La guerra vista desde EE UU
Familiares de soldados muertos en Irak denuncian mentiras del Pent¨¢gono
"El Gobierno me dijo que mi hijo, Jes¨²s, muri¨® de un disparo en la cabeza por fuego enemigo. Despu¨¦s, me enter¨¦ de que en realidad muri¨® porque pis¨® una bomba que hab¨ªa puesto otra unidad de nuestro Ej¨¦rcito, sin avisar a la compa?¨ªa de mi hijo. Es otra de las mentiras de esta guerra".
Fernando Su¨¢rez ha decidido dedicar su vida a destapar las mentiras del Pent¨¢gono y a convencer a soldados estadounidenses para que expresen sus cr¨ªticas sobre la invasi¨®n de Irak. Recibe muchas llamadas de soldados, muchos apoyos, pero siempre desde el anonimato. El Departamento de Defensa, preocupado por mantener su versi¨®n oficial ajustada al patr¨®n de una muerte heroica, orden¨® a los soldados que estaban con Jes¨²s Su¨¢rez cuando muri¨® que no visitaran a los padres. Uno de ellos se salt¨® esa prohibici¨®n, que no era militar sino sigilosa, subrepticia. Se plant¨® en casa de Fernando y le cont¨® que su hijo Jes¨²s sobrevivi¨® al estallido de la bomba junto a sus pies. Le cont¨® que tard¨® dos horas en recibir asistencia m¨¦dica, a pesar de que el hospital de campa?a estaba a 15 minutos. Le cont¨® que muri¨® en el camino. Ese soldado que consol¨® al padre ha sido enviado de nuevo a Irak, el ¨²nico de su compa?¨ªa obligado a regresar.
Seg¨²n el recuento m¨¢s reciente, la invasi¨®n de Irak ha provocado 550 bajas en el Ej¨¦rcito de EE UU y 3.200 soldados heridos. Sus familias se quejan a menudo de tener que luchar una segunda guerra contra la normalidad y contra el sistema: el Pent¨¢gono no cubre el coste total de los entierros y los heridos no encuentran su sitio en el nuevo mundo al que se enfrentan sin manos, sin piernas, ciegos o con tetraplejias.
Su¨¢rez es quiz¨¢ el m¨¢s activo entre los familiares de fallecidos. Asegura que el Departamento de Defensa s¨®lo le ha reembolsado 4.000 de los 7.000 d¨®lares que gast¨® en enterrar a su hijo. "Ahora que no les sirve mi hijo, para qu¨¦ se van a preocupar por ¨¦l", dice a EL PA?S. Trabaja d¨ªa y noche para denunciar una guerra que cree injusta y un comportamiento del Pent¨¢gono que considera insultante. Cree que su activismo ha jugado un papel en los pocos soldados que se han declarado objetores de conciencia o en rebeld¨ªa. S¨®lo hay un caso reconocido p¨²blicamente, el de un soldado de Florida, pero Su¨¢rez asegura que hay otro en Illinois y otro m¨¢s en California "y 700 m¨¢s que el Pent¨¢gono est¨¢ ocultando".
La invasi¨®n de Irak est¨¢ dejando seis heridos por cada soldado de EE UU muerto. En Vietnam hubo cuatro heridos por cada soldado muerto y en la Segunda Guerra Mundial la proporci¨®n era de tres por cada fallecido. Esta dram¨¢tica correlaci¨®n demuestra de manera matem¨¢tica que la industria militar ha avanzado lo suficiente en t¨¦cnicas de protecci¨®n personal y en despliegue m¨¦dico en los campos de batalla como para evitar muchas muertes a cambio de multiplicar los heridos. Y el Pent¨¢gono todav¨ªa trata de acostumbrarse a esa proporci¨®n, porque nunca antes ten¨ªa una n¨®mina tan amplia de soldados mutilados e incapacitados.
La situaci¨®n es especialmente cr¨ªtica en un pa¨ªs que es posiblemente el ¨²nico del mundo con un ministerio para los veteranos de guerra. El Secretario del Departamento para Asuntos de los Veteranos, Anthony Principi, reconoce que las guerras modernas dejan un rastro de heridos m¨¢s voluminoso: "Soldados que habr¨ªan muerto en otras guerras ahora regresan heridos. Lamentablemente, vienen sin brazos, sin piernas, sin nada en algunos casos. De alg¨²n modo es muy importante lo que hemos logrado. Pero es muy doloroso contemplar estas heridas", asegura Principi.
Muchos est¨¢n en el Walter Reed Army Hospital de Washington, pero el Pent¨¢gono reduce al m¨ªnimo los contactos con la prensa. Por eso son los familiares de los soldados muertos los activistas en contra de la guerra. La asociaci¨®n Military Familias Speak Out proporciona asistencia legal a las familias. La asociaci¨®n va sumando a decenas de maridos y esposas separados por la guerra. Nunca antes el familiar de un soldado en activo se hab¨ªa atrevido a criticar la guerra a la que ha sido enviado: "La fe en el honor y la integridad de nuestro Gobierno ha desaparecido. Mi marido tardar¨¢ mucho en regresar y cada d¨ªa es un d¨ªa m¨¢s de sufrimiento por un sacrificio innecesario". Lo firma una mujer con seud¨®nimo porque est¨¢ convencida de que su marido ser¨¢ condenado a seguir en Irak si el Pent¨¢gono descubre semejante osad¨ªa familiar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.