Cient¨ªficos argentinos crean una dinast¨ªa cl¨®nica de vacas transg¨¦nicas
Una empresa pretende obtener hormona del crecimiento y otros medicamentos de la leche
Bajo los ¨²ltimos soles del verano austral, la ternera Pampa Mansa retoza en su corral como cualquiera de los miles de ejemplares de la raza Jersey que pueblan las llanuras de la provincia de Buenos Aires, en el coraz¨®n ganadero de Argentina. Parece una t¨ªpica vaca lechera, pero es el primer clon bovino transg¨¦nico del mundo cuya leche contiene hormona del crecimiento humana, utilizada como medicamento. De c¨¦lulas de su oreja se han conseguido clonar otras dos terneras, Pampa Mansa II y Pampa Mansa III, nacidas el pasado mes de enero, que seguir¨¢n la dinast¨ªa.
Pampa Mansa naci¨® hace un a?o y medio en un establecimiento rural que la empresa farmac¨¦utica argentina Bio Sidus posee en un lugar no revelado al p¨²blico -por razones de seguridad- a unos 200 kil¨®metros de la ciudad de Buenos Aires, la populosa capital del pa¨ªs suramericano. Sus progenitores no fueron un toro y una vaca, ya que la ternera fue obtenida gracias a la fusi¨®n por descarga el¨¦ctrica entre una c¨¦lula de un feto de la raza Jersey y un ¨®vulo vacuno sin n¨²cleo, un mecanismo que los cient¨ªficos ya hab¨ªan utilizado con otra c¨¦lula del mismo feto para dar vida a la vaca Pampa, su antecesora y primer clon bovino de Latinoam¨¦rica.
En ambos casos, el embri¨®n resultante fue cultivado in vitro durante un mes y despu¨¦s fue insertado en el ¨²tero de una hembra Aberdeen Angus, una raza que se caracteriza por su gran porte f¨ªsico. Tras 278 d¨ªas de gestaci¨®n natural, las terneras nacieron mediante operaci¨®n ces¨¢rea.
Aunque por fuera la ternera Pampa Mansa es una copia exacta de Pampa, su hermana mayor, nacida en agosto de 2002, por dentro un detalle muy particular la hace bien diferente: al dise?arla, los ingenieros en gen¨¦tica manipularon la c¨¦lula original extra¨ªda del feto, sustituyendo el gen bovino de la betacase¨ªna por el de la hormona del crecimiento humano (hGH o somatotropina), un elemento que s¨®lo se encuentra naturalmente dentro del ADN humano.
En vez de betacase¨ªna
Los cient¨ªficos argentinos eligieron a las vacas Jersey porque poseen una alta dosis de betacase¨ªna activa en sus genes, lo que hace que la leche que producen sea pesada, es decir, muy rica en prote¨ªnas. Con Pampa Mansa ocurre lo mismo, aunque en lugar de betacase¨ªna su leche contiene una gran cantidad de somatotropina. Gracias a una estimulaci¨®n temprana de sus mamas, la ternera cl¨®nica y transg¨¦nica ya est¨¢ produciendo de manera constante una media de cinco gramos de somatotropina por litro de leche, seg¨²n las mediciones recientemente anunciadas por Bio Sidus. Es la ¨²nica de los clones obtenidos de Pampa en el que el gen insertado cumple correctamente su funci¨®n y eso la hace doblemente valiosa, con el objetivo de hacerla matriarca de toda una dinast¨ªa de terneras cl¨®nicas.
La somatotropina, u hormona del crecimiento humana, es una prote¨ªna producida por la hip¨®fisis, una min¨²scula gl¨¢ndula que est¨¢ sujeta a la base del cerebro. Las secreciones de esta gl¨¢ndula gobiernan el desarrollo ¨®seo y muscular durante la pubertad y regulan la conducta sexual y reproductiva del ser humano a lo largo de su vida. Cuando la hip¨®fisis no produce suficiente hormona de crecimiento el cuerpo no logra desarrollarse por completo, algo que los m¨¦dicos llaman "d¨¦ficit hipofisario" y que se conoce popularmente como enanismo.
Los primeros tratamientos para paliar esta dolencia consist¨ªan en extraer hormonas de la hip¨®fisis de cad¨¢veres humanos para despu¨¦s inyectarlas en los enfermos, lo que despu¨¦s fue descartado por el riesgo de contagio de graves enfermedades. Como alternativa, desde principios de los a?os ochenta se utiliza un m¨¦todo que consiste en cultivar bacterias y c¨¦lulas de mam¨ªferos en las que se les introduce el gen de la somatotropina y de las que se extrae hormona de crecimiento.
Este mecanismo de cultivo posee, sin embargo, una desventaja contante y sonante. Fabricar esas bacterias transg¨¦nicas es un proceso muy caro, ya que para curar el enanismo se requieren grandes cantidades de hormona de crecimiento -hasta seis inyecciones diarias durante un per¨ªodo de entre ocho y 10 a?os- algo que a su vez demanda un enorme n¨²mero de c¨¦lulas productoras.
Inyecciones caras
Las cifras del mercado son elocuentes: cada inyecci¨®n obtenida por este proceso cuesta unos 130 euros y el volumen de negocio de la somatotropina alcanza, a escala mundial los 1.350 millones de euros al a?o, aunque parte de esta producci¨®n se desv¨ªa al dopaje y el consumo por parte de personas sanas para mejorar el rendimiento f¨ªsico.
Con Pampa Mansa este problema parece tener una soluci¨®n a la vista. La ternera transg¨¦nica entrega en su leche tal cantidad de somatotropina en estado puro que bastar¨ªa con ella sola para satisfacer la demanda anual de toda Latinoam¨¦rica, asegura la empresa. "El gen de la hormona humana est¨¢ en su secuencia correcta dentro de la vaca, aparece en todo el animal pero s¨®lo se activa en las gl¨¢ndulas mamarias", explica Andr¨¦s Bercovich, uno de los tantos padres del bovino estelar. Ahora resta que los cient¨ªficos argentinos logren aislar la hormona de crecimiento de manera estable para obtener un f¨¢rmaco alternativo que puedan registrar, algo que estiman necesitar¨¢ dos a?os m¨¢s de desarrollo.
![Las terneras cl¨®nicas transg¨¦nicas de segunda generaci¨®n<i> Pampa Mansa II </i>y <i>III</i>.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SQ4EDX4DU4AQMBLWSCAFBNGLNI.jpg?auth=a8b8c92af36e43f143c05c168673630f9b27b5b150d17a1f93d7d6f02066d4b8&width=414)
Copias de la copia
Bio Sidus, la empresa del grupo argentino Sidus que ha producido la primera ternera clonica transg¨¦nica que produce somatotropina humana, ha ido m¨¢s all¨¢ al hacer copias de su hallazgo cient¨ªfico. A principios de enero nacieron Pampa Mansa II y Pampa Mansa III, clones del clon transg¨¦nico Pampa Mansa obtenidos a partir de c¨¦lulas de la oreja. Como en cualquier clonaci¨®n, las dos nuevas terneritas poseen la misma secuencia gen¨¦tica que el clon primitivo, por lo que el gen de la somatotropina est¨¢ bien ubicado en sus genes y pronto estar¨¢n dando leche transg¨¦nica, es decir, con hormona de crecimiento incluida. Si el proyecto prospera tal y como esperan sus creadores, con esas tres vacas bastar¨ªa para abastecer al continente americano.
No obstante, el objetivo final no se reduce a la fabricaci¨®n de hormona del crecimiento humana a gran escala. Aprovechando la gran capacidad biorreactora que han demostrado poseer las vacas Jersey, la empresa en realidad pretende montar un laboratorio farmac¨¦utico: un rodeo de animales transg¨¦nicos capaces de producir, en forma controlada, diversos medicamentos.
Los expertos ya est¨¢n desarrollando el mismo proceso que usaron con la dinast¨ªa Pampa -como llaman a la serie que agrupa a estos ejemplares cl¨®nicos de ganado vacuno- para producir otras prote¨ªnas humanas como la insulina, que se administra a los diab¨¦ticos, y el activador de plasmin¨®geno tisular, una prote¨ªna recombinante que se utiliza para prevenir y aliviar trombosis agudas en el sistema circulatorio, como el infarto de miocardio.
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