ANTONIO MAR?N MORA / Un 'fan' de Bruce Lee

Antonio Mar¨ªn Mora, ingeniero de 43 a?os, viv¨ªa con Tomasa, su madre, en una casita baja de Entrev¨ªas. Desde peque?o fue un ni?o brillante en los estudios. Siempre recibi¨® becas por sus buenas calificaciones. En el instituto sac¨® seis matr¨ªculas de honor -era muy brillante con los n¨²meros-. Despu¨¦s, Antonio estudi¨® Ingenier¨ªa de Telecomunicaciones.

Trabajaba en Telef¨®nica y preparaba el proyecto final de la carrera. "No ten¨ªa ambiciones", susurra su madre, que a?ade: "Sab¨ªa que pod¨ªa cambiar a otro trabajo mejor, pero no quer¨ªa porque habr¨ªa tenido que irse a vivir lejos de m¨ª". Antonio ya se hab¨ªa comprado un piso en Legan¨¦s. Estaba terminando de amueblarlo. Pero le costaba mudarse.

En Entrev¨ªas ten¨ªa a su perra pastor, Susi, a la que se encargaba de sacar a la calle. Susi adoraba a Antonio y se quedaba aguardando en su puerta a que regresara del trabajo para recibirle con caranto?as y lametazos.

A Antonio le gustaba leer. En su biblioteca destacaban los cl¨¢sicos, como una bonita edici¨®n de El Quijote encuadernada en piel. Sent¨ªa devoci¨®n por la Virgen y por Bruce Lee. Su habitaci¨®n todav¨ªa permanece empapelada de estampas del maestro del kung-fu y del k¨¢rate. Nunca se cansaba de ver sus pel¨ªculas.

Tambi¨¦n era un gran aficionado a la m¨²sica, y su madre le ten¨ªa que rega?ar para que bajara el volumen.

Antonio "era muy t¨ªmido y nada coqueto", pero sol¨ªa compartir su tiempo con sus amigos. Su mejor compa?ero se llamaba Esteban. "Seg¨²n llegaba, se iba derechito a casa de su amigo", recuerda su madre.

La ropa se la compraba ella, porque a ¨¦l le aburr¨ªa ir de tiendas. "Hab¨ªa que tirarle la ropa vieja, a ¨¦l le daba lo mismo", rememora su madre.-