Proeza del Villarreal
El equipo de Paquito hace valer su ventaja de la ida y elimina al Roma de Capello con un gol de Anderson
Quiz¨¢ fue por valent¨ªa, quiz¨¢ por necesidad. El caso es que Paquito le dio al Villarreal el triunfo m¨¢s sonado de su historia con una decisi¨®n arriesgada. La de una sustituci¨®n. Sucedi¨® as¨ª. Hab¨ªa comenzado la segunda parte y el Roma ya hab¨ªa igualado la ventaja espa?ola de la ida (2-0), un excelente Totti dirig¨ªa la carga que parec¨ªa irresistible pero... de pronto, todo cambi¨®. El cuarto ¨¢rbitro levant¨® el cartel de los cambios. Se march¨® sorprendentemente Javi Venta, que acababa de entrar, y entr¨® Guayre. Naci¨® otro partido. El Villarreal, moribundo hasta entonces, se atrev¨ªa a jugar con dos delanteros. A mirar a los ojos al Roma. A atravesar por primera vez la l¨ªnea del medio del campo, a entrar por los extremos y ?bingo!: marc¨® Anderson, ese goleador extraordinario que convirti¨® en oro la ¨²nica ocasi¨®n que dispuso. El segundo y ¨²ltimo disparo del Villarreal. Una volea a centro de Jos¨¦ Mari, volea inesperada por todos, menos por Anderson, que ya hab¨ªa encarrilado la eliminatoria en el Madrigal. Anderson y Jos¨¦ Mari, la pareja que ha tumbado al equipo de Capello. La pareja que pasa a la historia de este modesto club castellonense que un d¨ªa de marzo triunf¨® en el Ol¨ªmpico.
ROMA 2 - VILLARREAL 1
Roma: Pelizzoli; Zebina, Samuel, Chivu; Mancini, Emerson, Dacourt, Candela, Lima (Delvecchio, m. 75); Totti; y Cassano (Montella, m. 69).
Villarreal: Reina; Belletti (Javi Venta, m. 46, Guayre, m. 58), Coloccini, Quique ?lvarez, Arruabarrena; Jos¨¦ Mari, Battaglia, Pedro Mart¨ª, Roger; Riquelme; y Anderson (Berza, m. 80).
Goles: 1-0. M. 10. Emerson, a pase de Totti. 2-0. M. 50. Cassano, a pase de Totti. 2-1. M. 68. Centro de Jos¨¦ Mari y volea de Anderson.
?rbitro: Veissiere (Francia). Expuls¨® a Zebina (m. 89) con roja directa por una patada a Quique ?lvarez. Amonest¨® a Samuel, Mart¨ª, Belletti, Totti, Cassano, Battaglia, Chivu y Reina.
29.088 espectadores en el estadio Ol¨ªmpico.
Eso s¨ª, en la primera parte el Villarreal sufri¨® much¨ªsimo. La inocencia que demostr¨® ayer a los 10 minutos fue de patio de colegio. Dej¨® a Totti total libertad para sacar r¨¢pido y en corto una falta, al borde de la luna del ¨¢rea. El bal¨®n le lleg¨® a Emerson y el brasile?o, tras buscarse el ¨¢ngulo de tiro, envi¨® un zurdazo impresionante a la escuadra que dej¨® helado a Reina. Y a la defensa, que estaba en Babia. Fue el anuncio de un Emerson gigantesco.
"Vamos a animar a nuestro capit¨¢n Totti", hab¨ªan pedido desde la megafon¨ªa del club antes del inicio del encuentro. Y eso le faltaba a Totti, que lo animaran. No parece el ni?o mimado del calcio necesitar que lo animen para echarse el equipo a la espalda desde el inicio. Ayer dict¨® una lecci¨®n de c¨®mo golpear el bal¨®n con el exterior del pie derecho, gesto t¨¦cnico muy poco visto desde que se retirara Johan Cruyff. Habilidad desarrollada a menudo por los m¨¢s grandes, caso tambi¨¦n de Beckenbauer.
El Roma arras¨® al Villarreal en la primera parte. El equipo espa?ol apenas sali¨® de su campo. Sinti¨® el aliento romano en el cogote. Se limit¨® a duras penas evitar que le cayera un saco de goles. Riquelme apareci¨® rodeado casi siempre de un pu?ado de rivales, que le robaban la cartera, una vez tras otra. Anderson se convirti¨® en un fantasma solitario en el ataque. Roger desapareci¨®. Jos¨¦ Mari lanz¨® un par de poderosas carreras por la banda, pero, sin compa?¨ªa, no iba a ninguna parte. Nunca acompa?aron los laterales, Arruabarrena y Belletti, que, medio lesionados, se limitaron a defender. As¨ª que el cuadro de Paquito estaba atrapado. Entre las redes de t¨¢cticas y f¨ªsicas del cuadro romano, que actu¨® con la agresividad solicitada por Capello. Mal entendida por Samuel, que le dio un tremendo codazo a Jos¨¦ Mari que el ¨¢rbitro castig¨® con tarjeta amarilla.
Paquito orden¨® a su equipo adelantar las l¨ªneas tras el descanso. Dio entrada a Javi Venta por Belletti. Y el equipo pareci¨® despojarse de cierto complejo de inferioridad. Pero de nuevo Emerson abri¨® la pelota al pico izquierdo del ¨¢rea y apareci¨® Totti. E bal¨®n le vino a la izquierda y centr¨® de primeras, ese tipo de centros rasos, levemente enroscados, al coraz¨®n del ¨¢rea y a la espalda de la defensa. Del resto se encarg¨® Cassano.
Al Villarreal no le quedaba m¨¢s remedio que marcar, as¨ª que Paquito dio paso a Guayre. Y por primera vez el cuadro amarillo dio la sensaci¨®n de poder marcar. A punto estuvo Riquelme de convertir un gol ol¨ªmpico. A continuaci¨®n Guayre alcanz¨® la l¨ªnea de fondo y centr¨®, que no dejaba de ser noticia. Por fin hallaba espacios el Villarreal por donde correr. Y poco despu¨¦s lleg¨® el gran momento del Villarreal, tal vez el m¨¢s importante de su historia: un bal¨®n que le cae a Jos¨¦ Mari en el extremo derecho, un centro combado al ¨¢rea y ?ave Anderson!, el remate de una volea enroscada y colocada al primer toque, justo al ¨¢ngulo al que no llegaba Pelizzoli. El tanto le rompi¨® los esquemas al Roma, que perdi¨® los papeles: se puso a protestar y Capello retir¨® al irritable Cassano, para evitar su expulsi¨®n. Se oy¨® el c¨¢ntico de las tres docenas de aficionados espa?oles y el grupo de Paquito tute¨® en esta ¨²ltima media hora a su poderoso rival. Entr¨® en juego la zurda de Roger, se creci¨® Riquelme y Guayre fue la bala que manten¨ªa atenta a la zaga romana. Consciente de lo que estaba viviendo, el Villarreal aguant¨® heroicamente la ¨²ltima y desesperada avalancha romana.
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