Un dirigente islamista y otro laico piden recortes del poder del rey de Marruecos
Uno de los m¨¢s populares dirigentes islamistas moderados marroqu¨ªes, el diputado Mustaf¨¢ Ramid, intent¨® propiciar un debate sobre el recorte de los enormes poderes del rey de Marruecos, pero el congreso de su formaci¨®n, el Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), concluy¨® ayer sin abordar ese delicado asunto. Al evento asistieron en Rabat unos 200 delegados y 10.000 militantes.
En v¨ªsperas del Congreso, Ramid public¨® un art¨ªculo en el semanario As Sahifa, el de mayor tirada en ¨¢rabe, en el que afirma que "el estatuto de Comendador de los creyentes", que el monarca ostenta, "no le confiere, desde el punto de vista del islam, poderes absolutos y no le convierte en una persona irreprochable a la que no se le pueden pedir cuentas". Ramid concluy¨® pidiendo la instauraci¨®n de "un r¨¦gimen pol¨ªtico basado en la delegaci¨®n de poderes (...) a un gobierno que represente a la mayor¨ªa parlamentaria resultante de la voluntad popular".
El a?o pasado, Ramid dimiti¨® de la presidencia del grupo parlamentario del PJD a causa, seg¨²n explic¨®, de las presiones del Ministerio del Interior. Poco antes Ahmed Raissuni tambi¨¦n hab¨ªa renunciado a la presidencia de la corriente mayoritaria del partido tras poner en tela de juicio que el soberano tuviese que ser el jefe espiritual de los musulmanes marroqu¨ªes.
El secretario general adjunto del PJD, Saadedin el Otmani, declar¨® el s¨¢bado a la prensa que "la reforma constitucional no figura en el orden del d¨ªa de los trabajos del congreso". Otmani, psiquiatra de profesi¨®n, fue elegido ayer secretario general en sustituci¨®n del hist¨®rico l¨ªder Abdelkrim Jatib, de 84 a?os, que se jubila.
El PJD es la tercera fuerza parlamentaria, aunque hubiese sido probablemente la primera si se hubiese presentado en 2002 en todas las circunscripciones electorales y no s¨®lo en algo m¨¢s de la mitad. El movimiento islamista con mayor capacidad de movilizaci¨®n es Justicia y Caridad, que dirige el jeque Abdesalam Yassin, y que no ha sido legalizado porque rechaza reconocer al rey el t¨ªtulo de Comendador de los creyentes.
Coincidiendo con el pronunciamiento de Ramid, Abdelhamid Amin, presidente de la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos, la organizaci¨®n m¨¢s influyente en este ¨¢mbito, pidi¨® "una Constituci¨®n democr¨¢tica" en la que el poder no est¨¦ concentrado en manos del rey. La Constituci¨®n debe consagrar la separaci¨®n entre "religi¨®n y pol¨ªtica" y "destacar que es el pueblo la ¨²nica fuente de poder en nuestro pa¨ªs".
Amin present¨® el informe de su asociaci¨®n sobre el a?o 2003, en el que denuncia "las detenciones en las filas de los integristas acompa?adas de secuestros, tortura, juicios injustos y condenas que van hasta la pena de muerte".
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