Despu¨¦s de Espa?a, Francia
Espa?a bascul¨® hacia la izquierda tras un drama que sacudi¨® a toda la poblaci¨®n, que se?al¨® como responsable al Gobierno. Sin ning¨²n drama, en un periodo de relativa calma internacional, la poblaci¨®n francesa acaba de provocar un vuelco en su situaci¨®n pol¨ªtica de una amplitud comparable. Es cierto que no se trata de elecciones nacionales parlamentarias, sino s¨®lo de elecciones regionales y locales (cantonales, es decir, para formar los consejos generales, uno por departamento). Pero cuando vemos que todas las regiones de Francia continental, a excepci¨®n de Alsacia, se pasan a la izquierda, que todos los ministros del Gobierno candidatos a estas elecciones son derrotados, que algunos resultados se obtienen con una diferencia de votos muy importante, como en Aquitania, en Marsella, en Languedoc-Roussillon y en el Norte, vemos a las claras que se trata de un movimiento de fondo, en el que el conjunto de la naci¨®n francesa rechaza con una fuerza extraordinaria y sin matices la pol¨ªtica del Gobierno.
?ste ten¨ªa todav¨ªa una esperanza. La gran alianza alcanzada entre el candidato del partido del Gobierno, la UMP (Uni¨®n por un Movimiento Popular), y el candidato de la UDF (Uni¨®n para la Democracia Francesa), la derecha liberal y europea dirigida por Fran?ois Bayrou, pod¨ªa arrebatar el poder a Jean-Paul Huchon, presidente de izquierdas de la regi¨®n de Ile-de-France cuya imagen no era muy favorable. Pero Jean-Paul Huchon ha ganado estos comicios con una amplia ventaja. Los analistas pol¨ªticos insisten con raz¨®n en los factores propiamente pol¨ªticos. Record¨¦moslos en pocas palabras.
El hecho m¨¢s destacado, pero que ya era conocido, es que el Frente Nacional no ocupa una franja que va de la extrema derecha a la derecha, sino que es otro partido, cuyos electores no dan su apoyo a otro, sea de izquierdas o de derechas. El Frente Nacional representa en la actualidad el 13% del voto expresado, frente al 37% de la derecha y el 50% de la izquierda, y es esta divisi¨®n duradera de la derecha lo que explica en parte el retroceso de la derecha parlamentaria. Por el contrario, la izquierda se ha recompuesto. El papel del Partido Comunista ha sido aqu¨ª fundamental, y Marie-Georges Buffet ha demostrado inteligencia y flexibilidad en sus negociaciones con el Partido Socialista, que han desembocado en que los votos que se perd¨ªan en una coalici¨®n de extrema izquierda entre dos partidos de origen trotskista han bajado brutalmente y no tendr¨¢n ninguna representaci¨®n en los consejos regionales.
La combinaci¨®n entre la s¨®lida implantaci¨®n del Frente Nacional y la renovaci¨®n del componente liberal de la derecha han provocado un desastre para el partido del Gobierno, el antiguo RPR (Uni¨®n por la Rep¨²blica) de Jacques Chirac convertido en UMP y dirigido por Alain Jupp¨¦, que a su vez dimiti¨® tras ser condenado por la justicia. ?ste es el sentido de estas elecciones.
Desde hace dos a?os, el Gobierno ha indicado con la mayor claridad su voluntad de emprender unas reformas que, seg¨²n dice, Francia necesitaba con urgencia y que deb¨ªan incorporarla con m¨¢s solidez al mundo liberal que hoy avanza por todas partes. Nadie puede negar la necesidad de algunas reformas; a¨²n menos la extrema dificultad para realizarlas. Durante cinco a?os, el Gobierno de Jospin no pudo realizar ninguna, aunque reconociese la necesidad de hacerlas. Es lo que ha llevado a los dirigentes socialistas a hablar con moderaci¨®n y a no mencionar la necesidad de cambiar el equipo de Gobierno. Porque han subrayado de una manera ferozmente exacta que ¨¦sta era una derrota de Jacques Chirac, de toda la derecha y, en especial, de su partido, la UMP; y que aunque los franceses no sab¨ªan cu¨¢l pod¨ªa ser la v¨ªa de la izquierda hacia las reformas, hab¨ªan expresado con perfecta claridad su rechazo decidido a la pol¨ªtica iniciada hace dos a?os, que consideraban como un conjunto de pasos atr¨¢s en las conquistas sociales, de ruptura con unos grupos cada vez m¨¢s importantes y, sobre todo, cada vez m¨¢s modernos de la sociedad. Desde este punto de vista, la crisis que ha levantado al conjunto del mundo de la investigaci¨®n contra el Gobierno condenaba a ¨¦ste en nombre del futuro. Algunos resultados tienen un valor simb¨®lico muy importante; en especial, la victoria de S¨¦gol¨¨ne Royal a la presidencia de la regi¨®n de Poitou-Charentes, que fue ocupada durante muchos a?os por el propio Jean-Pierre Raffarin. Y las palabras notables que ha pronunciado, insistiendo no en su propio triunfo, sino en la dificultad de la tarea que hay que emprender, han devuelto la esperanza a los que piensan que estos problemas franceses, que todo el mundo considera imposibles de resolver, pueden encontrar soluciones que no parezcan a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n ataques contra los m¨¢s pobres en el nombre de los m¨¢s ricos.
El presidente de la Rep¨²blica ha dispuesto de un apoyo excepcional entre la poblaci¨®n porque el peligro representado por Le Pen en las elecciones presidenciales llev¨® a la izquierda a votar por ¨¦l junto con la derecha y porque, m¨¢s tarde, la posici¨®n que tom¨® con respecto a la cuesti¨®n de Irak contra la guerra de Irak le vali¨® un s¨®lido apoyo tanto en Francia como en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos. Hoy es por la pol¨ªtica interior por lo que afecta a la vida diaria de todo el mundo, por lo que el presidente de la Rep¨²blica no s¨®lo ha sufrido una derrota, sino que la sufre en silencio, ya que dej¨® de hablar mucho antes de las elecciones. Parec¨ªa, una vez conocido el resultados de las mismas, disponer de la carta de Nicolas Sarkozy, el ministro del Interior, pero ¨¦ste ya se ha declarado como su rival en las pr¨®ximas elecciones presidenciales, de modo que no se ve¨ªa en qu¨¦ programa, en qu¨¦ partido, pod¨ªa apoyarse Chirac. Y su delf¨ªn, Alain Jupp¨¦, que sufri¨® un rev¨¦s tan violento tras la huelga de 1995 que qued¨® eliminado durante varios a?os de la vida pol¨ªtica, se encuentra de nuevo al margen, aunque en oto?o el Tribunal de Apelaci¨®n reduzca la pena que le ha sido impuesta. No se puede, al menos todav¨ªa, hablar de una crisis de r¨¦gimen o pensar que el presidente de la Rep¨²blica puede quedar en una situaci¨®n insoportable. Pero hace unos pocos d¨ªas, tras la primera vuelta de las elecciones, nadie esperaba una derrota tan masiva, tan amplia y, sobre todo, tan clara, en todas las partes del territorio, ya que si Francia a nivel nacional sigue siendo de derechas, ahora a nivel regional es de izquierdas y hay que a?adir que una decena de departamentos con sus consejos generales tambi¨¦n han pasado a la izquierda.
Dentro de dos meses, las elecciones europeas probablemente confirmen este veredicto. Tras los comicios de junio, Francia empezar¨¢ a entrar en un periodo preelectoral y, si bien los socialistas probablemente tengan dificultades para elaborar un programa y elegir a un candidato, estas dificultades ser¨¢n mucho mayores para una derecha hoy decapitada y consciente de ser rechazada en bloque por la opini¨®n p¨²blica francesa.
Alain Touraine es soci¨®logo y director del Instituto de Estudios Superiores de Par¨ªs.
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