MAR?A JOS? PEDRAZA PINO / Los libros de Mar¨ªa Jos¨¦

Mar¨ªa Jos¨¦ ten¨ªa 41 a?os. Era de Madrid y trabajaba como auxiliar en la Consejer¨ªa de Sanidad de la Comunidad Aut¨®noma. La noche anterior al atentado la pas¨® en su casa, estudiando: el d¨ªa 28 de marzo iba a presentarse a una oposici¨®n de administrativo. Las paredes llenas de libros de su cuarto fueron testigos, una vez m¨¢s, de las aspiraciones de una mujer que luchaba para que sus proyectos se convirtieran en realidad. "Trabajaba y estudiaba. Mucho. Quer¨ªa mejorar. Y eso que ya ten¨ªa un puesto fijo...", recuerdan sus familiares. Quer¨ªa mejorar. Los libros, ordenadamente repuestos, estaban all¨ª por ello.

Mar¨ªa Jos¨¦ era la segunda de seis hermanos, cuatro mujeres y dos hombres. Era el punto de referencia discreto de una familia muy unida. "Estaba siempre dispuesta a escuchar, a ayudar. Nunca sal¨ªa un no de su boca", dice Loli, su hermana menor. Trabajaba y estudiaba. Pero tambi¨¦n ayudaba. Sus cuatro sobrinos la consideraban "como una segunda madre", recuerda Javier S¨¢nchez, marido de Loli.

Mar¨ªa Jos¨¦ les dedicaba mucha atenci¨®n. Ba?aba al m¨¢s peque?o, de diez meses. Jugaba con los otros. No se dejaba arrastrar por la corriente de la vida cotidiana: encontraba por alg¨²n lado, de alguna forma, el tiempo para ocuparse de su familia, de su gente. El tiempo para hacer lo que le gustaba. Viajar por Europa cada verano, por ejemplo. Abandonarse a la lectura de novelas por horas enteras, como ya hac¨ªa en su juventud.

"Iban a darle un piso", cuentan sus hermanos, "en el ensanche de Vallecas". "Se le iluminaba la cara cuando hablaba de ¨¦l". La idea de su nueva vida all¨ª "le hac¨ªa una ilusi¨®n incre¨ªble". Mar¨ªa Jos¨¦ hab¨ªa so?ado mucho con eso. Comprarse un piso. Hab¨ªa trabajado y estudiado por eso.-