Desaf¨ªo
Una misteriosa correcci¨®n pol¨ªtica establece que es mejor ser nacionalista que no serlo. Sucede, sin embargo, que la gran mayor¨ªa de los ciudadanos de Espa?a no se sienten nacionalistas de nada y por supuesto que tampoco nacionalistas espa?oles. Y en todo caso prefieren resaltar aquello que nos une que lo que nos pueda separar. Y nos une una historia com¨²n y algo que es mucho m¨¢s importante que la historia: unos valores constitucionales y democr¨¢ticos que se avivan en todo el territorio estatal, uniformemente, con grandeza y sensibilidad, cuando ello es necesario. Y nunca fue m¨¢s necesario que tras el 11-M: tiempo del dolor m¨¢s intenso y tiempo, tambi¨¦n, que desvela el nacimiento de una sociedad nueva. De un pa¨ªs mestizo y laborioso, moderno y solidario, creativo y abierto. En las ant¨ªpodas de cualquier descarr¨ªo excluyente.
Espa?a es una gran naci¨®n ilustrada donde rige la divisi¨®n de poderes y donde vivimos en libertad. Pero ?y la igualdad? Tal vez algunos nacionalismos sean poco proclives a esa llamada. Ellos miran para s¨ª, para sus regiones. Quieren que su dinero no salga de sus territorios, y de este modo se puede acabar quebrando la solidaridad: las comunidades ricas ser¨¢n cada vez m¨¢s ricas, las pobres, m¨¢s pobres y las diferentes, m¨¢s diferentes. A veces, de un modo forzado y artificioso.
Desde hace m¨¢s de un cuarto de siglo el discurso territorial predominante en Espa?a es el de la pluralidad, algo muy conveniente, por otra parte, despu¨¦s de tanta barbarie uniformista. Pero en los ¨²ltimos a?os vamos viendo que esa pluralidad a veces se antoja insaciable. Como si ya fuera una "revoluci¨®n permanente" que s¨®lo se conformar¨¢ con la independencia. Es un plan que medr¨® mucho en las dos ¨²ltimas legislaturas porque siempre resulta m¨¢s f¨¢cil embellecer la segregaci¨®n frente a un gobierno de derechas que frente a uno de izquierdas. Pero ahora estamos ante un cuatrienio socialdem¨®crata y Zapatero tiene que pronunciarse. Con claridad. Al margen de ello, urge reformar el Senado para que sea, por fin, la gran c¨¢mara de di¨¢logo entre el Estado y las comunidades y ciudades aut¨®nomas.
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