Creadores de precariedad
La arrogante y triunfalista propaganda oficial sobre el empleo me produce tristeza, preocupaci¨®n y sobre todo indignaci¨®n. Con las cosas de comer no se juega. Un "empleo decente" es la fuente fundamental de derechos c¨ªvicos, nunca la ciudadan¨ªa ha sido tan vulnerable como en la actualidad. Se han creado mas de cuatro millones de empleos en los ¨²ltimos ocho a?os. Ha aumentado el n¨²mero de cotizantes a la Seguridad Social, nos cuenta la propaganda oficial. ?ste es el envoltorio, pero si analizamos el contenido, comprobaremos que el producto est¨¢ adulterado y es de muy baja calidad.
Caminamos, utilizando la terminolog¨ªa de U. Beck, hacia la "brasile?izaci¨®n" laboral, entendida como "la irrupci¨®n de lo precario, discontinuo, impreciso e informal en un fort¨ªn que es la sociedad del pleno empleo de Occidente". Si a los m¨¢s de dos millones de parados sumamos los que tienen un trabajo temporal (31%) o a tiempo parcial (8%) y, sobre todo, los trabajadores pobres, los que tienen un empleo que no les garantiza una vida decente -en Espa?a m¨¢s de dos millones de trabajadores tienen salarios mensuales por debajo de los 600 euros-, comprobaremos que la poblaci¨®n activa en situaci¨®n "irregular e informal" es ampliamente mayoritaria. Con estos datos, a nadie puede extra?ar que el 65% de la ciudadan¨ªa manifieste en las encuestas que el principal problema de Espa?a es la dificultad de encontrar un empleo.
En todas las ramas de actividad la tasa espa?ola de precariedad supera a la europea
A esta situaci¨®n no se llega por generaci¨®n espont¨¢nea. Hemos contado con un periodo econ¨®mico irrepetiblemente favorable, con un crecimiento econ¨®mico superior desde hace a?os a la media europea. ?Qu¨¦ se ha hecho pol¨ªticamente para que estemos viviendo un proceso continuo de inestabilidad e incertidumbre de tr¨¢nsito de un sociedad salarial de riesgo individualizado, de exclusi¨®n social estructural y de dualizaci¨®n del empleo?
El decretazo de 2001 o la reforma laboral impuesta, manifestaci¨®n del autoritarismo de la mayor¨ªa absoluta, fue calificada por UGT y CCOO, de in¨²til (al no atacar el principal problema, la temporalidad del empleo), regresiva (por volver a una regulaci¨®n del tiempo parcial muy variable, irregular y discrecional para el empresario), lesiva (decenas de miles de trabajadores obligados a asumir un contrato para la formaci¨®n desnaturalizado) y perjudicial para el modelo de relaciones laborales (que deber¨ªa seguir bas¨¢ndose en la negociaci¨®n entre los interlocutores sociales y el respeto a los acuerdos alcanzados).
Menos mal que, a base de movilizaciones sostenidas en el tiempo, incluida la huelga general del 20 de junio, se oblig¨® al Gobierno a rectificar y retirar su segunda contribuci¨®n a la degradaci¨®n y precarizaci¨®n del empleo. Sin ninguna justificaci¨®n econ¨®mica, dado el superavit hist¨®rico del Inem (utilizado para cuadrar las cuentas del d¨¦ficit p¨²blico, no para mejorar prestaciones), pretend¨ªa reducir el umbral de los salarios, mejorando a¨²n m¨¢s las subvenciones a las empresas, suprimir los salarios de tramitaci¨®n para abaratar el despido, retirar a muchos parados de las estad¨ªsticas de paro y, sobre todo, hacer desaparecer el derecho a las prestaciones de desempleo, convirti¨¦ndolas en un bien graciable de libre disposici¨®n. Sigue en el caj¨®n la famosa reforma de la negociaci¨®n colectiva para intentar culminar el puzzle con el ajuste de los derechos colectivos. Es preocupante que las reformas laborales nunca est¨¦n en los programas electorales. Se hacen sin avisar.
Los datos del Eurostat siguen situando a Espa?a como l¨ªder en precariedad con m¨¢s de un 18% de diferencia (la siniestralidad viene seguida). Dicha tasa de temporalidad se produce en todas las actividades econ¨®micas. En concreto, en todas las ramas de actividad la tasa espa?ola de precariedad supera a la europea, y en pr¨¢cticamente el 80% de ellas lo hace en m¨¢s de 10 puntos porcentuales. Espa?a es el primer pa¨ªs de la UE en el que la oportunidad de salir del paro es un empleo temporal. Por el contrario es el ¨²ltimo en el que la salida del paro es un empleo fijo. Es tambi¨¦n el primer pa¨ªs de la UE en el que un trabajador temporal sigue si¨¦ndolo despu¨¦s de cinco a?os y el pen¨²ltimo en que despu¨¦s de cinco a?os haya conseguido un empleo estable. Adem¨¢s, la probabilidad de que, teniendo un empleo temporal, al cabo de cinco a?os se termine en el paro es de las tres mayores de la UE.
Una de la razones que explican la intensificaci¨®n de la especializaci¨®n en actividades de bajo valor a?adido que caracteriza la econom¨ªa espa?ola parece tener bastante que ver con el incentivo a estas actividades que supone un mercado laboral intensivamente precarizado. En t¨¦rminos general, cabe razonablemente suponer que la disponibilidad de una abundante oferta de empleo precario acent¨²a, al menos a corto plazo, las opciones empresariales basadas en el abaratamiento laboral, frente a otras que privilegien la estabilidad, la formaci¨®n del trabajador, la calidad del trabajo y, en definitiva la productividad. ?sta es una cuesti¨®n de gran calado ya que de la misma se deriva en parte el retraso en el grado de desarrollo social, en el nivel de vida, y por supuesto en la capacidad competitiva de la econom¨ªa espa?ola.
Y para culminar la faena hay que a?adir la ineficacia de la pol¨ªtica de empleo y de gesti¨®n del trabajo. Espa?a es uno de los pa¨ªses, que a pesar de la mayor tasa de paro, menos recursos dedica a sus pol¨ªticas de empleo. Son la empresas las que se llevan la mayor parte de dichos recursos, qued¨¢ndose muy desatendidas el resto de funciones necesarias relacionadas con la gesti¨®n del mercado laboral, la formaci¨®n, el reciclaje profesional y el apoyo a los desempleados en la b¨²squeda de empleo.
Este modelo de empleo es muy americano, pero poco europeo. Hay que recordar que el modelo americano se basa en una enorme flexibilidad en materia de salarios, empleo y escasa protecci¨®n social. El resultado es que hay 30 millones de trabajadores pobres, porque su salario es inferior al del umbral de la pobreza, 40 millones de personas sin derecho a asistencia sanitaria y el 2% de la poblaci¨®n masculina adulta en la c¨¢rcel. El fundamentalismo neoliberal convierte a los "propagandistas" del pleno empleo en creadores de precariedad que nos conducen, a lo sumo, hacia el pleno subempleo.
No es extra?o que la OCDE haga un llamamiento al Gobierno espa?ol sobre la necesidad de reducir la elevada tasa de temporalidad y la segmentaci¨®n y dualizaci¨®n del mercado laboral. Urgen pol¨ªticas de empleo y negociaci¨®n para acordar su implementaci¨®n. Espero que el nuevo Gobierno haga de la recuperaci¨®n de la dignidad del trabajo el instrumento central de cohesi¨®n y ciudadan¨ªa social.
Carlos Trevilla es representante de UGT en el CES vasco.
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