El secretario de Estado de Seguridad podr¨¢ derribar aviones suicidas como los del 11-S

El secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, tiene en su mano el gatillo para ordenar el derribo de un avi¨®n de pasajeros secuestrado por terroristas que pretendan utilizarlo como arma de destrucci¨®n masiva, seg¨²n el modelo del 11-S de 2001. Astarloa, por delegaci¨®n del presidente en funciones, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ha sido designado "autoridad nacional" para hacer frente a un avi¨®n renegade (renegado, seg¨²n la terminolog¨ªa de la OTAN), dentro del plan de seguridad aprobado el pasado mi¨¦rcoles por el Gabinete de Crisis, como consecuencia de los atentados del 11 de marzo en Madrid.

El plan extraordinario de seguridad puesto en marcha para afrontar la amenaza del terrorismo radical isl¨¢mico prev¨¦ la participaci¨®n de las Fuerzas Armadas en tareas de vigilancia de instalaciones estrat¨¦gicas, fronteras y v¨ªas f¨¦rreas, as¨ª como en la defensa del espacio mar¨ªtimo y a¨¦reo.

Esta ¨²ltima misi¨®n, que corre a cargo de los cazas del Ej¨¦rcito del Aire y del Mando de Artiller¨ªa Antia¨¦rea del Ej¨¦rcito de Tierra, est¨¢ dirigida a disuadir y, en ¨²ltimo extremo, frustrar un ataque con aviones civiles secuestrados. Como ¨²ltimo recurso, si fallasen todas las medidas para impedir que un terrorista tomase el control de un avi¨®n o disuadirle de estrellarlo contra un objetivo m¨¢s valioso que las propias vidas de los pasajeros, se prev¨¦ la posibilidad de ordenar su derribo.

La masacre del 11-M ha obligado al Gobierno a contestar ahora una pregunta pendiente desde hace m¨¢s de dos a?os: qui¨¦n es la autoridad competente para ordenar el derribo. Dada la trascendencia de la decisi¨®n, se trataba de buscar un responsable pol¨ªtico de alto nivel, pero no tan alto que no estuviera inmediatamente disponible en caso necesario, cuando habr¨ªa que decidir en muy pocos minutos.

El derribo de un avi¨®n civil s¨®lo podr¨ªa ordenarse si, con los datos disponibles, se llegase a la conclusi¨®n de que se est¨¢ ante un "ataque inminente" de grandes proporciones y no evitable por otros medios, lo que supone una apreciaci¨®n subjetiva y una decisi¨®n de alto contenido pol¨ªtico.

La autoridad designada ha sido el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, responsable de todo el plan, en el que intervienen efectivos del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, la Guardia Civil, las polic¨ªas auton¨®micas y las Fuerzas Armadas.

El Gobierno ha seguido el modelo que ya aplic¨® con motivo de la cumbre europea de Sevilla, en junio de 2002, durante la presidencia espa?ola de la UE. Tambi¨¦n entonces deleg¨® esta potestad en Pedro Moren¨¦s, que era en aquellas fechas secretario de Estado de Seguridad. Dicha delegaci¨®n se limit¨® a los d¨ªas de la cumbre, mientras que la actual tiene car¨¢cter indefinido, mientras dure la vigencia del plan.

El control del espacio a¨¦reo corresponde al CAOC (Centro de Operaciones A¨¦reas Combinadas) de Torrej¨®n de Ardoz (Madrid). Aunque este centro est¨¢ integrado en la red de la OTAN, la competencia para ordenar el derribo de un avi¨®n civil es nacional. Desde los atentados de Nueva York y Washington, en septiembre de 2001, la OTAN ha urgido a los pa¨ªses miembros a que designen a sus "autoridades nacionales" para alertas de tipo renegade. Uno de los ¨²ltimos en hacerlo ha sido Alemania, que en noviembre pasado aprob¨® un proyecto de ley para otorgar al ministro de Defensa y, en su defecto, el de Asuntos Exteriores, esta potestad. Espa?a, que no lo hab¨ªa hecho a¨²n, lo ha designado a trav¨¦s de una directiva. Ello obliga a establecer una l¨ªnea caliente entre el Mando A¨¦reo de Combate, del que depende el CAOC de Torrej¨®n, y Astarloa.

Las Fuerzas Armadas espa?olas realizaron, el 28 y 29 de noviembre de 2001, un ejercicio simulado denominado Jointex DA-01 que ensayaba la reacci¨®n ante el secuestro de 22 aviones civiles en Madrid, Sevilla y C¨¢diz. Seg¨²n el resultado de dicho ejercicio, 15 de los 22 aviones fueron derribados por cazas y cuatro abatidos por misiles antia¨¦reos. Uno se col¨® y otros dos se perdieron. El problema es que el que lleg¨® hasta el centro de Madrid era el primero de todos, que contaba con el factor sorpresa.

El Estado Mayor de la Defensa lleg¨® a la conclusi¨®n de que la ¨²nica forma de garantizar el derribo, salvo que el avi¨®n se detectase fuera del espacio a¨¦reo espa?ol, era contar con cazas permanentemente en vuelo o armas antia¨¦reas desplegadas (en el ejercicio se emplearon 33 lanzadores de misiles y una fragata), lo que supone un alto coste econ¨®mico.

Adem¨¢s de la defensa a¨¦rea, las Fuerzas Armadas colaborar¨¢n en la vigilancia de las aguas territoriales y de centros estrat¨¦gicos (centrales el¨¦ctricas, nudos de comunicaciones, dep¨®sitos de combustible), as¨ª como de las fronteras y v¨ªas f¨¦rreas, mediante patrullas est¨¢ticas o m¨®viles.

Tambi¨¦n aportar¨¢n sus medios de Defensa NRBQ (Nuclear, Radiol¨®gica, Biol¨®gica y Qu¨ªmica) para hacer frente a una agresi¨®n con armas no convencionales. Las fuentes consultadas indicaron que a¨²n no se sabe cu¨¢ntos efectivos militares participar¨¢n, ya que todos los objetivos no se cubrir¨¢n a la vez y se fijar¨¢n prioridades en funci¨®n de la evoluci¨®n de la amenaza.