El c¨®nsul se va
"?Qu¨¦ puede decir un pobre pol¨ªtico al lado de un hombre de cultura que habla con el coraz¨®n?". Con estas palabras respondi¨® el consejero de Comercio, Turismo y Consumo, Pere Esteve, a Sealtiel Alatriste, que se despide de su cargo de c¨®nsul general de M¨¦xico en Barcelona. Alatriste se emocion¨® al hablar de su encuentro con Barcelona y consigui¨® emocionar a los asistentes.
La conoci¨® antes por los libros, explic¨®. Quien primero le habl¨® de la ciudad fue Alonso Quijano. Luego, en una novela de Juan Goytisolo descubri¨® la agon¨ªa y tristeza de la Barcelona de la posguerra. Ya al final de su adolescencia quiso ser como el Pijoaparte y se enamor¨® del Guinard¨® de Juan Mars¨¦.
Siempre en su mente, la imagen de la catedral, vista desde el hotel Col¨®n. En los primeros a?os de la transici¨®n, asisti¨® Alatriste a un concierto de Llu¨ªs Llach. "Cantaba en una lengua que no entend¨ªa". Pero supo que dec¨ªa palabras duras. Le gust¨®. Como aquella madrugada de resaca en que se encontr¨® en la plaza Reial y le pareci¨® estar en un mundo diferente o seguir el r¨ªo de gente que por La Rambla va hacia al mar. Y en el puerto, "esa columna impresionante", la estatua de Col¨®n, con el dedo apuntando hacia Am¨¦rica.
Sealtiel Alatriste deja el Consulado de M¨¦xico, pero por ahora no se va de Barcelona. Colaborar¨¢ con el F¨°rum
Todo eso quiso contar Sealtiel Alatriste el lunes, el d¨ªa de su despedida, pero a ratos las palabras le sal¨ªan entrecortadas. "Quise ayudar a hacer crecer vigas entre M¨¦xico y Catalu?a. Quise traer a Catalu?a el nombre de M¨¦xico y poner en el imaginario de mi pa¨ªs a Catalu?a. He aprendido que la esperanza y las ilusiones no siempre acaban en desilusiones".
"Con tanta lluvia, ?t¨² crees que vendr¨¢ alguien a la recepci¨®n?", pregunt¨® un conocido diplom¨¢tico mexicano a otro en el ascensor que llevaba al segundo piso. La lluvia no asust¨® a nadie, la sala estaba llena y se abarrot¨® hasta los topes. "Comprendo que Sealtiel este triste. Cuesta much¨ªsimo irse de Barcelona", afirm¨® el agente literario argentino Guillermo Schavelzon. "He viajado y he vivido en muchas ciudades, pero s¨¦ que si tengo que irme de Barcelona me costar¨¢ much¨ªsimo. Es una ciudad especial".
Alatriste lleg¨® hace tres a?os y pico. Convirti¨® la casa modernista del paseo de la Bonanova, 55 -encargada al arquitecto Puig i Cadafalch en 1919-, en el Consulado de M¨¦xico. Ah¨ª deja instalada una biblioteca puesta en marcha con Fondo de Cultura Econ¨®mica; una sala de videoconferencias que, precisamente, se inaugura hoy con un encuentro virtual entre empresarios mexicanos y catalanes; un nuevo espacio donde se instala la casa del Estado mexicano de Veracruz...
El nuevo canciller mexicano, Luis Ernesto Barbez, le anunci¨® a principios de enero que ser¨ªa relevado, que con todos esos proyectos en marcha era el momento adecuado para que lo dejara.
A los amigos catalanes de Alatriste les parece que tres a?os y pico son demasiado poco tiempo para todo. A¨²n recuerdan, les parece cercana, la llegada de Sealtiel a Barcelona. Lo primero que hizo fue abrir las puertas de su casa para recibir la bienvenida de los barceloneses. Fue el d¨ªa de Sant Jordi y no faltaron la tradicionales rosas. Lo segundo que hicieron Alatriste y su esposa, Edna Rivera, fue apuntarse a clases de catal¨¢n. Aprendieron bastante; pero, para su desesperaci¨®n, no consiguieron que nadie les hablara en ese idioma.
La figura de Alatriste se ha hecho popular en Barcelona y su presencia es requerida para cualquier proyecto cultural de envergadura, sobre todo para los que tienen que ver con el otro lado del Atl¨¢ntico.
"Ha sido una etapa fruct¨ªfera y estoy orgulloso de lo que hemos hecho en el consulado", afirm¨® el lunes. Fruct¨ªfera en muchos sentidos, porque en Barcelona ha publicado una novela, Conjura en la Arcadia (Tusquets), en la que llevaba trabajando 12 a?os. Narra el inicio de la revoluci¨®n en M¨¦xico a trav¨¦s de la historias complejas de una serie de personajes.
La editora Beatriz de Moura, la agente literaria Antonia Kerrigan, el escritor mexicano Juan Villoro y la escritora Nuria Amat fueron algunos de los asistentes al acto. Los margaritas que circulaban con la rapidez del viento no lograron disipar ese aire de tristeza que acompa?a a las despedidas. Aunque Alatriste se va, pero no se va. Lo dijo muy claro Pere Esteve: "Nosotros los catalanes somos como somos y usted nos ha comprendido muy bien. Lo importante es que no nos deja del todo".
El ex c¨®nsul tiene bastante trabajo por delante. Los responsables de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que este a?o acoge a la cultura catalana como invitada de honor, le han pedido que siga siendo su interlocutor con el Institut Ramon Llull y con la Generalitat. Tambi¨¦n colaborar¨¢ con el F¨°rum de les Cultures. Se encargar¨¢ de uno de los di¨¢logos finales, sobre Diversidad, identidad y lenguaje, en el que participar¨¢n, entre otros autores, Jos¨¦ Saramago, Henning Mankell, Susan Sontag y N¨¦lida Pi?¨®n.
Tiene, adem¨¢s, otros proyectos. Escribir, por ejemplo, y sobre todo disfrutar y vivir la ciudad.
Y cuando llegue 2005, Dios dir¨¢.
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