El cese temporal de Welteke enfrenta al Gobierno alem¨¢n y al Bundesbank
El banco central adopta el c¨®digo de conducta del BCE, que impide aceptar regalos
"Desde el punto de vista del Gobierno, la decisi¨®n del directorio del Bundesbank no toma suficientemente en cuenta la meta de salvaguardar la alta reputaci¨®n del Bundesbank en la opini¨®n p¨²blica", recrimin¨® ayer el Ministerio de Finanzas dirigido por el socialdem¨®crata Hans Eichel, antiguo compa?ero de correr¨ªas pol¨ªticas de Ernst Welteke en el Estado federado de Hesse.
Berl¨ªn sigue pensando que el presidente del Bundesbank, destituido temporalmente del cargo, deber¨ªa "asumir las consecuencias" de su conducta, y subraya que tanto su cargo como la instituci¨®n que dirige han de "preservarse de ulteriores da?os".
Palabras nada amigables, en suma, que no s¨®lo reflejan lo que piensan otros pol¨ªticos en Berl¨ªn, entre ellos tambi¨¦n los democristianos, sino que tambi¨¦n hacen sospechar a algunos que el Gobierno podr¨ªa tener una agenda oculta en todo este asunto: intentar nombrar a un nuevo presidente del Bundesbank antes de que as¨ª lo haga, en un eventual cambio de Gobierno en el a?o 2006, la Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica (CDU).
Welteke, a finales del a?o 2001, acept¨® una invitaci¨®n de la entidad privada Dresdner Bank para pasar, junto a su familia, cuatro noches en uno de los m¨¢s costosos hoteles de Berl¨ªn y desde all¨ª dar la bienvenida a la moneda ¨²nica lanzada aquella Nochevieja.
Una vez estallado el esc¨¢ndalo, anunci¨® que restituir¨ªa de su propio bolsillo la mitad de los 7.661,20 euros que cost¨® aquella estad¨ªa, y s¨®lo a rega?adientes acept¨® haber cometido un error. M¨¢s que la misma invitaci¨®n del Dresdner Bank (una entidad financiera de cuya supervisi¨®n ¨¦l es corresponsable), es esta reticencia y tozudez lo que se le recrimina en Alemania.
Al Baile de la ?pera
Pese a percibir 350.000 euros anuales como sueldo, Welteke tambi¨¦n en otras ocasiones no parece haber tenido escr¨²pulos en dejarse costear sus caprichos privados. Ya el mi¨¦rcoles pasado se hab¨ªa conocido que, invitado por el banco central austriaco, en el a?o 2000 asimismo extendi¨® unos d¨ªas su visita protocolaria al Baile de la ?pera en Viena. Pero luego comenzaron a circular nuevas versiones sobre otro convite similar a la capital austriaca en 2002, esta vez pagado por un banco privado. Welteke respondi¨® con el anuncio de que demandar¨¢ por calumnia a medios que difundan mentiras. "En ning¨²n momento he hecho algo que perjudicara mi independencia y el ejercicio de mi cargo", dijo.
Puede que as¨ª sea, pero el hecho es que la continuada pol¨¦mica y su intensa cobertura medi¨¢tica est¨¢n comenzando a hacer mella no s¨®lo en su persona, sino tambi¨¦n en el Bundesbank, que hasta antes de la creaci¨®n del Banco Central Europeo (BCE) fue algo as¨ª como el Vaticano de los bancos centrales de toda Europa, e incluso en el Gobierno del canciller Gerhard Schr?der, empe?ado en convencer a los alemanes de que ha llegado la hora de que todos se ajusten el cintur¨®n para sacar a flote el pa¨ªs.
Con su decisi¨®n de s¨®lo destituir temporalmente a Welteke, "el Bundesbank arriesga una batalla de trapos sucios, con diarias indagaciones sobre los Bailes de la ?pera. Su reputaci¨®n, y quiz¨¢s incluso su estatuto jur¨ªdico, se ver¨¢n perjudicados", pronosticaba el diario Financial Times Deutschland.
Al mantener en pie el llamamiento a la dimisi¨®n, el Gobierno ha vuelto a pasar la pelota a Welteke y el Bundesbank, que antes de tomar una decisi¨®n definitiva quisieran esperar los resultados de una investigaci¨®n abierta por la Fiscal¨ªa de Francfort. "No haremos m¨¢s comentarios", asegur¨® un portavoz del Bundesbank.
Para curarse en salud, el banco central adopt¨® ayer para los ocho integrantes de su directorio el c¨®digo de conducta del consejo de gobierno del BCE. En ¨¦ste se proh¨ªbe aceptar "cualquier clase de ventaja, recompensa, renumeraci¨®n o regalo, en dinero o en especie, cuyo valor exceda una cantidad ¨ªnfima".
Como presidente del Bundesbank, Welteke ya era integrante del consejo de gobierno cuando acept¨® la invitaci¨®n del Dresdner Bank, lo que ha generado esta gran crisis.
La independencia, en tela de juicio
Pese a que cuente con un candidato a la sucesi¨®n de Welteke -todo indica que ser¨¢ el actual secretario de Estado de Finanzas, Caio Koch-Weser-, el ministro de Finanzas, Hans Eichel, no intentar¨¢ forzar por v¨ªa jur¨ªdica la destituci¨®n del presidente del Bundesbank. Welteke fue nombrado por el Gobierno en 1999, pero a partir de ese momento qued¨® cobijado por la autonom¨ªa del banco central. Tanto es as¨ª que s¨®lo el propio directorio del Bundesbank -en el que el mismo Welteke toma asiento, siempre y cuando no se discuta su propio cese- puede destituir a su presidente. Esta falta de un ¨®rgano de control ha abierto la discusi¨®n de si no ser¨ªa necesario revisar los estatutos del Bundesbank. En otra se?al de su creciente hostilidad hacia el banco central, portavoces gubernamentales no han querido descartar esta posibilidad.
?De d¨®nde viene esta animadversi¨®n? En Francfort hay quien piensa que Welteke, con su defensa a ultranza de un Pacto de Estabilidad que Alemania acab¨® por infringir, desde hace tiempo se ha convertido en un estorbo para Eichel. Esta interpretaci¨®n, sin embargo, pasa por alto que los banqueros centrales suelen ser as¨ª: inflexibles en sus asuntos. J¨¹rgen Stark, el vicepresidente del Bundesbank que ha sido designado para asumir la direcci¨®n en ausencia de Welteke, tambi¨¦n es un hueso duro de roer.
Stark pas¨® al contraataque al manifestar que los comentarios que llegan desde Berl¨ªn ponen en peligro la independencia del Bundesbank.
El Banco Central Europeo (BCE), entretanto, comunic¨® su "plena confianza" en los procedimientos adoptados por el banco central alem¨¢n.
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