. Llegada la noche no hab¨ªa lista de fallecidos, nada. S¨®lo un ne¨®n aclara en grandes letras rojas la raz¨®n de ese aspecto ins¨®lito para un lugar siempre a rebosar: "Por atentado se encuentra suspendido el servicio a Madrid". Se puede ir a Sig¨¹enza. Pero no hay nadie aqu¨ª que quiera ir a Sig¨¹enza. Sarr¨ªa recuerda bien el n¨²mero del tren fat¨ªdico que fue atacado en El Pozo: "Lo recordar¨¦ siempre porque mi mujer iba en el 21435 hasta Coslada", susurra. Tuvo suerte. Y a?ade: "Todos los que ah¨ª iban subidos eran obreros; con corbata, pocos".