El sudario de Evita
Subastados en Roma los objetos personales de Per¨®n y su esposa
Fue el ¨²ltimo sudario sobre el cad¨¢ver embalsamado de Evita Duarte de Per¨®n: tres velos casi imperceptibles, blancos y celestes como la bandera argentina, confeccionados por las monjas madrile?as de la Merced. ?se fue el tejido que cubri¨® el cuerpo m¨¢s errabundo del siglo XX cuando en 1971 fue extra¨ªdo de la sepultura de Mil¨¢n en la que estaba oculto, bajo el nombre falso de Maria Maggi Magister, y enviado a Madrid. Desde all¨ª hizo el viaje final hacia Argentina. Consta en certificado que un sacerdote mercedario, El¨ªas G¨®mez, bendijo la tela el 10 de septiembre de ese a?o. Una mujer, en nombre de Aerol¨ªneas Argentinas, adquiri¨® ayer el sudario por 130.000 euros, en una subasta celebrada en la sala Christie's de Roma.
Algunos peronistas trataron de impedir la venta de recuerdos del general argentino y de Eva Duarte
Fue una subasta peculiar, que algunos peronistas trataron de impedir hasta el ¨²ltimo momento. A golpe de maza fueron vendidos el sudario de Evita y el uniforme de gala de Per¨®n, la biblioteca del general, abundante en dedicatorias, y la piel de oso regalada por el Gobierno de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, las medallas, el ajado tocadiscos, los discos de Mario Clavel, los ceniceros, los zapatos, el bat¨ªn verde, los muebles, los espejos... Eran los objetos valiosos o nimios que acompa?aron a Juan Domingo Per¨®n en su exilio madrile?o.
La herencia del general, dejada a Antonio Mario Rotundo, uno de sus ¨²ltimos colaboradores y amigos, se dispers¨® definitivamente. El dinero recaudado deb¨ªa servir, seg¨²n Rotundo, para abrir dispensarios en Argentina y para conceder cr¨¦ditos a gente con ideas pero sin recursos. "Ojal¨¢ los compradores sean argentinos", dijo Rotundo tras el definitivo martillazo. "Lo ofrecimos todo al Gobierno de Argentina, para que se incorporara al Patrimonio Nacional, pero no lo quisieron. Quisimos organizar una exposici¨®n itinerante en Argentina, pero nadie adelant¨® el dinero". "Ahora", a?adi¨®, "que no se quejen".
El ex diputado Lorenzo Pepe, presidente del Instituto Nacional Juan Domingo Per¨®n, hab¨ªa exigido la suspensi¨®n de la subasta. "Es un atentado contra la memoria colectiva de los argentinos y viola los tratados internacionales y la legislaci¨®n nacional vigente", dijo. Rotundo, que cre¨® la Fundaci¨®n por la Paz y la Amistad de los Pueblos y que en 2001 estableci¨® en Roma la asociaci¨®n Funpas-Onlus, se remit¨ªa a los testamentos: "Evita cedi¨® a Per¨®n todos sus bienes, sin ninguna condici¨®n, e incluso dijo que su mortaja deb¨ªa servir para paliar el hambre de la gente; Per¨®n, a su vez, nos lo cedi¨® todo a nosotros".
La subasta se desarroll¨® casi enteramente por tel¨¦fono. La oferta que se llev¨® el sudario la hizo, sin embargo, una mujer de mediana edad presente en la sala. Era una empleada de Aerol¨ªneas Argentinas que sali¨® a toda prisa en cuanto cerr¨® la operaci¨®n y huy¨® de la prensa. Horas despu¨¦s Aerol¨ªneas difundi¨® un comunicado para informar que el presidente de la compa?¨ªa, Antonio Mata, hab¨ªa comprado el sudario para ponerlo a disposici¨®n del Estado.
Algunos lotes apenas suscitaron inter¨¦s. Los objetos de Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez, llamada Isabelita, segunda esposa de Per¨®n y presidenta de Argentina tras su muerte, en 1974, salieron por debajo del precio de tasaci¨®n. S¨®lo contaba el recuerdo de Evita y su general. El uniforme de gala de Per¨®n, expuesto en el Museo de la Casa Rosada en 1995 y valorado en 5.000 euros, se vendi¨® por 75.000, tras un largo e intenso juego de pujas. Y alguien pag¨® 120.000 euros por la biblioteca de la residencia madrile?a, m¨¢s de 700 tomos entre los que hab¨ªa de todo. Ah¨ª estaba, por ejemplo, el ap¨¢tico regalo del general Franco en el momento del retorno de Per¨®n a Argentina, en junio de 1973: un tomo titulado Palacios y Museos de Espa?a.
Todo se fue. Hasta la l¨¢pida de Canela, un gran pedazo de m¨¢rmol roto con la siguiente inscripci¨®n: "El mejor y m¨¢s fiel de los amigos, 1955-1966". Bajo esa piedra reposaron los restos del perrillo de Per¨®n en el jard¨ªn de Puerta de Hierro.
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