Dracea entierra a Ionut
El sepelio de un joven rumano muerto en el 11-M moviliza a todas las familias de un pueblo que ha emigrado en un 70% a Espa?a
La tragedia del 11-M se lloraba ayer en Dracea, 80 kil¨®metros al suroeste de Bucarest (Rumania), el segundo pa¨ªs con m¨¢s v¨ªctimas en los atentados. Dos j¨®venes de este peque?o pueblo, que ha emigrado en un 70% a Espa?a hasta quedar pr¨¢cticamente vac¨ªo, est¨¢n entre los fallecidos. La familia Popa enterraba ayer a su ¨²nico hijo, Ionut, de 23 a?os. La familia Geneva velaba a¨²n el f¨¦retro de Petrica, de 35 a?os, para enterrarlo hoy. En estos dos d¨ªas, el pa¨ªs vive pendiente del entierro de los 10 cad¨¢veres repatriados, y de las nuevas noticias, que elevan a 16 los rumanos fallecidos.
En un cesto hab¨ªa flores blancas de papel. Hab¨ªan sido preparadas para la boda de Ionut con su novia, que le esperaba en Rumania. Seg¨²n la tradici¨®n, cuando alguien que ha anunciado su boda muere antes de casarse, el d¨ªa de su entierro se celebra tambi¨¦n la boda que no pudo ser. As¨ª que en la comitiva se distingu¨ªa a una chica vestida de novia, y los j¨®venes llevaban prendidas las flores blancas de papel, que luego arrojaron a la tumba de Ionut.
Virginia, la novia de Petrica Geneva, daba las gracias "a los espa?oles por su solidaridad" y a los psic¨®logos que han estado junto a las familias. "Queremos agradecer la solidaridad de todos los que nos han ayudado y han estado a nuestro lado". El hermano de Petrica asent¨ªa mientras consolaba a Costi, el primo de Ionut Popa. Estaba desmayado de dolor: ¨¦l hizo las veces de padre de Ionut en Espa?a. Un llanto contagioso se extend¨ªa por toda el casa cada vez que la abuela de la familia gritaba llamando a su nieto desde el interior de la casa.
Estas familias han vuelto a aldeas despobladas y casas que no reciben arreglos desde la II Guerra Mundial. "Yo no he visto casas as¨ª en Espa?a", comenta Ionut, de 18 a?os, se?alando las peque?as viviendas de un piso. Las m¨¢s robustas, ¨²nicas de piedra y restos de pintura en las paredes, est¨¢n datadas en su fachada en el periodo de entreguerras, y tienen problemas de estructura que saltan a la vista.
El deficiente asfaltado s¨®lo llega hasta la entrada de esta aldea de calles de barro, por la que corre un riachuelo sin canalizar y que se queda sin luz cuando una tormenta tira un poste. "Esto es una tristeza de lugar", afirmaba Virginia, que tiene claro que no se quedar¨¢ m¨¢s de lo imprescindible y se ha puesto el 1 de abril como tope para volver a Coslada.
En pueblos as¨ª no es dif¨ªcil encontrar quien hable espa?ol. La actualidad de Espa?a es tambi¨¦n la del lugar.
Sueldos espa?oles, toda una fortuna en Dracea
Ionut Popa y Petrica Geneva eran amigos desde peque?os. Juntos viajaron a Espa?a a buscar trabajo y juntos murieron en uno de los trenes. Como ellos, en los ¨²ltimos a?os ha emigrado a Espa?a el 70% de este pueblo, seg¨²n los vecinos. "S¨®lo quedan viejos", explicaba ayer Ionut, de 18 a?os, que emigr¨® hace dos y ahora intenta llevar a su familia a Espa?a. Trabaja en las campa?as de recogida de fresa, naranja o aceituna.
Virginia, la novia del fallecido Petrica Geneva, dec¨ªa que "las familias que tienen a alguien en Espa?a pueden vivir un poco mejor". Ella viv¨ªa en Coslada con la pandilla de Ionut y Petrica, y consegu¨ªa mandar unos 500 euros al mes a su familia. Esa cantidad es una fortuna en Rumania. "Mi hermano es ingeniero, trabaja en construcci¨®n y gana 200 euros al mes. Casi no tiene para pagar el colegio de su hijo. Mi madre, jubilada, cobra una pensi¨®n de 35 euros al mes", explicaba. "Aqu¨ª, en estos pueblos, lo ¨²nico que se puede hacer es dedicarse a la agricultura de subsistencia".
No s¨®lo quedan viejos en Dracea. Tambi¨¦n ni?os peque?os que esperan la oportunidad para reunirse con sus padres o a tener edad para emigrar por su cuenta. "?Ve usted esa casa vac¨ªa? ?Y esa otra? Todas las casas que est¨¢n vac¨ªas son de familias enteras que se han ido a Espa?a", dec¨ªa otro joven. En Espa?a viven medio mill¨®n de rumanos, seg¨²n las cifras oficiosas de este pa¨ªs.
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