Punto y aparte

El viernes por la ma?ana me lo dijo una mujer sabia, "Ana Botella lo sabe, se le nota en la cara". Debieron ser miles las que como ellas fueron capaces de leer lo que hab¨ªa debajo de la m¨¢scara.

Posiblemente el resultado no hubiera sido el mismo si, desde el primer momento, Aznar y Rajoy hubieran explicado lo que con tanta contumacia se empe?aron en ocultar. Pero el sentimiento de culpa hace cobardes a las personas. Recurrieron a la mentira. Y lo burdo del enga?o, transform¨® el dolor de la gente en rabia. Fue la gota que colm¨® el vaso. Porque, como dice el proverbio, si me enga?as una vez es culpa tuya, pero si lo haces dos, es m¨ªa.

Durante estos largos a?os han intentado hacer del control televisivo su particular coraza, la brunete medi¨¢tica. La cre¨ªan todopoderosa y forzaron la maquinaria hasta el final, en una conspiraci¨®n de silencio que en plenas v¨ªsperas electorales constitu¨ªa un golpe de Estado informativo para (re)forzar una victoria que cre¨ªan m¨ªnima. Y si el 23-F fue la noche de los transistores, las aciagas v¨ªsperas del 14-M han sido los d¨ªas del m¨®vil. Los d¨ªas del m¨®vil, de Internet y de la SER, punto de referencia, junto a TV-3 (en una parte del pa¨ªs) de lo que ya saltaba de un tel¨¦fono a otro. En ambos casos no fueron conscientes del papel de los nuevos medios.

Un apunte marginal: la sonrisa de Zaplana, su satisfacci¨®n, ante las mirada estupefacta de un Acebes que acababa de reconocer la derrota del PP. Y es que Zaplana es un profesional y no estaba dispuesto a desaprovechar la ocasi¨®n que le brindaban las c¨¢maras para ofrecerse como alternativa, por si Rajoy se desfonda en la oposici¨®n. En su calendario particular, Zaplana ha ganado cuatro a?os y ah¨ª estaba, mirando a c¨¢mara exultante, como esos navegantes que nunca sueltan el tim¨®n porque siempre puede servir para otro barco. Tal vez era el ¨²nico de ellos que ten¨ªa la conciencia limpia, sin usar.

El PSOE ha ganado las elecciones por el centro, aunque probablemente sea m¨¢s cierto que sea el PP quien las ha perdido por malograr el apoyo de una parte de ese segmento del electorado . Habr¨¢ que examinar con cuidado las transferencias y las abstenciones. Pero para que la victoria socialista haya sido posible, ha sido necesario el concurso del resto de la izquierda. Aqu¨ª, de una parte de los nacionalistas del Bloc. Pero sobre todo de Esquerra Unida, que no dud¨® en salir a la calle para denunciar el golpe medi¨¢tico. Una parte de sus votos prestados al PSOE han tenido un efecto multiplicador en esca?os. Han sido los grandes sacrificados, como tantas veces en la historia heroica de los rojos espa?oles: durante la guerra civil como columna principal del ej¨¦rcito de la Rep¨²blica, luego en la resistencia contra el nazismo, en la lucha antifranquista, en la transici¨®n y en la primera victoria socialista. Que no lo olvide ZP.

Los j¨®venes, los nuevos votantes, han sido decisivos. Zapatero ha asegurado que no se olvidar¨¢ de lo que ellos le han dicho: "No nos defraudes". Cuesti¨®n crucial. Los errores del felipismo deber¨ªan servir como vacuna. Adem¨¢s har¨¢ falta mucha pedagog¨ªa pol¨ªtica, porque ZP pretende el cambio tranquilo y ellos viven deprisa.

Dec¨ªa Unamuno, en Niebla, que la muchedumbre es como el bosque: le pone a uno en su lugar, le reencaja. As¨ª ocurri¨® el domingo, cuando las urnas se llenaron y hablaron.