?Artista, poeta, m¨²sico?: "Como ves, no soy nada"
SE PUEDE definir -provisoriamente- a Jorge Eduardo Eielson (Lima, 1924) como un artista que adem¨¢s escribe. De hecho, su trabajo m¨¢s constante y reconocido es el de pintor: su obra ha sido vista en diversas ediciones de la Documenta de Kassel, en Par¨ªs, en el MOMA, en todas las capitales americanas. La producci¨®n de Eielson empez¨® a llamar la atenci¨®n en la Bienal de Venecia de 1964: el inter¨¦s por el "nudo", s¨ªmbolo esencial tanto en su obra pl¨¢stica como en su poes¨ªa (el ¨²ltimo de los t¨ªtulos recogidos en esta "poes¨ªa escrita" es, precisamente, Nudos, cuya edici¨®n original fue un bello libro con dibujos del propio Eielson, de la Fundaci¨®n C¨¦sar Manrique, Lanzarote, 2002), lo hab¨ªa llevado al redescubrimiento de los quipus, especie de ¨¢baco de cuerdas trenzadas con un c¨®digo de nudos utilizado por la cultura inca, que Eielson fundi¨® con las est¨¦ticas de vanguardia. En ese trabajo, Paul Klee y Joan Mir¨® son influencias visibles. Hab¨ªa sido Jos¨¦ Mar¨ªa Arguedas quien le transmitiera, en la Lima de los a?os cuarenta, el sue?o de un Per¨² moderno que no olvidara sus ra¨ªces precolombinas.
Pero Eielson, que vive en Roma desde mediados de los a?os sesenta, se ha resistido siempre a la especializaci¨®n del trabajo art¨ªstico: adem¨¢s de "una novela y media", seg¨²n su propia definici¨®n, ha escrito poes¨ªa y teatro, ha hecho escultura y compuesto una Misa solemne a Marilyn Monroe. En un di¨¢logo con Julio Ram¨®n Ribeyro, en Par¨ªs, cerr¨® el resumen de todas estas actividades diciendo: "Como ves, no soy nada". Lo cierto es que Eielson est¨¢ lejos de ser un poeta aficionado: desde sus primeros libros se revela una lectura fuerte de Quevedo, san Juan de la Cruz, Rub¨¦n Dar¨ªo, Rimbaud; la influencia de Neruda es evidente. En el Par¨ªs de los sesenta frecuent¨® a Octavio Paz, a trav¨¦s de quien public¨® en M¨¦xico, en 1971, el texto m¨¢s raro de Eielson, la novela-poema El cuerpo de Giulia-no, que a su vez se convertir¨ªa en una performance en la Bienal de Venecia de 1972. Esta aspiraci¨®n, m¨¢s que al arte total, al di¨¢logo y la imbricaci¨®n entre disciplinas distintas, es seguramente lo que inspir¨® el poco atractivo t¨ªtulo de este volumen, que recoge sin embargo una obra po¨¦tica importante, construida con el material del arte perdurable.
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