El pase¨ªllo de Laporta
Laporta prometi¨® en la campa?a electoral que dedicar¨ªa los mejores a?os de su vida al Barcelona, y a d¨ªa de hoy el presidente se desvive por su club. Aun cuando procura estar al tanto de lo que ocurre en su despacho de abogados, tiene al Bar?a metido en la cabeza. Laporta para normalmente por el Camp Nou y asisite a cuantos actos precisan de la presencia del mandatario del Barcelona. Su jornada laboral discurre en el estadio y no en las oficinas profesionales del presidente como ocurr¨ªa en otros tiempos.
De la mano de Laporta, el club ha recuperado su sitio en los actos que organiza la sociedad civil catalana y tambi¨¦n en las actividades de los distintos estamentos de la entidad. A causa de su car¨¢cter intervencionista, cometi¨® ciertos errores en los inicios de su mandato, como el de alejarse del discurso institucional para ejercer de comentarista t¨¦cnico o de observador. Especialmente comentada fue, en este sentido, su aparici¨®n en el campo de entrenamiento por Navidad cuando los resultados eran adversos y desde la propia junta se apuntaba a los jugadores.
Laporta se corrigi¨® con el tiempo y ha sabido estar en cualquier sitio hasta ayer en Sevilla. Al presidente le dio por ejercer de delegado y se pase¨® por el campo con los ¨¢rbitros para constatar que no hab¨ªa ley que mandara jugar el partido. Aunque le animaba su deseo de ayudar al equipo y entendiera que su presencia era decisiva, Laporta perjudic¨® sin querer al club. La actitud del presidente sirvi¨® para alimentar los programas deportivos y dar ch¨¢chara en los corrillos del estadio, donde se le dijo de todo menos guapo, por entender que estaba presionado al colegiado para que no se disputara el encuentro bajo ning¨²n concepto porque era lo que m¨¢s le conven¨ªa al Bar?a.
El pase¨ªllo por el Villamar¨ªn le sit¨²a en los bajos fondos del f¨²tbol cuando su mandato se distingue por lo contrario. A Laporta le tocaba estar en el palco y dejar que los administrativos del club abonaran el sentido com¨²n, que exig¨ªa la suspensi¨®n del partido sin m¨¢s. Lo contrario significa avalar actitudes como la que tuvo Valdano de acudir al vestuario del ¨¢rbitro en el partido contra el Sevilla. Y no es eso.
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