No hay quien pare a los Grizzlies

Los Grizzlies no conceder¨¢n vacaciones a sus jugadores a mediados de abril, en contra de lo que han tenido siempre por costumbre. En su noveno a?o de historia como franquicia de la NBA, el equipo de Memphis jugar¨¢ la fase final. El domingo pasado, Pau Gasol y sus compa?eros ganaron en Toronto por pr¨¢ctica, rutina y h¨¢bito a los Raptors y se aseguraron un lugar entre los 16 que disputar¨¢n las eliminatorias por el t¨ªtulo, por el anillo del campe¨®n. Su plaza la consiguieron matem¨¢ticamente al perder Utah Jazz, el conjunto en el que juega Ra¨²l L¨®pez, en Los ?ngeles ante los Lakers. Cuando finaliz¨® ese encuentro, la mayor parte de ellos dorm¨ªan en un hotel de Atlanta, donde se enfrentaron en la madrugada pasada a los Hawks.

Gasol conserva el papel de l¨ªder y mantiene sus n¨²meros pese a jugar menos minutos

Tras tener su sede en dos pa¨ªses, Canad¨¢ y Estados Unidos; tras seis entrenadores, 86 jugadores y casi 500 derrotas, los Grizzlies consumaron su inclusi¨®n entre la clase dominante de la NBA en el pa¨ªs en el que nacieron. Su victoria sobre los Raptors fue la quinta consecutiva y la duod¨¦cima en los catorce partidos disputados en marzo.

Los Grizzlies tienen una marca de 22 triunfos y cinco derrotas desde el 1 de febrero y s¨®lo han perdido nueve partidos en 2004. Un equipo que promediaba 19 victorias por campa?a mantiene ahora una progresi¨®n que le permitir¨ªa finalizar la temporada con 53. De este modo, el conjunto que entrena Hubie Brown se ha convertido no s¨®lo en el mejor del mes, sino tambi¨¦n en el mejor de este a?o.

Gasol ha conservado el papel de l¨ªder y jugador m¨¢s decisivo durante el proceso. Lo ha hecho manteniendo su producci¨®n y sus estad¨ªsticas en una menor cantidad de minutos de juego. Los Grizzlies han desarrollado un estilo mec¨¢nico, casi con vida propia, asentado en la oferta de oportunidades para todos y la ausencia de protagonistas. Dentro de esa planificaci¨®n de factor¨ªa, se minimiza la trascendencia de los imprevistos. Las bajas por lesi¨®n de dos titulares como Mike Miller o Lorenzen Wright o la rabieta de Jason Williams, faltando a un entrenamiento en desacuerdo con los minutos disputados en el encuentro anterior, no han distorsionado el ritmo martilleante de juego y de triunfos de los de Memphis. Ante los inconvenientes, los Grizzlies miran para otro lado y siguen a lo suyo, fieles a un gui¨®n de repartos generosos y amplias rotaciones para un equipo muy joven, todo un calco de Atlanta Hawks de 1978, tambi¨¦n entrenados por Brown y tambi¨¦n clasificado para los play-off en el segundo a?o de trabajo de su t¨¦cnico con aquel cuadro. En aquella temporada, Brown fue elegido el mejor entrenador, algo que tambi¨¦n ahora parece a su alcance. A sus 70 a?os, Brown asegura que compartir tanto tiempo con gente tan joven revitaliza y que esa influencia le lleva a mostrarse m¨¢s creativo que anal¨ªtico en su trabajo.

A falta de nueve partidos para el final de la campa?a regular, los Grizzlies se encuentran en el quinto lugar de la clasificaci¨®n de la Conferencia Oeste, a s¨®lo un partido de distancia del cuarto, el vigente campe¨®n, los Spurs de San Antonio. Los cuatro mejores conjuntos de la conferencia disponen del privilegio de empezar los play-off jugando en su cancha y de disputar tambi¨¦n como locales el s¨¦ptimo y decisivo partido de la eliminatoria de la primera ronda, si es que fuera necesario.

En cualquier caso, los Grizzlies se despedir¨¢n de La Pir¨¢mide, su actual pabell¨®n, jugando un partido del play-off. El equipo de Memphis afrontar¨¢ sus partidos como local en un nuevo recinto la temporada que viene, el Fedex Forum.

Antes de eso, el propietario de esta franquicia, Michael Heisley cumplir¨¢ a gusto una promesa. Al inicio de la presente temporada, afirm¨® que, si su equipo ganaba 35 partidos, saldr¨ªa al centro de la cancha de La Pir¨¢mide y cantar¨ªa el himno estadounidense. Heisley se quedar¨¢ corto. De pron¨®stico y de voz. De sue?o y de garganta.