El juez dicta prisi¨®n incomunicada para los cinco primeros detenidos por el atentado
Los tres marroqu¨ªes encarcelados est¨¢n imputados por m¨¢s de 190 asesinatos y otros delitos
El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo envi¨® ayer a prisi¨®n a los tres marroqu¨ªes y a los dos indios que fueron detenidos el pasado s¨¢bado por su presunta vinculaci¨®n con los atentados del 11-M. El magistrado, a petici¨®n del fiscal Jes¨²s Santos, orden¨® el ingreso de los cinco en la prisi¨®n de Soto del Real (Madrid), incomunicados por cinco d¨ªas prorrogables a la espera de los datos que puedan aportar los otros cinco detenidos que a¨²n no han pasado a disposici¨®n judicial. Los marroqu¨ªes Jamal Zougam, de 30 a?os; Mohamed Chaoui, de 34, y Mohamed Bekkali, de 31, est¨¢n imputados por pertenencia a una organizaci¨®n terrorista, m¨¢s de 190 asesinatos y 1.400 tentativas de asesinato, estragos terroristas y sustracci¨®n de veh¨ªculo.
Zougam no supo explicar c¨®mo dos testigos le vieron en uno de los trenes
En la operaci¨®n participaron unos diez terroristas, seg¨²n la investigaci¨®n judicial
A Suresh Kumar y Vinay Khohy, ciudadanos indios, que fueron los primeros en declarar, el juez les imputa por delitos de colaboraci¨®n con banda terrorista y falsificaci¨®n en documento mercantil en concurso con defraudaci¨®n. Es decir que su participaci¨®n en los hechos fue vender las tarjetas y los tel¨¦fonos que luego fueron utilizados como temporizadores de las bombas.
En las siete horas que duraron las declaraciones, los cinco detenidos negaron cualquier participaci¨®n en los hechos que se les imputan y aseguraron que en el momento del atentado se encontraban durmiendo en sus respectivos domicilios. Igualmente rechazaron cualquier vinculaci¨®n con organizaciones terroristas, incluida Al Qaeda.
Jamal Zougam, al que se atribuye en fuentes de la investigaci¨®n un papel relevante que podr¨ªa ser el de coordinador de la operaci¨®n, se hab¨ªa negado a declarar ante la polic¨ªa y se hab¨ªa limitado a afirmar que por encima de ¨¦l "s¨®lo est¨¢ Dios", y que eso era lo ¨²nico que le preocupaba. Durante la madrugada del viernes, sin embargo, respondi¨® a todas las preguntas formuladas por el juez y el fiscal y seg¨²n fuentes de la Audiencia, concluy¨® su declaraci¨®n llorando.
Zougam, que como sus compa?eros declar¨® asistido de abogado de oficio, no levant¨® la vista del suelo mientras rechazaba las imputaciones. No supo explicar por qu¨¦ ten¨ªa en su poder un tel¨¦fono y una tarjeta SIM id¨¦nticos al de la mochila-bomba que fue desactivada por los Tedax en la Comisar¨ªa de Vallecas. Zougam no fue preguntado por el trozo de baquelita encontrado en el locutorio de Lavapi¨¦s, que coincide con el pedazo que falta del tel¨¦fono m¨®vil que actuaba de temporizador en la bomba desactivada. Ni el juez ni el fiscal conoc¨ªan la existencia de ese material que, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, le ser¨¢ remitido junto con un nuevo informe pr¨®ximamente.
Zougam tampoco supo explicar c¨®mo dos testigos le reconocen sin ning¨²n g¨¦nero de dudas como una de las personas que estuvo en uno de los trenes de la muerte. Aleg¨® que ¨¦l se encontraba en esos momentos en la cama.
Preguntado por sus vinculaciones con el presunto jefe de la c¨¦lula espa?ola de Al Qaeda, Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdad, Zougam precis¨® que le conoc¨ªa del barrio, pero que perdieron el contacto entre ellos, cuando Abu Dahdah ingres¨® en prisi¨®n en noviembre de 2001.
Jamal Zougam denunci¨® ante el juez y el fiscal haber sido objeto de malos tratos en comisar¨ªa. Indic¨® que hab¨ªa recibido algunos pu?etazos en el abdomen y algunas bofetadas y golpes en la cabeza. Sin embargo, el m¨¦dico forense de la Audiencia Nacional que le ha visitado diariamente inform¨® al juez que el detenido no mostraba ninguna lesi¨®n compatible con las agresiones que denunciaba.
Los otros cuatro detenidos, al contrario que Jamal Zougam, afirmaron que el trato hab¨ªa sido correcto.
Tras la declaraci¨®n, Zougam fue conducido de nuevo a los calabozos donde permaneci¨® rezando d¨ªa y noche.
Su hermano Mohamed Chaoui reiter¨® varias veces su inocencia. Indic¨® que la ma?ana del atentado se despert¨® a las 9.45 y que su hermano Jamal estaba durmiendo a su lado. Chaoui, sin embargo, quiso marcar distancias con su hermano al se?alar que ambos son muy distintos y que Jamal es "muy religioso".
Mohamed Bekkali, el tercero de los marroqu¨ªes, proclam¨® su inocencia a gritos. Explic¨® que la ma?ana del 11-S un compa?ero de piso le hab¨ªa despertado a las 10.55 y le inform¨® de que se hab¨ªa cometido un grave atentado en la estaci¨®n de Atocha. No obstante, seg¨²n dijo, a las 11.05, es decir, diez minutos despu¨¦s, se encontraba trabajando en su negocio.
Aunque evidentemente todav¨ªa es prematura una eventual condena, el delito de pertenencia a banda terrorista est¨¢ castigado con penas aproximadas de 10 a?os de c¨¢rcel; los asesinatos, 30 a?os cada uno; las tentativas de asesinato, a penas de 18 a?os; los estragos terroristas, entre 8 y 12 a?os y el robo de veh¨ªculo, dos a?os. Por tanto, en caso de ser condenados por todos los delitos por los que est¨¢n imputados, los tres marroqu¨ªes podr¨ªan ser condenados a m¨¢s de 30.000 a?os de prisi¨®n, la m¨¢s alta pena que se hubiera impuesto nunca en la historia judicial espa?ola. Hasta ahora, la pena m¨¢s elevada correspond¨ªa a los autores de la matanza de Hipercor, con 794 a?os de prisi¨®n, cada uno por 22 asesinatos.
A pesar de ello, y el endurecimiento de la legislaci¨®n contra los terroristas tras la reforma del C¨®digo Penal, la pena m¨¢xima de prisi¨®n que cumplir¨¢n los terroristas autores de los atentados del 11-M ser¨¢ de 40 a?os. Anteriormente el l¨ªmite m¨¢ximo de cumplimiento de prisi¨®n era de 30 a?os.
Material barato
Expertos antiterroristas niegan la aparente sofisticaci¨®n de los atentados de la que se habl¨® en un primer momento. "Solo hab¨ªa voluntad de matar", se?alan. Los materiales utilizados, su preparaci¨®n y puesta en funcionamiento son muy elementales.
La supuesta sincronizaci¨®n para volar toda la estaci¨®n de Atocha no va m¨¢s all¨¢ del mero conocimiento de los horarios de los trenes. El presupuesto tambi¨¦n ha sido bajo y se calcula que en toda la operaci¨®n intervinieron unos 10 activistas.
Estos expertos tambi¨¦n han diferenciado claramente entre el terrorismo etarra y el isl¨¢mico. Mientras los primeros tienen una direcci¨®n y est¨¢n organizados jer¨¢rquicamente, los grupos isl¨¢micos est¨¢n formados por grup¨²sculos o c¨¦lulas que no tienen una dependencia directa del l¨ªder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.
El funcionamiento es muy diferente. Los integristas isl¨¢micos reciben una formaci¨®n en campos de entrenamiento de Afganist¨¢n, Bosnia, Chechenia u otros lugares sobre armas y explosivos y sobre la opresi¨®n de occidente sobre los pa¨ªses isl¨¢micos y se les prepara para la Jihad o guerra santa.
Luego, esos mujahidines se infiltran en barrios o zonas deprimidas de los pa¨ªses occidentales donde tratan de captar a los musulmanes que all¨ª residen y forman a su vez c¨¦lulas independientes. Ellos conocen la consigna general de Bin Laden, y tratan de ejecutarla con los medios a su alcance, aunque no conozcan a Bin Laden ni tengan dependencia org¨¢nica o jer¨¢rquica en su organizaci¨®n.
Por otro lado, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n puso ayer en libertad a Ali Amrous, el argelino detenido en San Sebasti¨¢n por la Ertzaintza. Amrous fue detenido el pasado 15 de enero en el marco de una operaci¨®n contra el trapicheo de droga y amenaz¨® a los agentes diciendo que dos meses despu¨¦s iba a haber muchos muertos en la estaci¨®n de Atocha de Madrid. Garz¨®n ha recibido los informes policiales y de inteligencia sobre el argelino que han resultado negativos, por lo que sus afirmaciones se atribuyen a una coincidencia.
Desbandada entre los letrados
Los atentados de los trenes de la muerte el 11-M han tra¨ªdo algunas consecuencias en los procesos que se tramitan en la Audiencia Nacional contra sospechosos de terrorismo isl¨¢mico, especialmente los vinculados a Al Qaeda.
Un total de cuatro letrados han renunciado a la defensa en el proceso que el juez Baltasar Garz¨®n tramita contra la c¨¦lula espa?ola de Al Qaeda.
Tambi¨¦n lo ha hecho el conocido abogado Marcos Garc¨ªa Montes, que defend¨ªa a Ahmed Abderram¨¢n, conocido como el talib¨¢n espa?ol, que estuvo dos a?os preso en la base estadounidense de Guant¨¢namo y fue entregado a las autoridades espa?olas el pasado 13 de febrero. Ninguno de los letrados ha explicado las causas de la renuncia, aunque alguno de sus compa?eros ha se?alado que los m¨¢s de 200 muertos de los atentados de Madrid pueden empa?ar la imagen de un bufete y, una cosa es defender a un extranjero acusado de ser terrorista cuando no hay ning¨²n muerto sobre la mesa, y otra muy diferente tras un atentado como el del 11-M.
Los abogados que contin¨²an con la defensa en las causas contra presuntos miembros de Al Qaeda reconoc¨ªan el pasado jueves que no pensaban asumir la defensa de ninguno de los detenidos acusados de participar en los atentados del 11-M.
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