El Celtic deja a cero al Bar?a
Los azulgrana, en un partido desbocado, empatan ante los escoceses y se despiden del torneo
Camino de Gotemburgo, el Barcelona se ape¨® sorprendentemente de la UEFA en el Camp Nou, eliminado por el Celtic, un club entra?able por su historia y su hinchada que cuenta con un equipo tan feo como competitivo. Tres horas de juego no le alcanzaron a Ronaldinho para batir a Douglas y Marshall, los dos porteros escoceses que se han alineado en una eliminatoria muy complicada e incierta como la mayor¨ªa que afronta el equipo de Glasgow, acostumbrado a sobrevivir en las circunstancias m¨¢s extremas. Al Celtic le ha bastado un gol para tumbar al Bar?a, falto de delanteros, sorprendido por la impecable actuaci¨®n que anoche tuvo Marshall.
Escocido presumiblemente por el mal trago de la ida, el Bar?a sali¨® como un tiro, un punto acelerado, circunstancia que no le impidi¨® llegar reiteradamente a la porter¨ªa del joven Marshall, que actu¨® como un veterano frente a las concesiones de su zaga. El Celtic defend¨ªa mal y parec¨ªa expuesto al gol en cualquier jugada. El alboroto azulgrana provoc¨®, en contrapartida, una cierta sensaci¨®n de fragilidad, al punto que Puyol tuvo que corregir dos salidas de Larsson que apuntaban directamente al marco de Vald¨¦s.
BARCELONA 0 - CELTIC GLASGOW 0
Barcelona: V¨ªctor Vald¨¦s; Reiziger (Overmars, m.52), Oleguer, Puyol (M¨¢rquez, m.33), Gabri; Xavi, Cocu, Gerard; Luis Garc¨ªa, Luis Enrique (Sergio Garc¨ªa. m.63) y Ronaldinho.
Celtic: Marshall; Agathe, Kennedy, Varga, McNamara (Miller, m.50); Petrov, Lennon, Pearson, Thompson; Sutton (Sylla, m.83) y Larsson.
?rbitro: Domenico Messina. Italia. Amonesto a Petrov, Ronaldinho.
77.107 espectadores ayer en el Camp Nou.
Rijkaard hab¨ªa pedido paciencia y mantuvo el dibujo de costumbre, aun cuando la falta de cadera del rival y el gol con el que carg¨® el Barcelona en Glasgow, invitaban a ensanchar el campo con dos extremos. El t¨¦cnico prefiri¨® prescindir del punzante Overmars en beneficio del recuperado Luis Garc¨ªa, un futbolista m¨¢s polivalente que el holand¨¦s, cubri¨® la baja de Saviola con Luis Enrique y aline¨® a tres medios naturales, con el fin de goberner el partido.
Al Bar?a parec¨ªa interesarle madurar el encuentro con inteligencia, sin prisa, concienzudamente. Los jugadores, sin embargo, se entregaron a un intercambio de golpes que acab¨® sin recompensa. La simplicidad con la que el Celtic tiraba el pase desde la l¨ªnea de medios contrastaba con el barroquismo azulgrana, que no le encontraba el punto al partido. Falto de un ritmo cadente, no jugaba ,sino que corr¨ªa precipitadamente a la pata coja por la ausencia de un extremo zurdo o paraba sin venir a cuento en el balc¨®n del ¨¢rea.
No es f¨¢cil enfrentarse al Celtic. Por m¨¢s que se le mire y se canten sus defectos, resulta dif¨ªcil meterle mano. Parece un equipo de f¨²tbol primitivo, accesible, f¨¢cil de tumbar, y por el contrario cada a?o va pasando eliminatorias para suerte de su hinchada, que se desparrama de forma entra?able all¨¢ donde juegue su equipo, siempre con una botella de cerveza en la boca. Los escoceses se lo estaban pasado la mar de bien en el bar y en el campo mientras el cabreo azulgrana iba en aumento. Aunque Rijkaard insist¨ªa en sus recomendaciones de jugar con la cabeza, al Bar?a se le disparaba el coraz¨®n, incapaz de mover al contrario, de ganar terreno, agrandar la cancha y crear espacios para el remate certero. Embalado, se dejaba la pelota en ataque y en defensa, de manera que no llegaba a ning¨²n sitio. No le qued¨® otro remedio al entrenador que cambiar de plan. A grandes males, grandes remedios, de modo que Overmars y Sergio Garc¨ªa entraron en escena para revertir el orden de las cosas que tan bien pintaban para el Celtic.
Los escoceses recularon y se pusieron en manos de Marshall, cuya clarividencia contrast¨® con la ofuscaci¨®n de los delanteros azulgrana. El equipo de O'Neil cerr¨® muy bien su campo, aisl¨® a Ronaldinho y resisti¨® el acoso del Bar?a, que en los ¨²ltimos partidos ha perdido su punto dulce de juego, aun cuando los goles del brasile?o lo hayan disimulado y le permitan mantener la racha victoriosa en la Liga. La UEFA es otra cosa, y anoche el Celtic le apart¨® del torneo en un partido vibrante, muy propio de la competici¨®n europea y que, a la larga, expres¨® que los azulgrana pierden su encanto cuando son presa de la ansiedad y la prisa. El Bar?a no supo combatir el f¨²tbol cervecero del Celtic con un juego de caf¨¦, copa y puro y muri¨® embriagado en su propia casa. Un gran chasco en el Camp Nou.
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