El mundo lame sus heridas un a?o despu¨¦s
Estados Unidos ha puesto en marcha unas nuevas reglas del juego de consecuencias a¨²n inciertas
Doce meses despu¨¦s de la guerra de Irak, el escenario internacional ha cambiado, pero ni los acontecimientos en marcha, en Irak y en otros lugares, ni la escasa perspectiva que da un a?o, ayudan a interpretar los cambios. Hay un esbozo de nuevas reglas del juego y reacciones de los protagonistas a la nueva situaci¨®n; hay perjudicados y beneficiados de la polvareda iraqu¨ª; hay muchas m¨¢s incertidumbres que certezas. La campa?a electoral estadounidense no contribuye a aclarar en qu¨¦ direcci¨®n se orientar¨¢ la superpotencia ni c¨®mo se reconciliar¨¢ con Europa, que desde el jueves pasado ve m¨¢s cerca el terrorismo del siglo XXI. Un a?o despu¨¦s, es dif¨ªcil pronosticar qu¨¦ orden internacional saldr¨¢ de la crisis abierta.
"No es posible valorar hoy el impacto de la guerra de Irak en el mundo, es demasiado pronto. Quiz¨¢ pasen 200 a?os y a¨²n no haya perspectiva", cree Philip Gordon, que dirigi¨® los Asuntos Europeos en el Consejo Nacional de Seguridad de EE UU y que es uno de los directores de la Brookings Institution. Mois¨¦s Na¨ªm, director de la revista Foreign Policy, coincide en que hace falta m¨¢s tiempo para ver mejor, pero subraya un elemento: "Algo cambi¨® de manera fundamental: ha disminuido el apetito de la superpotencia de hacer incursiones militares, para hacer guerras de elecci¨®n, por oposici¨®n a guerras de necesidad. La elecci¨®n ahora no va a ser tan laxa como hace un a?o, aunque eso no quiere decir que EE UU no tomar¨ªa represalias en caso de ataque. Pero va a ser dif¨ªcil ahora que tome otras medidas preventivas".
No war in 04 (Ninguna guerra en el 2004) es la expresi¨®n utilizada en Washington. El menor apetito se explica por diversas consecuencias de la guerra: "Primero, porque se ha desprestigiado la idea de que EE UU cuenta con informaci¨®n suficiente para justificar ataques preventivos; segundo, porque la operatividad de sus Fuerzas Armadas es ahora m¨¢s limitada; tercero, el apetito de la poblaci¨®n y del propio Congreso tambi¨¦n es menor para apoyar, como antes, una iniciativa similar a la de Irak. Es un cambio important¨ªsimo en un a?o".
Danielle Pletka, vicepresidenta de estudios de Defensa y Pol¨ªtica Exterior del American Enterprise Institute, destaca un factor: "El liderazgo mundial implica tomar decisiones, implica elegir entre hacer una cosa o hacer otra; y yo dir¨ªa que ahora, despu¨¦s de Irak, hemos estrechado las opciones disponibles para pa¨ªses como Libia, como Ir¨¢n, como Corea del Norte. Puede que estos pa¨ªses no lleguen a pensar: '?Oh no, si no hacemos esto o lo otro, tendremos otro Irak!', pero creo que lo que s¨ª admiten es que el espacio en el que pueden actuar y las opciones que tienen son m¨¢s limitadas. Eso es bueno".
Libia renuncia a desarrollar su programa nuclear, aunque en la oferta de Gaddafi hay claroscuros; Ir¨¢n, aparentemente, se somete a un mayor control nuclear, pero los reformistas retroceden; Corea del Norte habla con EE UU y la ONU, pero se mantiene la incertidumbre sobre sus actividades y exportaciones. En Pakist¨¢n, el general Musharraf asegura que va a poner la casa en orden tras el esc¨¢ndalo del mercado negro nuclear, pero hasta ahora no hay muestras de ello, quiz¨¢ porque para EE UU es m¨¢s importante el permiso de despliegue de tropas entre Pakist¨¢n y Afganist¨¢n para atrapar a Osama Bin Laden. Ha habido cambios en estos meses. ?En qu¨¦ medida son atribuibles a la guerra? "Cada uno es diferente, pero todos cambian. No s¨®lo es que Gaddafi est¨¦ m¨¢s dispuesto a conversar; los americanos, tambi¨¦n. No s¨®lo Kim Jong-il [presidente de Corea del Norte] est¨¢ dispuesto a hablar con EE UU; los americanos, tambi¨¦n. El mundo ha cambiado, en el sentido de tratar de negociar con EE UU, y Bush ha cambiado su disposici¨®n de hace un a?o de no querer hablar con nadie e imponer unilateralmente sus puntos de vista", afirma Na¨ªm.
?Y qu¨¦ ha ocurrido en la zona de la guerra, aparte de que un conflicto b¨¢sico -israel¨ªes y palestinos- empeora, en la medida en que se estanca? Uno de los que mejor pueden responder a la pregunta es Shibley Telhami, titular de la c¨¢tedra Anwar el Sadat de la Universidad de Maryland y experto del Centro Saban sobre Oriente Pr¨®ximo de la Brookings Institution: "Los gobiernos ¨¢rabes, y muchos otros, tienen una visi¨®n ambivalente, casi contradictoria, sobre EE UU e Irak. No quieren que haya una mejor¨ªa r¨¢pida, no quieren que se pueda decir que ha sido un ¨¦xito, porque temen que si EE UU ve que ha sido f¨¢cil, podr¨¢ hacerlo de nuevo con otros pa¨ªses. Tampoco quieren el fracaso. No quieren que Irak se desintegre, que los radicales digan que han echado a EE UU, porque saben que luego ir¨¢n a por ellos".
?Qu¨¦ quiere decir esto? "Quiere decir", contin¨²a Telhami, "que estos pa¨ªses cooperar¨¢n con EE UU hasta cierto punto para evitar un desastre, pero no demasiado: no les ayudar¨¢n para que no sea un ¨¦xito inmediato. Quieren que EE UU lo pase mal, que sufra la carga en solitario, sin llegar a permitir que todo fracase".
Una de las crisis que estall¨® en 2003 fue la de la divisi¨®n de Europa. Philip Gordon, a punto de publicar Aliados en guerra: Am¨¦rica, Europa y la crisis de Irak, cree que se avanza desde ambas orillas: "Lo que ocurri¨® hace un a?o fue la brecha m¨¢s grande abierta nunca en la relaci¨®n transatl¨¢ntica. Las cosas ahora van mejor, porque se han aprendido lecciones. Bush ha empezado a comprender que necesita aliados. En Europa, algunos aliados tambi¨¦n han entendido que no es posible organizar una coalici¨®n contra EE UU: creo que franceses y alemanes han visto que el resultado de plantarse ante EE UU no es una Europa unida, sino profundamente dividida e ineficaz. Habr¨¢ una aproximaci¨®n transatl¨¢ntica a corto plazo".
?Por qu¨¦ EE UU subestim¨® a ciertos aliados? Gordon cree que porque intuy¨® -con raz¨®n- que militarmente no tendr¨ªa problemas para ganar la guerra y pens¨® -equivocadamente- que la victoria, m¨¢s las armas que se imaginaba que hab¨ªa, convencer¨ªan a los m¨¢s reticentes. La lecci¨®n aprendida "es que una cosa es subordinar la pol¨ªtica a la de los aliados, y otra, pensar que no son necesarios".
?Y los que, indirectamente, m¨¢s se han aprovechado? En opini¨®n de Na¨ªm, "dos de los grandes beneficiarios de la guerra y del enredo de la posguerra son Vlad¨ªmir Putin y Hugo Ch¨¢vez. En Rusia y en Venezuela ha habido retrocesos importantes de la democracia con much¨ªsima m¨¢s impunidad de lo que hubiera ocurrido con un EE UU m¨¢s vigilante".
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