Sebasti¨¢n Pons cree que el peor enemigo del dise?ador es el ego
Para el modista, Cibeles y Gaud¨ª deben aunar esfuerzos para favorecer la moda espa?ola
Sebasti¨¢n Pons, el que fuera ayudante de Alexander McQueen y Miguel Adrover, acaba de triunfar en las pasarelas neoyorquinas con su propia colecci¨®n. Pero el dise?ador mallorqu¨ªn ha decidido volver a Espa?a en busca de apoyo y financiaci¨®n. Piensa que ha llegado su momento y espera consolidar su compa?¨ªa, hacer moda espa?ola y exportarla al resto del mundo. No quiere perder la vocaci¨®n, ni venderse por dinero. Dice que el ego es el peor enemigo del dise?ador.
Quedan pocas cosas en su estudio del East Village: un par de sillas, un colch¨®n y una mesa. Pons se est¨¢ despidiendo de la ciudad. "Me gustaba esta casa porque era antigua, hablaba de Nueva York y de sus ra¨ªces, y yo soy un poco as¨ª tambi¨¦n. Tengo que volver a Espa?a regularmente para buscar inspiraci¨®n".
Pons tiene 31 a?os, una barba fina y muy cuidada, y a veces se atropella cuando habla, pero es por exceso de entusiasmo. "Aqu¨ª no puedo empezar. Cuesta demasiado dinero. As¨ª que he decidido volver a Espa?a y espero que me ayuden". Se ha puesto en contacto con los hermanos Dom¨ªnguez y el Grupo Puig esperando consolidar el reciente ¨¦xito que ha cosechado con su colecci¨®n de oto?o. Hace unos meses, las revistas especializadas lo citaban entre las j¨®venes promesas de la moda, y desde entonces Pons ha aparecido regularmente en la prensa estadounidense. "Cuando la gente me pregunta lo que siento por haber triunfado, les digo que esto no es un triunfo. Las puertas empiezan a abrirse poco a poco, pero queda todo por hacer".
Pons ha podido comprobar que el talento no es suficiente: el dise?ador Miguel Adrover, con quien colabor¨® durante tres a?os (1999 a 2002), no consigui¨® afianzarse, pese a la originalidad de sus dise?os, despu¨¦s de perder el respaldo de sus inversores. "Miguel ten¨ªa y sigue teniendo una visi¨®n estil¨ªstica muy fuerte, pero no quer¨ªa delegar. Tambi¨¦n hay que saber tener diplomacia; mucha gente piensa que quem¨® sus propias naves".
El dise?ador espa?ol tiene un peque?o equipo de fieles que le apoya. Su ayudante, Ester Ferragut, con la que hace los modelos; Isa y Sandra, que le ayudan con los patrones, y su promotor, empresario y jefe de prensa, David Oliver. "Trabajamos en mi casa de Alquer¨ªa Blanca (Mallorca), una casa antigua donde confeccionamos toda la colecci¨®n". Pons, seg¨²n cuenta, se fue de su pueblo cuando ten¨ªa 16 a?os, ante la sorpresa de sus padres, a estudiar a Palma. All¨ª consigui¨® una beca para la prestigiosa escuela de dise?o de San Martin, en Londres. "Llegu¨¦ con 18 a?os, el 17 de septiembre de 1990, nunca hab¨ªa viajado al extranjero y s¨®lo hab¨ªa estado dos veces en Barcelona. Se me abri¨® el mundo". Al salir, empez¨® a trabajar con McQueen, a quien hab¨ªa conocido en la cantina de San Martin. "Fue una experiencia incre¨ªble. De pronto me encontr¨¦ en Par¨ªs (McQueen acababa de ser contratado para hacerse cargo de la hist¨®rica marca Givenchy), sentado en la mesa donde hab¨ªa trabajado John Galliano y mirando desde la ventana la casa de Balenciaga. Aprend¨ª lo que no estaba escrito y conoc¨ª a mucha gente". Luego lleg¨® la etapa Adrover en Nueva York. "Y cuando cumpl¨ª 30 a?os pens¨¦ que era hora de tener mi propia marca".
Habla de la rivalidad que existe entre las pasarelas Gaud¨ª y Cibeles. "No entiendo por qu¨¦ no se ponen de acuerdo, reparten colecciones y unen sus fuerzas. Esto perjudica mucho a la moda espa?ola. Hay una gran falta de comunicaci¨®n y tampoco existe un sistema de ayudas eficaz. Quiero producir productos espa?oles porque aqu¨ª sabemos hacer las cosas muy bien; lo malo es que no sabemos promocionarnos". Pons espera poder llegar a triunfar en Nueva York. "Par¨ªs est¨¢ saturado, Londres ya no es lo que era. Espa?a es multicultural y podemos exportarlo. Nueva York es una ciudad que puede entender perfectamente este concepto, sobre todo con todas las influencias hispanas".
El dise?ador sabe que le espera un largo camino para alcanzar su meta. "Quiero ir poco a poco. Hay que saber mirarse al espejo y no enga?arse. Como ya he dicho muchas veces, el peor enemigo del dise?ador es el ego. Hay que trabajar mucho las ideas y no dejarse vender por el dinero".
Babelia
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