El fin del idilio
La aplastante derrota del Madrid ante Osasuna provoca las primeras cr¨ªticas de la grada en la etapa de Florentino P¨¦rez
No hay tregua en el desplome del Madrid, que perdi¨® el liderato en una actuaci¨®n infame. Multiplic¨® los errores que le caracterizan en el momento m¨¢s inoportuno de la temporada, despu¨¦s de la sonada derrota en M¨®naco y con la necesidad imperiosa de defender el primer puesto. Fracas¨® en medio de la censura de la hinchada, que se ha distanciado del equipo por primera vez durante el mandato de Florentino P¨¦rez. Hubo un tiempo en el que pareci¨® que el equipo estaba por encima de los resultados, de los malos resultados, como si el poder de fascinaci¨®n de sus estrellas le evitara las miserias que aquejan a los dem¨¢s. No es cierto. M¨¢s que ning¨²n otro club, el Madrid vive entre las urgencias del ¨¦xito, cualquier otra cosa se digiere muy mal, sea cual sea el modelo que predomine. Es la grandeza del club y su calvario en noches como ¨¦sta, una que arranc¨® entre alarmas para el Madrid, con un tanto de Valdo en el primer minuto. Todo lo que sucedi¨® desemboc¨® en un drama para el equipo: se lesion¨® Ronaldo en la primera parte, Queiroz se decidi¨® por Borja en lugar de Portillo para sustituir al brasile?o, falt¨® juego y sobraron defectos. El hundimiento afect¨® a todas las l¨ªneas y no respet¨® a nadie. Casillas se equivoc¨® gravemente en el segundo gol de Osasuna, el tanto que precipit¨® definitivamente a la derrota, a los abucheos, a la sensaci¨®n de que la Liga se le escapa al Madrid a chorros.
REAL MADRID 0 - OSASUNA 3
Real Madrid: Casillas; Salgado, Mej¨ªa, Ra¨²l Bravo, Roberto Carlos; Guti, Beckham; Figo, Zidane, Ra¨²l; y Ronaldo (Borja, m. 26).
Osasuna: Sanzol; Izquierdo, Cruchaga, Josetxo, Antonio L¨®pez; Valdo (Mu?oz, m. 75), Pu?al, Pablo Garc¨ªa, Moha (Rivero, m. 78); Aloisi y Morales (Bakayoko, m. 55).
Goles: 0-1. M. 1. Centro desde la banda, Salgado y Ra¨²l Bravo se estorban y Valdo marca.
0-2. M. 43. Casillas despeja mal de pu?os y Pablo Garc¨ªa, desde fuera del ¨¢rea, anota de vaselina a puerta vac¨ªa.
0-3. M. 60. Centro de Valdo que Moha cabecea a la red.
?rbitro: Carmona M¨¦ndez. Amonest¨® a Figo, Izquierdo, Salgado y Mu?oz.
Unos 50.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Osasuna se enter¨® muy pronto de la estupenda noche que le esperaba. Aprovech¨® el primer saque de banda para marcar. Cualquier cosa que se cuelgue sobre el ¨¢rea del Madrid es peor que un penalti. Vale un c¨®rner, un saque de falta, un lanzamiento desde la banda, lo que sea. La incompetencia defensiva del Madrid convierte estas jugadas en problemas sin soluci¨®n. Se estorbaron Salgado y Ra¨²l Bravo, la pelota qued¨® suelta para Aloisi, cuyo tiro sali¨® rebotado hacia Valdo, el ¨²ltimo de los ex jugadores del Madrid convertido en verdugo de su viejo equipo. Es el lado burl¨®n del f¨²tbol. Morientes protagoniz¨® la eliminaci¨®n del Madrid en Europa y Valdo ayud¨® m¨¢s que nadie a desplazarlo de la cabeza de la clasificaci¨®n, probablemente a negarle el t¨ªtulo de campe¨®n.
Valdo se sinti¨® invitado por la defensa madridista. Le permiti¨® el gol y tres remates en el primer cuarto de hora. Nadie le vigilaba. A su alrededor, los poderosos delanteros de Osasuna ganaban todos los pelotazos. De la ansiedad hab¨ªa evidencias m¨¢s que suficientes en el juego, de una pobreza que s¨®lo en ocasiones lograba salvar Roberto Carlos con sus arrancadas. Siempre a cambio de desocuparse de Valdo, pero al menos fue la ¨²nica garant¨ªa de acci¨®n durante el primer tiempo. Todo lo dem¨¢s fue un f¨²tbol agarrotado, sin ninguna de las se?as que acreditan a las estrellas del Madrid. El p¨²blico no perd¨®no. Hasta Zidane se llev¨® su parte de reproches.
El plan de juego de Osasuna respondi¨® a la perfecci¨®n. Bien armado en el cap¨ªtulo defensivo, explot¨® la angustia del Madrid sin demasiados alardes. No cay¨® en el nerviosismo y aprovech¨® las concesiones que recibi¨®. La segunda se produjo en otro saque de banda. Casillas decidi¨® no fiarse de sus defensas, sali¨® a cazar moscas entre la perplejidad general y entreg¨® la pelota a Pablo Garc¨ªa, cuya vaselina abri¨® la peor hora que ha vivido el Madrid en los ¨²ltimos cuatro a?os. La irritaci¨®n de la hinchada super¨® el dique y el resto del partido se disput¨® entre los abucheos y la mofa terrible del personal, que celebr¨® con ol¨¦s el juego de Osasuna en los ¨²ltimos momentos. A la cabeza se colocaron los ultras, en plan desestabilizador y oportunista en varias fases del encuentro. Hab¨ªan esperado este momento durante cuatro a?os.
Result¨® emocionante, pero tambi¨¦n indicador de las carencias del juego, el esfuerzo del Madrid para oponerse a la derrota. Pocas veces ha desplegado tanta energ¨ªa con tan poco criterio, con la particularidad de que cada noticia era un mazazo. La lesi¨®n de Ronaldo quit¨® cualquier posibilidad de remontar el resultado. Queiroz tom¨® entonces una decisi¨®n muy poco pol¨ªtica. Coraje no le falt¨® para sustituir a Ronaldo por Borja y adelantar a Guti hasta la delantera. Fue toda una declaraci¨®n de su falta de fe a Portillo. El p¨²blico carg¨® muy pronto contra Borja, cuyo nerviosismo fue creciente. Sin esperarlo, sali¨® a jugar en el peor momento no del partido, de la temporada, de los ¨²ltimos a?os, de una noche que aparentemente rompi¨® el id¨ªlico clima que se hab¨ªa establecido entre la afici¨®n del Madrid y la gesti¨®n de Florentino P¨¦rez.
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