Al filo de la espera
Los familiares de dos v¨ªctimas muy graves relatan sus d¨ªas de angustia y comparten la tensa espera en el hospital Cl¨ªnico
Ram¨®n Fern¨¢ndez-Villaca?as pas¨® el d¨ªa de ayer entre el hospital y el colegio electoral. S¨®lo para ir a votar abandon¨® el Cl¨ªnico. All¨ª permanece su hermano Manuel Antonio en estado cr¨ªtico: el jueves, una bomba destroz¨® los pulmones de este administrativo forofo del Real Madrid que llam¨® Irene (paz, en griego) a su hija de cinco a?os.
A las once, la familia Fern¨¢ndez-Villaca?as est¨¢ casi al completo. Se reparten entre el vest¨ªbulo y la sala de espera habilitada junto a la unidad de cuidados intensivos. "Hace un rato he podido ver a mi hermano. Le he dicho que ayer gan¨® el Madrid y ha sonre¨ªdo, porque es muy forofo, de los que no se pierden un partido. Yo me he puesto muy contento", relata Ram¨®n.
"Ya he ido a votar antes de venir al hospital", afirma la madre de Silvia
"Ayer nos dio un 'subid¨®n'. Mi hermano se despert¨® y nos conoci¨® a todos"
-Pero el Madrid empat¨® con el Zaragoza.
-S¨ª. Y yo soy del Bar?a.
La rivalidad futbol¨ªstica con el primog¨¦nito de los cinco hermanos es un recuerdo dulce ante una realidad amarga. "Ayer [por el s¨¢bado] nos dio un subid¨®n, porque mi hermano se despert¨® por primera vez desde el atentado. Nos conoci¨® a todos, pero han tenido que atarle las manos porque quiere quitarse el tubo para hablar", relata Ram¨®n, de 31 a?os. El aire llega a los pulmones de Manuel Antonio gracias a un respirador: "La onda expansiva le rompi¨® los tabiques [alv¨¦olos] pulmonares". Tambi¨¦n tiene un ventilador. "Es para sacarle las flemas, pero el problema es que no llega hasta el fondo y eso aumenta el riesgo de infecci¨®n", explica el segundo de cinco hermanos "siempre muy unidos".
Tras la euforia del s¨¢bado, la familia afronta con tiento el soleado domingo. "El m¨¦dico nos ha dicho que no olvidemos que mi hermano contin¨²a en estado cr¨ªtico, aunque evoluciona bien. Pero es que ayer tuvimos una alegr¨ªa tan grande que pens¨¢bamos que en cuatro d¨ªas le iban a pasar a planta", explica Ram¨®n. Los Fern¨¢ndez-Villaca?as han vuelto al filo de la navaja.
"Es una situaci¨®n dif¨ªcil. Le hablas, te mira, llora... Si le gastas una broma, sonr¨ªe... Nosotros estamos destrozados, cansados, mal psicol¨®gicamente", contin¨²a. "Los d¨ªas son muy largos. Estoy aqu¨ª desde las nueve y media de la ma?ana hasta las ocho de la noche. Anoche puse la televisi¨®n al llegar a casa. En Informe Semanal estaban con el atentado. No pude resistirlo y la apagu¨¦. En el trabajo me han dicho que no me preocupe, que me tome los d¨ªas que necesite. Se han portado muy bien".
Ram¨®n trabaja "13 horas al d¨ªa", en serigraf¨ªa por la ma?ana y de operador telef¨®nico por la tarde -"tengo que pagar un alquiler"-. "Sin embargo, en el hospital me canso el doble aunque estoy sentado sin hacer nada". Una nada llena de angustia, de espera; una nada repleta de atenciones del personal sanitario, de los amigos, de los compa?eros.
"Ha venido el jefe de mi hermano", dice con orgullo. Es su jefe en la Asociaci¨®n Nacional de Perfumer¨ªa, a cuya oficina se dirig¨ªa Manuel Antonio el jueves en el tren. Lo tom¨® cerca de su casa, en Torrej¨®n de Ardoz. La primera lista le dio por ingresado en el hospital de La Princesa, donde se congreg¨® la familia. Pero a este centro s¨®lo hab¨ªan llegado sus efectos personales. A mediod¨ªa los familiares supieron que el herido estaba en el hospital Cl¨ªnico.
A Irene, la hija del mayor de los cinco hermanos Fern¨¢ndez-Villaca?as, le han dicho que pap¨¢ se hizo da?o en un pie cuando iba en el tren. "Pregunta mucho por su padre. Quiere verle. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil", relata Ram¨®n.
-?C¨®mo est¨¢ tu hermano?
-?Y tu hija?
Mar¨ªa Teresa Sotillo y Ram¨®n Fern¨¢ndez-Villaca?as se intercambian los ¨²ltimos datos. Tantas horas de vela junto a la UCI les han hecho sentirse unidos ante la desgracia.
"Ayer le dieron natillas y las devolvi¨®. Pero le dijeron que abriera la boca y lo hizo. Va estando consciente y ya no necesita respirador", explica la madre de Silvia Espinosa Sotillo, de 26 a?os.
La chica permanece grave. "Tiene un traumatismo en la cabeza y metralla en la parte derecha del cuerpo", detalla Mar¨ªa Teresa. La bomba la alcanz¨® cuando trasbordaba en Atocha. Hab¨ªa llegado de Fuenlabrada e iba a su trabajo en Recoletos, en la aseguradora Asefa. "Una doctora descolg¨® el m¨®vil de mi hija y nos dijo que estaba en el Cl¨ªnico", relata la madre.
Ram¨®n cuenta a Mar¨ªa Teresa que dentro de un rato se ir¨¢ a votar a pesar de todo, o quiz¨¢ por ello. "Yo ya he ido antes de venir aqu¨ª", responde ella.
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