Referencia obligada
Son escoceses y, como ocurre con muchos de los grupos de aquellas tierras, han crecido rodeados de m¨²sica pop por todas partes. El numeroso grupo Belle & Sebastian es, por tanto, junto a algunas otras formaciones de la actualidad, depositario de una manera de entender la m¨²sica que se cifra en escribir canciones de corte m¨¢s o menos cl¨¢sico, arregladas con instrumentos convencionales -a ser posible guitarras el¨¦ctricas o ac¨²sticas- y atendiendo a construir meritorios estribillos y ligeras atm¨®sferas musicales que alg¨²n espectador defini¨® como "m¨²sica ideal para los domingos por la tarde".
La banda de Stuart Murdock y sus compa?eros multiinstrumentistas acudi¨® a su cita con el p¨²blico madrile?o en medio de una gran expectaci¨®n. Hab¨ªa tantas ganas de ver a estos cl¨¢sicos de los noventa que la citada expectaci¨®n ayud¨® al respetable a esperar la media hora de retraso que se produjo sobre el horario previsto y tras la actuaci¨®n del telonero Adam Green, una suerte de Leonard Cohen sonando como el grupo Teenage Fanclub
Belle & Sebastian
Stuart Murdock (voz y guitarra), Chris Geddes (teclados), Sarah Martin (violin, flauta y voz), Mick Cook (guitarra y voz), Stevie Jackson (bajo) y Richard Colburn (bater¨ªa). Sala Divino Aqualung. Madrid, 10 de marzo.
Juego de luces
Pero en cuanto aparecieron Belle & Sebastian en escena a los sones de Passion fruit y el atractivo juego de luces que tra¨ªa el grupo aquello se encendi¨®. El p¨²blico se mostr¨® encantado de escuchar y corear las hermosas canciones del grupo. Murdock, que altern¨® la voz solista con sus compa?eros, se mostr¨® especialmente divertido en escena, invitando a algunos espectadores a subir al escenario e, incluso, lleg¨® a pedir alg¨²n tema en especial al grupo. Por parte del p¨²blico, muy especial fue el aplauso que se le ofreci¨® a Sarah Mart¨ªn cuando le toc¨® el turno de cantar ella sola una de las canciones.
Navegando por una variada colecci¨®n de estilos musicalesde los que parece amputada la herencia de cualquier tipo de m¨²sica negra, la banda regal¨® en esta actuaci¨®n m¨¢s de veinte luminosas canciones, muchas de las cuales la gente core¨® completas. Algunas de las mejores fueron Step into my office, Baby, en la que la banda hizo gala de un espl¨¦ndido juego de voces; You don't send me, que parece un manual de c¨®mo escribir una hermosa melod¨ªa; el celebrado tema de su ¨²ltimo disco hom¨®nimo I'm a cuckoo, y, muy especialmente, una delicia llamada Like Dylan in the movies.
Arropados adem¨¢s con m¨²sicos invitados que tocaban instrumentos de cuerda -lleg¨® a haber sobre el escenario hasta 12 m¨²sicos tocando a la vez-, todo ello hizo que, dentro del gusto por lo peque?o e ¨ªntimo, el sonido del grupo llegara a ser en determinados momentos hasta grandioso.
Con todo a su favor, pues, el grupo Belle & Sebastian dio una buena muestra en Madrid de por qu¨¦, pese a no haber alcanzado ventas excesivas, son una referencia obligada del pop de hoy.
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