Contra el ocupante
Un a?o despu¨¦s de la ca¨ªda de Bagdad, Irak se ha sumido en el caos y la violencia. Del error de la guerra, EE UU ha pasado a una acumulaci¨®n de errores. El control que dec¨ªa mantener sobre el pa¨ªs era ficticio. Ahora que ha reconocido no controlar ciudades como Kut, Faluya o Nayaf, sus tropas se ven obligadas a lo que quisieron evitar cuando la invasi¨®n: a un combate urbano, calle por calle, en diversas ciudades, incluida Bagdad, con bajas propias y ajenas en n¨²mero importante. En el colmo, parecen estar consiguiendo lo impensable: que sun¨ªes y chi¨ªes, al menos una parte de estos antiguos enemigos, se unan contra el ocupante.
Estados Unidos se est¨¢ equivocando en su estrategia. Planchando a bombas una ciudad en el tri¨¢ngulo sun¨ª como Faluya, con decenas de muertos, y arrasando mezquitas, no parece la manera de construir el futuro. Seis meses de esfuerzos en la estabilizaci¨®n pol¨ªtica y de seguridad del pa¨ªs se han ido por estos desag¨¹es con la sangre derramada. Bush se mantiene impert¨¦rrito en su objetivo de traspasar el 30 de junio la soberan¨ªa a un Gobierno provisional iraqu¨ª designado por EE UU, cuando la realidad es que, hoy por hoy, no hay siquiera soberan¨ªa que transferir, s¨®lo caos.
Estos d¨ªas se est¨¢ viendo el error de c¨¢lculo que supuso que se pod¨ªa ocupar un pa¨ªs con poco m¨¢s de 125.000 soldados y un porcentaje elevado de mercenarios de apoyo en esta guerra privatizada. La resistencia que EE UU no encontr¨® en su invasi¨®n est¨¢ surgiendo ahora, disparada por la insensatez de responder al horrible asesinato de cuatro mercenarios estadounidenses con el cierre de un peri¨®dico pr¨®ximo a M¨²qtada al S¨¢der, sacar a relucir una vieja orden de caza y captura contra este joven dirigente chi¨ª y lanzarse a una guerra sin cuartel contra sus milicias, en unos d¨ªas de masiva peregrinaci¨®n chi¨ª a Kerbala y Nayaf para celebrar la fiesta de Arba¨ªn. M¨²qtada resiste en Nayaf, una ciudad sagrada donde nunca han penetrado las tropas de EE UU y en las afueras de la cual ha quedado atrincherada parte de la Brigada Plus Ultra. Bagdad, donde conviven sun¨ªes y chi¨ªes m¨¢s un n¨²mero importante de kurdos, es una ciudad en guerra, de todos contra EE UU y quienes colaboran con Washington. Los secuestros de japoneses, coreanos y occidentales son un penoso ejemplo de la ley de la jungla que reina hoy en la antigua Mesopotamia.
En el mejor de los casos, las perspectivas de la Administraci¨®n ocupante son malas. La lucha por el poder entre los chi¨ªes se libra contra EE UU. Si M¨²qtada prevalece sobre Sistani y se al¨ªa con los sun¨ªes -ya est¨¢n combatiendo codo con codo en ciudades como Faluya-, EE UU tendr¨¢ que afrontar un escenario de pesadilla. Si se impone Sistani, ¨¦ste saldr¨¢ reforzado y, como consecuencia, debilitado el plan pol¨ªtico de Washington, pues el gran ayatol¨¢ no es partidario de combatir a EE UU, pero s¨ª de rechazar la constituci¨®n provisional que pretende imponer.
Incluso para su estrategia, EE UU necesitar¨¢ m¨¢s fuerzas: los 70.000 polic¨ªas y 20.000 paramilitares que ha formado se resisten a actuar, pese a que ayer algunos entraron en combate enmarcados en unidades estadounidenses. De momento, los soldados de EE UU que deb¨ªan regresar se quedan, junto a las nuevas tropas frescas. Pero no es cuesti¨®n de fuerza militar para unas tropas que, como se ha dicho, no saben contra qui¨¦n est¨¢n combatiendo, a qui¨¦n est¨¢n defendiendo y de qu¨¦. Lo ¨²nico claro es que, pese a acabar con Sadam Husein, no s¨®lo no han sido bien recibidas, sino que ahora son rechazadas.
EE UU debe comprender la urgencia de dejar de ser visto como ocupante. Nada cambiar¨¢ a esta percepci¨®n el hecho de que el 30 de junio los estadounidenses firmen un vergonzoso acuerdo con un Gobierno provisional que no represente a nadie para dejar de ser formalmente ocupantes y considerarse como invitados. Aun a costa de perder las elecciones de noviembre, Bush deber¨ªa percatarse de que tiene que cambiar radicalmente de enfoque, hacer que la ONU y su Consejo de Seguridad tomen las riendas pol¨ªticas de la situaci¨®n. No se resolver¨¢ as¨ª el caos, pero s¨ª facilitar¨ªa que pa¨ªses como Francia, y especialmente otros del mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n, pudiesen aportar fuerzas para una aut¨¦ntica labor de estabilizaci¨®n, como propugna el pr¨®ximo ministro de Asuntos Exteriores espa?ol, Miguel ?ngel Moratinos.
Espa?a tiene que repensar con urgencia su presencia militar en Irak. Una parte de la Brigada Plus Ultra ha quedado aislada en Nayaf y en otros lugares. Las fuerzas espa?olas no fueron all¨ª para librar batallas o quedar asediadas frente a una poblaci¨®n que las rechaza, sino para ayudar a la reconstrucci¨®n. O Washington cambia de planteamiento, o tendr¨¢n que regresar.
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