Al Qaeda: la espiral de la raz¨®n
A partir del 11-S sigue engros¨¢ndose el volumen de libros centrados en el estudio del islam en sus m¨¢s diversas manifestaciones. Autores hasta hace poco s¨®lo conocidos entre los especialistas, como Bernard Lewis o Gilles Kepel, son hoy objeto de cita com¨²n en todos los medios de comunicaci¨®n, y por su parte los m¨¢s conocidos de estos investigadores multiplican las reediciones de escritos ya agotados y se emplean en la tarea menos l¨²cida, pero asimismo ¨²til, de explicar a las mentes de los lectores occidentales los conceptos b¨¢sicos de la religi¨®n y de la mentalidad propios del mundo musulm¨¢n.
Tal es el caso del peque?o libro El islam. 94 preguntas b¨¢sicas, de John L. Esposito, que Alianza Editorial acaba de sacar en su colecci¨®n de libros de bolsillo. El profesor de Georgetown es conocido por sus an¨¢lisis de la tradici¨®n doctrinal y del islam contempor¨¢neo, y tambi¨¦n por su tenacidad en mantener en todo momento la puerta abierta a un entendimiento entre las religiones, a pesar de la dificultad del momento actual. Posiblemente sea esta intencionalidad lo que gravita sobre el valor de las "94 preguntas". Cuando se trata de un tema neutro, como la naturaleza de las diferencias entre sunismo y shi¨ªsmo o el papel de los suf¨ªes, la calidad informativa de la obra resulta innegable. No sucede lo mismo cuando entra en juego un tema que puede servir para la elaboraci¨®n de una visi¨®n cr¨ªtica, en que islam y violencia sean asociados. El historiador se convierte entonces en abogado defensor, caso de las p¨¢ginas sobre la condena de Rushdie, o incluso en encubridor del significado real de la doctrina, caso de la yihad. Signo de los tiempos.
AL QAEDA Y LO QUE SIGNIFICA SER MODERNO
John Gray
Traducci¨®n de Tom¨¢s Fern¨¢ndez A¨²z y Beatriz Eguibar
Paid¨®s. Barcelona, 2004
180 p¨¢ginas. 12,50 euros
M¨¢s esclarecedor resulta el breve ensayo de John Gray, Al Qaeda y lo que significa ser moderno. Gray no pretende en modo alguno transmitir un saber enciclop¨¦dico acerca del integrismo isl¨¢mico y s¨ª en cambio servirse de su presencia para abordar un ensayo de comprensi¨®n de las grandes tendencias de acci¨®n y de conflicto en el mundo actual. Estamos ante un enfoque innovador, ya que en un c¨ªrculo de c¨ªrculos el examen de la alternativa isl¨¢mica es puesto en relaci¨®n con los rasgos del imperialismo americano, el tema de la globalizaci¨®n y las nuevas orientaciones del sistema econ¨®mico mundial. Todo ello inmerso en una reflexi¨®n de fondo sobre la modernidad y tambi¨¦n sobre el fracaso de la utop¨ªa de ra¨ªz positivista que pens¨® construir una nueva humanidad sobre el progreso cient¨ªfico.
Por lo que concierne a Al Qaeda
, una de las afirmaciones capitales de Gray puede ser suscrita sin mayores dificultades: los guerrilleros suicidas del 11 de septiembre de 2001 "destruyeron el mito dominante de Occidente", la creencia en una evoluci¨®n necesaria de la humanidad en sentido convergente hacia el denominador com¨²n de los valores de la Ilustraci¨®n. Una vez hundida la utop¨ªa comunista, la historia se presentaba como un camino sembrado de obst¨¢culos, pero con esa meta fija. A partir de los atentados, lo irracional vuelve a la escena hist¨®rica y la modernidad aparece tambi¨¦n bajo el rostro de la destrucci¨®n. La propia noci¨®n de humanidad revela su car¨¢cter m¨ªtico, para ceder paso al protagonismo inevitable de los seres humanos individuales y del conflicto. Los sucesivos an¨¢lisis que emprende Gray en torno a la globalizaci¨®n, el mercado libre, los l¨ªmites del crecimiento y la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos son otros tantos trabajos de rectificaci¨®n de esa creencia ingenua y perversa al mismo tiempo, de ra¨ªz positivista, seg¨²n la cual resulta posible montar sobre el cambio cient¨ªfico un proyecto de emancipaci¨®n universal. "Las sociedades occidentales", explica Gray, "se encuentran regidas por el mito de que, a medida que el resto del mundo absorba la ciencia y se vuelva moderno, habr¨¢ de volverse obligatoriamente laico, ilustrado y pac¨ªfico; tal como, contrariamente a toda evidencia, se imaginan a s¨ª mismas". La destrucci¨®n por Al Qaeda del mito no hizo desaparecer la creencia en el mismo. S¨®lo con un cambio en las formas de vida, opina Gray, se difuminar¨¢ la eficacia de ese mito, as¨ª como la del alternativo isl¨¢mico de la fe en el terror.
Frente al positivismo forjador de cat¨¢strofes, Gray sostiene una visi¨®n antropol¨®gica pesimista. En la historia, los t¨²neles se suceden los unos a los otros: "El progreso del conocimiento no augura ninguna edad de la raz¨®n. Simplemente a?ade una dislocaci¨®n m¨¢s a la humana locura". Excesivo. No lo es en cambio la advertencia sobre los terribles peligros que acechan a quien aspire a reconstruir el mundo sobre un patr¨®n racional: ejemplo, el experimento sovi¨¦tico. Para Gray, la fe en la raz¨®n produce monstruos.
M¨¢s discutible es la asimilaci¨®n que efect¨²a Gray de Al Qaeda a la modernidad, por lo menos en cuanto a su mentalidad y a su dimensi¨®n teleol¨®gica. En los planos tecnol¨®gico y organizativo, as¨ª como en su ajuste a la globalizaci¨®n, no existe la menor duda de que la creaci¨®n de Bin Laden tiene un car¨¢cter estrictamente moderno. La puesta en marcha de una red mundial de secciones terroristas en torno a un centro de direcci¨®n, la definici¨®n global del escenario en que ha de desenvolverse el terror, la s¨®lida y casi invisible tela de ara?a econ¨®mica, son factores que hacen de Al Qaeda un sujeto hist¨®rico cargado de elementos arcaizantes en cuanto a su ideario y fines, pero de una asombrosa modernidad en los planos antes citados. M¨¢s all¨¢ de este punto, sin embargo, todas y cada una de las afirmaciones de Gray sobre la modernidad ideol¨®gica de Al Qaeda resultan discutibles, aunque no lo sea en cambio la estimaci¨®n que hace sobre el papel jugado en el establecimiento de su programa por un islamista tan empe?ado en reconducir los elementos positivos al Cor¨¢n, como el egipcio Sayyid Qutb.
El adversario que combate Gray no existe: nadie ve en Al Qaeda una voluntad de regreso a los tiempos medievales, pero s¨ª una utop¨ªa arcaizante cuyo objeto es implantar la edad de oro de los "felices antepasados". Los integristas de Bin Laden no desean construir mundo nuevo alguno, sino dar realidad a la prescripci¨®n cor¨¢nica de un dar Al Islam cuya extensi¨®n abarque toda la tierra. La riqueza de las anotaciones de Gray sobre el pensamiento moderno experimenta aqu¨ª una dr¨¢stica reducci¨®n. Ciertamente, como apunt¨® Karl Kraus, siquiera parcialmente "el islam radical es un s¨ªntoma de la enfermedad de la que pretende ser la cura". Ahora bien, si la modernidad es el contexto en el cual y contra el cual se mueve, dif¨ªcilmente cabe aceptar que el integrismo isl¨¢mico sea "la quintaesencia de la modernidad". En el brillante panorama de conjunto trazado por Gray falta la profundizaci¨®n en el personaje que ¨¦l mismo ha constituido en eje de su relato.
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