Taiwan: elecciones y balas

Hoy sabremos si el intento de asesinato al que ayer sobrevivi¨® en Taipei el presidente de Taiwan ha alterado sustancialmente el ¨¢nimo de los electores ante una contienda que se presenta muy re?ida entre aqu¨¦l, Chen Shui Bian, y su oponente moderado, Lien Chan. Pese a las advertencias chinas de hace cuatro a?os a los taiwaneses, en el sentido de que si eleg¨ªan presidente al proindependentista Chen no tendr¨ªan otra oportunidad para lamentarlo, de nuevo 17 millones de votantes al otro lado del Estrecho pueden pronunciarse sobre su reelecci¨®n. El jefe del Estado taiwan¨¦s, que ya se recupera de sus heridas, fue tiroteado por desconocidos, junto con su vicepresidenta, desde la multitud que contemplaba en las calles de la capital el paso de su comitiva.

Chen defiende activamente y con ¨¦xito la identidad taiwanesa frente a la china, pero el motivo principal de la sostenida inquina hacia "el traidor" por parte de Pek¨ªn -que anoche no hab¨ªa reaccionado al intento de magnicidio- es su pol¨ªtica de emancipaci¨®n respecto al gigante continental. Esta actitud le ha llevado a convocar a la vez que los comicios presidenciales de hoy un refer¨¦ndum en el que los taiwaneses deben pronunciarse sobre la compra de armamento para contrarrestar los 500 misiles chinos que apuntan a la isla rebelde. Frente a este talante desafiante, el candidato de la oposici¨®n, Lien Chan, ligeramente por delante en las encuestas, quiere con buen criterio que Taiwan facilite a los dirigentes chinos moderados la tarea de coexistir pac¨ªficamente con la isla, en lugar de animar a los halcones a lo contrario.

Pese a las rituales declaraciones chinas en el sentido de que cualquier intento por Taiwan de declararse independiente acarrear¨ªa su destrucci¨®n, Pek¨ªn ha evitado las amenazas durante la campa?a electoral. El primer ministro, Wen Jiabao, se ha limitado a se?alar que el refer¨¦ndum amenaza "la estabilidad regional". A esta relativa moderaci¨®n de quienes consideran a Taiwan una provincia renegada, que debe ser recuperada por la fuerza si es necesario, no es ajena la posici¨®n estadounidense sobre el tema. Bush ha sustituido la calculada ambig¨¹edad de Clinton por un compromiso firme seg¨²n el cual Washington adoptar¨¢ cualquier medida necesaria para defender la integridad de su aliado.