?Y qu¨¦ aire!
No se sabe qu¨¦ tiene cada a?o el concierto de clausura de la Semana de M¨²sica Religiosa de Cuenca que el p¨²blico no responde. Ser¨¢ que los forasteros vuelven pronto para evitar los atascos o que los nativos se quedan en casa ah¨ªtos de procesiones, de m¨²sica y de morteruelo. El caso es que la asistencia est¨¢ siempre por debajo de la alta calidad de la oferta y la sensaci¨®n del que acude es que le han dejado solo en el ¨²ltimo momento. Uno hab¨ªa el domingo que se quejaba amargamente mientras se pon¨ªa como ejemplo del nuevo hombre del Renacimiento: por la ma?ana en Cuenca, por la tarde en Las Ventas y por la noche en el Bernab¨¦u. S¨®lo Cuenca, una vez m¨¢s, respondi¨® a su ambici¨®n de conocimiento universal. L¨®pez Banzo triunfaba horas antes de que Morante de la Puebla y el Real Madrid dieran el petardazo.
Al Ayre Espa?ol
Director: Eduardo L¨®pez Banzo. Obras de Cabanilles, Guti¨¦rrez de Padilla, Cererols, Xu¨¢rez, Pati?o, Comes, Dur¨®n y Ruiz de Samaniego. Semana de M¨²sica Religiosa de Cuenca. Auditorio, 11 de abril.
En fin, que tanto peor para los que no acudieron este a?o a la despedida, pues Al Ayre Espa?ol ofreci¨® un programa doblemente antol¨®gico: por la suma de maestros espa?oles del XVII y el XVIII y porque el grupo aragon¨¦s sigue, a pesar de los cambios, dominando ese repertorio como nadie. Tales cambios -que se comentaban en los corrillos- afectaban a parte sustancial: no estaba la gran Marta Almajano, musa de los historicistas, cantante de primera clase y pieza clave en Al Ayre Espa?ol desde el primer d¨ªa. Mas he ah¨ª que su sustituta en el conjunto de L¨®pez Banzo, Olga Pitarch, estuvo estupenda y convirti¨® la a?oranza en descubrimiento. Pero lo m¨¢s importante fue comprobar c¨®mo el zaragozano sigue investigando y recreando su periodo favorito con un buen gusto y una audacia dignos de toda alabanza. Empezando por su manera de atacar por el lado instrumental las piezas para ¨®rgano de Cabanilles y concluyendo con un Villancico a la Virgen del Pilar de Ruiz de Samaniego en el que la jota desminti¨® esa cercan¨ªa con el rebuzno que le otorgaba P¨ªo Baroja, a veces un tanto chusco en materia de solfa. Entremedias, piezas que convencen de la originalidad de un patrimonio al que se le tacha, con una alegr¨ªa demasiado banal, de absorber lo for¨¢neo y quedarse mucho en casa. Alegr¨ªa hay a raudales en estas creaciones -qu¨¦ Lamentaci¨®n, florida y efectista la de Sebasti¨¢n Dur¨®n-, pero originalidad tambi¨¦n en ese garbo, en ese aire tan dif¨ªcil de traducir que hace de ellas una muestra de ese ser meridionales por el que demasiadas veces acabamos pidiendo perd¨®n.
Ida y vuelta
Hasta m¨²sica de ida y vuelta tuvimos, con el conquense Alonso Xu¨¢rez, cuya obra aparece en los archivos mexicanos. L¨®pez Banzo lleva a?os rescatando todo esto con un convencimiento digno de tan buena causa. El concierto, de esos que pasan en un suspiro, anticipa un disco que esperamos desde ahora. Tendr¨¢n, pues, consuelo los que se lo perdieron. Y para el a?o que viene, ah¨ª va una idea: a cerrar la Semana con Gardiner. Ya ver¨¢n los organizadores c¨®mo se llena.
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