Ni papeles ni papeletas
Los inmigrantes, sin derecho a votar salvo que tengan nacionalidad espa?ola, temen rechazos tras los atentados
La marroqu¨ª Khadija Fadel, de 36 a?os, acudi¨® ayer con su hijo Ismael, de ocho, a votar al colegio Tierno Galv¨¢n de El Ejido por cuarta vez. Ella y su familia no han parado de pensar en los ¨²ltimos d¨ªas sobre lo sucedido en Madrid. "Eso duele mucho. Ese d¨ªa ni siquiera pudimos comer al ver el horror por la televisi¨®n. Es como si le hubiera ocurrido a alguien de nuestra familia", comentaba a pie de urna. La relaci¨®n de Fadel con la comunidad extranjera de El Ejido es intensa, dada su larga permanencia en el municipio (13 a?os). Ayer no ocult¨® la preocupaci¨®n de sus paisanos ante el giro dado en las investigaciones sobre los atentados y la detenci¨®n de tres marroqu¨ªes.
La sombra de los acontecimientos xen¨®fobos ocurridos en febrero de 2000 planea de nuevo, a juicio de Fadel, sobre los extranjeros: "Despu¨¦s de la noticia la comunidad marroqu¨ª est¨¢ muy mal y lo va a pasar mal en Espa?a, porque nos se?alar¨¢n por la calle aunque no hayamos hecho nada. Ya nos pas¨® hace cuatro a?os". Tambi¨¦n Gregorio Gomes, oriundo de Guinea-Bissau y con nacionalidad espa?ola, teme que empeore la situaci¨®n: "Siempre nos han mirado mal pero ahora, a pesar de que estamos afectados, nos ven peor".
"Estamos tocados, muy dolidos por lo que ha pasado", se?al¨® ayer el presidente de ATIME en Andaluc¨ªa, Kamal Rahmouni. "La sociedad espa?ola es muy madura y sabe distinguir, si hay grupos que confunden se van a equivocar", aduce.
Gomes y Fadel son de los pocos inmigrantes con derecho a votar, de lo que s¨®lo se benefician entre 400 y 600 africanos que residen en Andaluc¨ªa. Gomes, que preside la Plataforma de Asociaciones de Inmigrantes de Andaluc¨ªa, reivindica el derecho al voto de los inmigrantes en las elecciones municipales como un m¨¦todo para favorecer la integraci¨®n.
Entre la comunidad musulmana de Granada, donde residen unas 20.000 personas, tambi¨¦n se aprecia un temor al incremento del racismo, informa Manuel Altozano. "Las nuevas pistas pueden provocar cierto racismo hacia nosotros, pero la comunidad ya ha condenado tajantemente los atentados", recalc¨® Mustaf¨¢, marroqu¨ª nacionalizado que regenta un restaurante.
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