Duende y medio

Cuesta mucho levantar el tel¨®n tras la matanza del 11-M. Por eso el pasado mi¨¦rcoles Jos¨¦ Merc¨¦ y los artistas que le acompa?aban en el Palacio de Congresos de Granada prefirieron hacerlo con un minuto de silencio. S¨®lo faltaba sobre el escenario Vicente Amigo, a quien correspondi¨® romper el duelo con acordes de guitarra. "Me pongo muy nervioso", se excus¨® con el p¨²blico, que llenaba la sala sin llegar a abarrotarla.

Que Vicente Amigo es un virtuoso de la guitarra nadie lo pone en duda. El primer tema de la noche, un popurr¨ª que comenz¨® solo y en el que toc¨® casi todos los palos del flamenco y termin¨® por buler¨ªas con su cuadro, estaba hecho para decir "aqu¨ª estoy y soy Vicente Amigo". Lo consigui¨®, pero con demasiados decibelios.

Dicen que siempre pide el audio alto, pero el resultado, al menos el de anoche, fue de una estridencia m¨¢s propia de un concierto de rock. Amigo tuvo, eso s¨ª, momentos en que casi atrap¨® al duende, sobre todo con la alegr¨ªa Cerca del r¨ªo o cuando, s¨®lo acompa?ado del bajo de Antonio Ramos y la percusi¨®n de Patricio C¨¢mara, sac¨® de las cuerdas de su guitarra un sentido bolero dedicado al hijo de Manolo Sanl¨²car, fallecido recientemente.

Decir que la noche del mi¨¦rcoles hubo un concierto es rigurosamente falso. En realidad hubo dos. Al de Vicente Amigo le dio paso, intermedio mediante, el de Jos¨¦ Merc¨¦, que arranc¨® por malague?as acompa?ado de la guitarra de Mora¨ªto El Chico. "Oh, no", comentaba un cr¨ªtico purista del cante jondo, "lleva los a?os que tengo cantando la misma y no es su fuerte".

Sin embargo, Jos¨¦ Merc¨¦ sab¨ªa que la cita de la noche del pasado mi¨¦rcoles era con el gran p¨²blico, m¨¢s abierto y receptivo a la mezcla de g¨¦neros. Despu¨¦s de cantar por sole¨¢s y por alegr¨ªas, dio paso a su cuadro, repuso fuerzas y volvi¨® con sus versiones memorables de Te recuerdo Amanda, de V¨ªctor Jara, y Al Alba, de Luis Eduardo Aute, que intercal¨® con su L¨ªo y su Aire.

Y termin¨® como el p¨²blico le ped¨ªa, de pie, sin micro, en medio del escenario, con buler¨ªas de su barrio de Jerez de la Frontera, con baile y pase¨ªllo. Fue ese el momento en que el duende decidi¨® bajar hasta la noche de Granada.