ENCARNACI?N MORA DONOSO / "Cos¨ªa y bordaba como la mejor"

Encarnaci¨®n Mora iba a cumplir en junio 64 a?os. Pero el 11 de marzo viajaba desde Torrej¨®n de Ardoz hasta su trabajo como empleada del hogar en una casa del paseo de la Castellana, de Madrid, en uno de los trenes malditos.

No se hab¨ªa jubilado porque su vitalidad se lo imped¨ªa. "Disfrutaba con su trabajo y con todo cuanto emprend¨ªa", dicen familiares cercanos. "Era un torrente de alegr¨ªa, nunca paraba de trabajar", explica Loli, su hija, que vive en Torrej¨®n, y que le dio a Encarnaci¨®n uno de sus cuatro nietos.

Hija de Resurrecci¨®n y de Mat¨ªas, hab¨ªa nacido en Gran¨¢tula de Calatrava, Ciudad Real, en un hogar de agricultores. Tras cursar primeros estudios en la escuela local, comenz¨® a trabajar en el campo. De adolescente, Encarnaci¨®n despuntaba por ser una ni?a dicharachera, llena de sentido del humor. "Adem¨¢s, era laboriosa y aplicada: cos¨ªa y bordaba como la mejor", explica con orgullo su hermana Carmen, desde Calzada de Calatrava, a 12 kil¨®metros de Gran¨¢tula, donde Encarnaci¨®n fue enterrada el s¨¢bado.

"Hab¨ªa contra¨ªdo matrimonio en la flor de su juventud", explica Carmen. "Le gustaba ir siempre impecable, peinada, pintada, muy guapa", comenta. La dureza de los tiempos la llev¨® a emigrar a Australia, donde pas¨® un par de a?os, para regresar luego a La Mancha y, posteriormente, parti¨® a Alemania, cuando ya hab¨ªa tenido a su hijo mayor, Jos¨¦ Antonio. Luego nacer¨ªan Mar¨ªa Dolores y Marcelino. Con el tiempo, se divorci¨® de Marcelino Delgado.

Desde siempre, Encarnaci¨®n trabaj¨® en el servicio dom¨¦stico, sobre todo en casas de miembros de la familia Fierro. "Como buena manchega, dominaba el pisto, el asadillo, las migas y las gachas", cuenta su hermana. "Ha sido una madre fabulosa", dice su hija con gratitud.-