El tiempo va
Que pasa el tiempo a toda leche, y las calles se llenan de cad¨¢veres, sangre y moscas sorbi¨¦ndola, y se agotan los plazos, y se perpetran picadillos, en uno y otro lado, y se capturan rehenes con la c¨¢mara a la bandolera o la pretensi¨®n de una subcontrata, por el filo de un cuchillo en el gaznate, o colgando cad¨¢veres abrasados, o demoliendo, a bombazos, mezquitas y fieles, y Manolo Mar¨ªn se lamenta de que apenas ya si queda tiempo para que las NU empomen la bastarda ocupaci¨®n de Irak, y le d¨¦ una mano de legalidad y de legitimidad, a una guerra de embustes e infamias, y despida a patadas, con mu?eca diplom¨¢tica, a los funcionarios y a los empresarios y a los generales necr¨®fagos de los Estados Unidos -the Iraq is money- de aquel pa¨ªs sacrificado a los intereses geoecon¨®micos del imperio, y les devuelva la vista y el esplendor en sus faenas, a las tropas que no hacen m¨¢s que justificar con su presencia y silencio, o la aquiescencia c¨®mplice de sus gobiernos, la historia de una carnicer¨ªa y un saqueo, protagonizado por Bush, sus senadores y un grupo de estadistas de tercera embaucados, y en papeles subsidiarios y testimoniales. Apenas ya si queda tiempo para que las NU se hagan con las riendas, y miren c¨®mo se elabora ese milagro de que una guerra sea o parezca justa o leg¨ªtima, y t¨² qu¨¦ sabes, si andas exigi¨¦ndole a Rodr¨ªguez Zapatero que en la investidura, lo repita: el 30 de junio las tropas espa?olas a casa. Esa fue la promesa de tiempo atr¨¢s, de mucho antes de la brutalidad del 11-M, de cuanto Aznar, el a?o pasado, fue de instant¨¢nea por la Azores, y desoy¨®, con su perversa uva, al clamor de una multitud que execraba la guerra de las falsedades y de los artefactos fantasmag¨®ricos. Bien, a Aznar aquella multitud ya le ha cerrado la puerta, y Bush le ha dado el cromo de Georgetown, que le garantiz¨®, y posiblemente hasta una pelota. Ambos no han hecho m¨¢s que justo lo que se esperaba de ellos. Ahora, esperas, como tantos, a que Rodr¨ªguez Zapatero, lo diga en su investidura y lo cumpla. Solo quieres que tu confianza rebote y suene a ley de la buena.
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