?C¨®mo hemos llegado a esto?

Contemplo horrorizado las im¨¢genes del encarnizamiento con los cuerpos carbonizados de cuatro civiles norteamericanos asesinados en Faluya (Irak). Me cuesta encontrar un adjetivo para definir lo que estoy viendo. S¨®lo s¨¦ que eso no es humano. Es la negaci¨®n absoluta de los valores que el ser humano a lo largo de la historia -a trav¨¦s de la filosof¨ªa, de la religi¨®n, de la pol¨ªtica, de la revoluci¨®n...- ha llegado a creer que lo defin¨ªan. ?C¨®mo hemos llegado a esto? ?C¨®mo se puede hablar en Irak de democracia ante esta crueldad infinita? ?De d¨®nde nace este odio? ?Y c¨®mo puede convertirse en desprecio absoluto por la vida?

En Irak, en Gaza, en Madrid, en Guant¨¢namo... una espiral de odio y de negaci¨®n de la vida recorren el mundo. Me cuesta asumir todo esto. Necesitamos l¨ªderes -y gente corriente- que sean capaces de tender puentes, de reivindicar la unidad del g¨¦nero humano, de proclamar la reconciliaci¨®n en lugar del odio, de luchar por la justicia, de reafirmar que la vida de todo ser humano es sagrada.