Basauri a?ora su limpieza
Dos huelgas de limpieza condenan al municipio a la suciedad Toneladas de desperdicios se acumulan en Basauri, que vivir¨¢ desde el martes el reinicio de otro paro de limpiezas
El premio Bandera Verde-Ciudad Sostenible que Basauri luce desde hace un lustro en reconocimiento a su pulcritud parece desvanecerse este a?o. Desde que las casi 40 trabajadoras de la empresa FCC, adjudicataria de la limpieza de edificios p¨²blicos, se declararon en huelga indefinida el pasado 13 de enero, se ha echado en falta cada d¨ªa un buen cepillo. Las empleadas, que demandan que sus salarios se igualen pr¨¢cticamente al de los funcionarios, reiniciar¨¢n el paro el pr¨®ximo martes, despu¨¦s de que un juez declarase el 8 de marzo ilegal su movilizaci¨®n, porque los sindicatos ELA, ESK y CCOO no la hab¨ªan convocado con la antelaci¨®n necesaria.
La normalidad que supuso el par¨¦ntesis para esta localidad de unos 45.000 habitantes apenas dur¨® una semana. Las bolsas de basura pronto comenzaron a amontonarse en sus calles como consecuencia de una segunda huelga emprendida el 14 de marzo por los 70 operarios de Ferroser, adjudicataria del servicio de recogida y limpieza viaria, para reclamar el incremento de sus salarios tres puntos por encima del IPC. Los trabajadores recalcan que la coincidencia de ambos paros es "totalmente casual".Los responsables municipales y un portavoz del comit¨¦ de esta empresa -con representantes de CGT, CCOO, USO y ELA- coinciden en que los servicios m¨ªnimos impuestos resultan insuficientes para retirar los residuos y barrer todo el pueblo. El resultado son varias toneladas de desperdicios que han empezado a acumularse en las aceras y un pueblo harto de tanta huelga. "Los vecinos han reaccionado con mucho cabreo y preocupaci¨®n y sin entender nada, aunque est¨¢n demostrando mucha paciencia", explica el alcalde, el peneuvista Rafael Ibarg¨¹en, quien ha solicitado al Gobierno que ampl¨ªe la limpieza obligatoria.
Estos problemas pueden pasar a segundo plano si se comparan con los que desde enero ocasion¨® la huelga de FCC y que probablemente se reproducir¨¢n con el reinicio del paro el pr¨®ximo martes. Durante casi dos meses, tuvieron que cerrarse por la suciedad las instalaciones deportivas, con 7.000 abonados, el teatro Social Antzokia y los cuatro centros culturales municipales. En los colegios, la acumulaci¨®n de polvo oblig¨®, seg¨²n las asociaciones de madres y padres, a medio millar de escolares con alergias y problemas respiratorios a faltar a clase algunos d¨ªas, hasta que el aumento de los servicios m¨ªnimos garantiz¨® mayor higiene. Unos 3.000 ni?os estudian en los centros p¨²blicos de Basauri.
"Los escolares no han recibido una ense?anza ¨ªntegra, porque las salas de m¨²sica y gimnasios se han tenido que cerrar. Tras faltar unos d¨ªas a clase, muchos peque?os regresaron pese a sufrir rinitis o algo de asma, porque no pod¨ªan quedarse en casa dos meses", recuerda Erlantz Bikandi, portavoz de las seis asociaciones de madres y padres locales.
El Ayuntamiento ha prometido a estas agrupaciones que contratar¨¢ a una empresa privada para que realice revisiones semanales en las aulas, con t¨¦cnicas de medici¨®n m¨¢s exhaustivas que las empleadas por Sanidad.
Del 13 de enero al 8 de marzo, la falta de ingresos en los polideportivos y centros culturales puede haber causado al Ayuntamiento p¨¦rdidas superiores al incremento salarial demandado por las trabajadoras: 240 euros mensuales m¨¢s hasta alcanzar los 905 euros netos al mes. Jon Azpirtarte, representante de ELA, reclama que el consistorio se preocupe de garantizar un salario "digno y justo" a estas empleadas, pese a que forman parte de una subcontrata. "El Ayuntamiento tiene una responsabilidad social con las trabajadoras que prestan sus servicios en las instalaciones p¨²blicas. A fin de cuentas, es un cliente y pone las condiciones", dice.La demanda no es nueva y ha sido ya asumida por consistorios como San Sebasti¨¢n y Durango. Desde hace casi tres a?os, los sindicatos vascos han reclamado a Eudel que inste a las instituciones locales a tomar medidas para que los empleados de subcontratas cobren los sueldos fijados en los convenios de los funcionarios. Ante "el acoso" que, seg¨²n un portavoz de Eudel, sufr¨ªan algunos ayuntamientos, la asociaci¨®n municipal aprob¨® en diciembre rechazar cualquier intervenci¨®n en este sentido.
En Basauri, s¨®lo el ¨²nico edil de IU, Arturo Mu?oz, defiende la necesidad de que el Ayuntamiento se implique en la resoluci¨®n del conflicto y garantice a las empleadas "un sueldo m¨ªnimo para que puedan vivir con dignidad".
Los concejales de PNV, EA, PP y PSE-EE rechazan esta opci¨®n. "El Ayuntamiento es parte implicada, porque es una parte afectada. Pero no son trabajadoras del Ayuntamiento y deben negociar con su empresa", explica el alcalde.
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