"Pintaba entre toma y toma cuando empezaron a nacer los hijos"
Traspi¨¦s y rotura de dos v¨¦rtebras en 1980. Fue entonces cuando la pintora Amalia Avia (Santacruz de la Zarza, Toledo, 1930) dej¨® de retratar puertas y decidi¨® abrirlas y escribir sus recuerdos. De grandes ojos oscuros, t¨ªmida, menuda y risue?a, explica que luego sigui¨® "escribiendo en el jard¨ªn sin intenci¨®n de publicar".
Puertas de madera antigua, tabernas, tiendas y portales. Avia ha plasmado en sus lienzos una realidad que parece sue?o. Una de las principales protagonistas de la corriente realista de la generaci¨®n de finales de los cincuenta, alumna de Eduardo Pe?a, esposa de Lucio Mu?oz, compa?era y amiga de Carmen Laff¨®n y Antonio L¨®pez, Avia presenta en De puertas adentro (Taurus) los recuerdos de toda una vida: "He vivido unos cambios muy intensos. Infancia de guerra y posguerra en Madrid, luego el traslado a Santacruz, un sitio totalmente distinto. All¨ª la vida era muy triste a una edad en la que siempre eres feliz. Tuve que dejar el bachillerato que estaba estudiando. Luego volv¨ª y comenc¨¦ a pintar".
Pregunta. ?Su fascinaci¨®n por Madrid es una constante?
Respuesta. Me ha gustado siempre mucho, much¨ªsimo. Recuerdo que estando en Santacruz, de ni?a vinieron mis t¨ªos en coche y yo me acercaba a oler el humo pensando "?c¨®mo huele a Madrid, qu¨¦ maravilla!".
P. ?C¨®mo fue la vuelta tras los a?os pasados en Santacruz?
R. Antes de volver estuve en el Servicio Social en el Castillo de la Mota. Estaba interna, o¨ªamos gregoriano y se bailaba lo t¨ªpico de cada regi¨®n. Lo pas¨¦ muy bien, a pesar de que hab¨ªa unas falangistonas tremendas.
P. ?Despu¨¦s vino a Madrid?
R. S¨ª, llegu¨¦ en una edad en la que ya empiezas a presumir, a ser mayor. Quer¨ªa pintar, pero me encontraba mayor a mis 23 a?os para estudiar Bellas Artes. Mi hermana vio un cartel en el que se anunciaban clases de pintura en el estudio de Eduardo Pe?a. Luego cuatro amigas formamos nuestro propio estudio en la calle de Conde de Pe?alver y cuando nos vieron llegar con nuestras batas y los pinceles, en seguida nos echaron. Alquilamos otro estudio en la calle de B¨¦jar. Era la habitaci¨®n de los dep¨®sitos del agua del edificio. Los chicos ven¨ªan a visitarnos. ?bamos al C¨ªrculo de Bellas Artes a pintar y a las tertulias, a bailar con discos y gram¨®fonos a estudios de pintores, era lo m¨¢s atrevido.
P. Fueron unas pioneras.
R. Yo ven¨ªa del campo, otras de colegios de monjas, para nosotras era salirnos del redil, hab¨ªa muy pocas mujeres. Adem¨¢s, los pintores estaban muy mal vistos, como muertos de hambre, por la bohemia, por las ropas zarrapastrosas.
P. ?Conoci¨® entonces a Lucio Mu?oz?
R. Fue en un viaje a Par¨ªs y al poco tiempo nos casamos. Todas las chicas dejaban la pintura al casarse porque es caro, lleva tiempo, es dif¨ªcil de aprender y una vez casada tienes otras muchas cosas que hacer. El matrimonio es un choque muy grande. Lucio siempre me anim¨® a pintar. Pintaba entre toma y toma cuando empezaron a nacer los hijos. Ten¨ªa que pintar apartando cunas.
P. ?Compartieron estudio?
R. Nuestros estudios daban a un mismo patio y Lucio me tocaba la ventana. Le dec¨ªa lo que m¨¢s y lo que menos me gustaba del cuadro y me hac¨ªa caso. A m¨ª no me gustaba que viniera a ver mis cuadros porque siempre quer¨ªa mejorarlos y me los destru¨ªa. Yo le ayudaba porque no le importaba que le destruyera y le admiraba mucho m¨¢s.
P. ?C¨®mo comenz¨® a exponer?
R. Fue en la galer¨ªa de Fernando Fe y s¨®lo vend¨ª un cuadro. Lucio me anim¨® mucho
. Me daba una verg¨¹enza tremenda pasar por Puerta del Sol y ver un amalia avia.
P. ?Nunca ha renunciado al realismo?
R. Me encantan los cuadros de Rojo. He respetado mucho el arte abstracto, lo hac¨ªan los m¨¢s listos en el estudio de Pe?a. La gente m¨¢s interesante no pintaba realismo. Yo no lo he intentado siquiera. Cada uno tiene su manera de hacer y a m¨ª lo que me sale es realista. No hiperrealista.
P. ?Realismo de Madrid?
R. Esta ciudad la tengo casi liquidada. Me paseaba y fotografiaba temas. Ponerse con un caballete en Madrid s¨®lo lo hace Antonio L¨®pez, que es un loco.
Pintaba cosas tan viejas y poco monumentales que todo lo iban tirando. Donde pongo la brocha, pongo la pica.
P. ?Mantiene el nervio por pintar que la trajo a Madrid?
R. El nervio me queda, ?los nervios con qu¨¦ me los quito? La pasi¨®n por la pintura me queda m¨¢s, por m¨¢s soledad. Antes pintaba un poco a la fuerza, ahora necesito pintar.
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