M¨¢s bipartidismo en el mapa comarcal valenciano
La agregaci¨®n comarcal a?ade a la de tama?o de habitat o a la circunscripci¨®n ciertos detalles interesantes, y en las series de resultados comarcales que hemos venido manejando en nuestros estudios de comportamiento electoral se pueden observar pautas y claves que redondean la percepci¨®n de la diversidad electoral relacionada con el factor territorio.
Para un modesto crecimiento del censo -de hecho circunscrito a las comarcas alicantinas, la costa castellonense y las comarcas al norte y oeste de Valencia-, el descenso de la abstenci¨®n parece m¨¢s acentuado en las zonas de demograf¨ªa m¨¢s nutrida, poniendo de manifiesto que a mayor densidad demogr¨¢fica, menor abstenci¨®n y mayores aumentos del porcentaje de votos del PSOE con respecto a las generales del 2000.
El PP pierde porcentajes de modo desigual en todas las comarcas, mientras que el PSOE los gana en todas tambi¨¦n de modo desigual.
Por encima de la media de p¨¦rdidas para el PP se sit¨²an las comarcas m¨¢s pobladas de la circunscripci¨®n de Castell¨®, lo que apunta a interpretar que los ¨²ltimos acontecimientos alrededor del presidente de su Dubitaci¨®n, Carlos Fabra, s¨ª habr¨ªan tenido influencia en los porcentajes m¨¢s altos de p¨¦rdidas del PP en el conjunto comarcal.
A estas p¨¦rdidas, tambi¨¦n destacadas en algunas comarcas centrales y del sur les corresponden espectaculares subidas del PSOE por encima de la media, que son especialmente significativas en las tres capitales de provincia y, en general, en la mayor parte de las comarcas castellonenses, en las del norte y oeste de Valencia y en algunas pocas del sur.
Sin embargo, las ganancias generalizadas de votos por parte del PSOE apenas si suponen m¨ªnimas transferencias de los que en el 2000 cosech¨® el PP. El espectacular aumento en votos del PSOE procede por este orden, fundamentalmente, de la movilizaci¨®n de antiguos abstencionistas, y a mucha distancia, de los nuevos votantes, de IU y del Bloc, siendo bastante impredecible con los simples datos num¨¦ricos que ahora manejamos qu¨¦ habr¨ªan hecho los antiguos votantes de UV, pues del cotejo comarcal parece deducirse que una parte importante de estos se habr¨ªan inclinado por el PP, mientras que una peque?a parte de los votos del PP habr¨ªan sido trasvasados al PSOE, pero estamos hablando de porcentajes por debajo del 2% en un conjunto de municipios (incluida la ciudad de Valencia) donde UV a¨²n obtuvo resultados por encima del 3% en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas y municipales.
De un modo u otro, parece bastante improbable que los votantes de UV hayan ido a la abstenci¨®n, y mucho menos al Bloc, pues nunca ha existido la menor ¨®smosis entre el electorado regionalista y el de los nacionalistas.
L'Entesa descendi¨® en todas las comarcas en votos y porcentaje en beneficio del PSOE, vi¨¦ndose aquejado del tradicional handicap del voto ¨²til cada vez que el PSOE se acerca al estatus de alternativa. En el cuadro correspondiente a las diferencias porcentuales se observa que las p¨¦rdidas son mayores en los tradicionales feudos del conjunto de la izquierda y en aquellos lugares donde EU no tiene representaci¨®n municipal; dato ¨¦ste que puede observarse tambi¨¦n en los resultados del Bloc, pues las p¨¦rdidas generalizadas en porcentaje y en votos (exceptuadas las comarcas castellanoparlantes, donde siempre obtuvo imperceptibles resultados) se mitigan donde esa formaci¨®n mantiene una notable representaci¨®n municipal, aunque esto ni siquiera enmascara la aut¨¦ntica debacle que tanto para el Bloc cuanto para EU ha supuesto la acentuaci¨®n del bipartidismo en el mapa comarcal.
En efecto, con la desaparici¨®n electoral de UV, la minimizaci¨®n del Bloc, la incapacidad de mantener un espacio consolidado por parte de EU, la competici¨®n pol¨ªtica se empobrece, al arrojar las cifras comarcales porcentajes cercanos al 90% de los votos para la suma de los dos primeros partidos, algo que, sin duda, obligar¨¢ a los partidos peque?os o a buscar entendimientos para forzar el papel de las bisagras o integrarse en alguno de los dos grandes, que fue siempre el sue?o de quienes dise?aron un sistema enga?osamente proporcional que acaba homologando el bipartidismo en la mayor parte de las circunscripciones electorales.
El tradicional bipartidismo de las zonas interiores, de las comarcas de escaso desarrollo econ¨®mico y los n¨²cleos urbanos en regresi¨®n da paso a su generalizaci¨®n, algo que, no porque haya ocurrido en unas circunstancias de todo punto an¨®malas va a dejar de tener consecuencias fuertes en el sistema de partidos valenciano.
Con todo, el PP ha aguantado el tir¨®n de la izquierda en la CV y ha logrado mantener algo menos de cuatro puntos de ventaja sobre el PSOE ganando en 22 de las 34 comarcas y a poca distancia en el resto. Un dato, que, sin duda, y dadas las excepcionales circunstancias que concurren en esta elecci¨®n, no es balad¨ª.
Vicent Franch es profesor de Ciencia Pol¨ªtica. Universitat de Val¨¨ncia.
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