El corredor de obst¨¢culos

A los siete a?itos, Vicente ya embelesaba a los espectadores del futbito de la falla de Benicalap, la barriada de Valencia donde naci¨®. Era un ni?o "muy moreno", recuerda su padre, Vicente Rodr¨ªguez, y "muy habilidoso", con esa habilidad tan particular de los zurdos cerrados. A los 22 a?os, Vicente, extremo izquierdo del Valencia, es uno de los jugadores m¨¢s decisivos de la Liga: suma 10 tantos y nueve pases de gol. Entre estas dos fotograf¨ªas, ha desarrollado un poderoso motor: de cada dificultad ha salido fortalecido.

Sobre todo de una: de la dur¨ªsima competencia que mantuvo en los tres cursos anteriores con Kily Gonz¨¢lez, el 10 que el verano pasado fich¨® por el Inter. Imag¨ªnense a un joven de 17 a?os, t¨ªmido y apocado, que llega al Valencia desde un equipo de Segunda, el Levante, dispuesto a quitarle el puesto a uno de los capitanes de la selecci¨®n argentina, peso pesado del vestuario y preferido de la afici¨®n de Mestalla, adem¨¢s de todo un car¨¢cter. Fue muy duro para Vicente, que actu¨® agarrotado durante tres cursos, con miedo a fallar y a que le pitaran desde la grada, que, de hecho, fue implacable cuando mostr¨® alguna debilidad. No es de extra?ar, pues, que, despachado Kily, Vicente se haya desmelenado. "Se arriesga m¨¢s, tiene una mentalidad m¨¢s fuerte y ha logrado un equilibrio entre el juego exterior y el interior", explica Rafa Ben¨ªtez, su entrenador. "Antes, por vergonzoso, siempre quer¨ªa dar asistencias. Ahora es m¨¢s ambicioso, chuta m¨¢s y se siente m¨¢s ¨²til", comenta su padre.

Sin embargo, Vicente minimiza su exultante estado. Lo resume en una cuesti¨®n f¨ªsica. "La temporada pasada la jugu¨¦ muy mermado por una pubalgia que ahora est¨¢ curada", cuenta mientras el preparador f¨ªsico del Valencia, Paco Ayestar¨¢n, describe sus caracter¨ªsticas: "Normalmente, los jugadores r¨¢pidos tienen deficiencias en la resistencia y al rev¨¦s, pero ¨¦l est¨¢ muy equilibrado. Es bastante r¨¢pido y bastante resistente".

El primer gran paso en su trayectoria fue la escuela del Levante, en la que se prepar¨® durante seis a?os en el campo de tierra de la Malva-rosa, compartido con "otros 50 equipos". Le vino bien. Nada de los privilegios de la del Valencia, en la que tambi¨¦n prob¨® y fue admitido, pero no acudi¨® a la cita "por vergonzoso", "porque no conoc¨ªa a nadie", recuerda su padre, joyero en paro, de 50 a?os, y jardinero del Levante en la ¨¦poca en que su hijo firm¨® un contrato profesional con el club granota. La persona m¨¢s influyente en su carrera. "A mi padre lo quiero mucho porque siempre ha estado a mi lado y nunca me ha presionado", dice Vicente en conversaci¨®n telef¨®nica desde Gij¨®n. El caso es que el progenitor tambi¨¦n ha sido "muy cr¨ªtico" con su juego: "Re?¨ªamos en el coche porque yo le ve¨ªa los fallos, pero hasta el s¨¢bado siguiente ya no habl¨¢bamos m¨¢s del tema", evoca.

Seis a?os en el Levante en los que a su exquisita zurda empez¨® a a?adirle kil¨®metros y kil¨®metros por la banda izquierda a las ¨®rdenes de un t¨¦cnico poco amante de las filigranas, Pep Balaguer. Un cap¨ªtulo, el defensivo, que hubo de fortalecer con sus siguientes entrenadores, H¨¦ctor C¨²per y Ben¨ªtez, muy exigentes en este aspecto. Y todav¨ªa hoy se lleva alguna bronca de Ben¨ªtez por olvidarse de defender. Pero, claro, nadie es perfecto.

Tampoco es de los que se arruga. "Es muy valiente. Le dan patadas y no se amedrenta; se crece", comenta su compa?ero Palop. Y si se le pregunta a Vicente qui¨¦n le ha marcado mejor ¨²ltimamente, menciona al madridista Salgado, con el que ha mantenido duelos muy re?idos.

"S¨ª, soy t¨ªmido, pero s¨®lo con la gente que no conozco y al principio", matiza Vicente, que concreta su punto de inflexi¨®n: el partido de repesca para la Eurocopa que Espa?a disput¨® en noviembre, en Oslo, contra Noruega (0-3): "Marqu¨¦ un gol y me di cuenta de que pod¨ªa hacerlo bien con la selecci¨®n".

Seguidor de la Liga inglesa y admirador de Henry, Vicente estuvo a punto de firmar por el Arsenal -se reuni¨® en Londres con su entrenador, Ars¨¨ne Wenger-, pero se interpuso Jaime Ort¨ª, el presidente del Valencia, que lo fich¨® por cinco millones de euros. Termina su contrato en 2007 y el club afirma que pretende ampli¨¢rselo por muchos a?os.