'El verdugo', la obra maestra de Luis G. Berlanga
EL PA?S ofrece ma?ana por 1,95 euros "la mejor pel¨ªcula del cine espa?ol"
Cuarenta a?os despu¨¦s de haber triunfado en el Festival de Venecia, El verdugo sigue siendo "la mejor pel¨ªcula del cine espa?ol, seg¨²n la mayor¨ªa de los especialistas", asegura Antonio G¨®mez Rufo en su libro sobre Berlanga. Ricardo Mu?oz Suay dijo en su momento que "con El verdugo, Berlanga ha logrado su mejor obra, y probablemente la m¨¢s importante y significativa de la cinematograf¨ªa espa?ola. La intervenci¨®n decisiva de Rafael Azcona en el argumento ha conseguido un gui¨®n mod¨¦lico no s¨®lo en cuanto a la construcci¨®n, sino a su contenido, m¨¢s trascendental que en otras ocasiones. Por otra parte, el estilo tremendista, el humor negro, ha fraguado, y el filme, adem¨¢s de ser un alegato contra la pena de muerte, es, sobre todo y en especial, un testimonio de c¨®mo el hombre contempor¨¢neo acaba cediendo a los acontecimientos sociales, que en este caso llevan a su protagonista a ejercer, sin contemplaciones, el asesinato legal".
Berlanga hubiera querido subrayar m¨¢s el aspecto de comedia
El verdugo se present¨® en Venecia en 1963, cuando Franco acababa de ordenar el fusilamiento del comunista Juli¨¢n Grimau y la ejecuci¨®n por garrote vil de los anarquistas Francisco Granado y Joaqu¨ªn Delgado. Precisamente el Caudillo era entonces conocido en el mundo como "el verdugo", apodo que cobr¨® actualidad con las protestas internacionales ante dichas ejecuciones. De hecho, Berlanga y el equipo de la pel¨ªcula fueron recibidos a pedradas por anarquistas italianos que hab¨ªan cre¨ªdo que, con ese t¨ªtulo, la pel¨ªcula era una apolog¨ªa de Franco. Contrariamente, las autoridades espa?olas entendieron El verdugo como "la pel¨ªcula m¨¢s antipatri¨®tica y antiespa?ola que se hubiera visto jam¨¢s", a pesar de su inocente aspecto de comedia. Quisieron incluso impedir su proyecci¨®n en el festival. El embajador en Roma, Alfredo S¨¢nchez Bella, que a?os despu¨¦s ser¨ªa ministro de Informaci¨®n y Turismo, hizo cuanto pudo para prohibirla. "La pel¨ªcula me parece uno de los m¨¢s impresionantes libelos que jam¨¢s se hayan hecho contra Espa?a; un panfleto pol¨ªtico incre¨ªble, no contra el r¨¦gimen, sino contra toda una sociedad. Es una inacabable cr¨ªtica caricaturesca de la vida espa?ola", proclam¨® al principio, para m¨¢s tarde, al comprender que no iba a lograr su objetivo, darle otro giro a su estrategia: "Esta pel¨ªcula muestra hasta qu¨¦ punto son infundados los ataques que se hacen contra el r¨¦gimen espa?ol: se ha dicho que basta cualquier discrepancia para sufrir persecuciones y hasta ser ajusticiados. Pues bien, vean c¨®mo en la Espa?a actual se pueden realizar pel¨ªculas como ¨¦sta, que no podr¨ªa tolerar sin protesta ni siquiera el Estado m¨¢s liberal de cualquier paralelo o meridiano; vean que ni siquiera talento ni originalidad tiene...". Fue entonces cuando Franco dijo en uno de los consejos de ministros la famosa frase sobre el director: "Ya s¨¦ que Berlanga no es un comunista; es algo peor, es un mal espa?ol".
La cr¨ªtica y el jurado del Festival de Venecia dieron la espalda al embajador franquista y se inclinaron ante El verdugo, que recibi¨® el premio de la cr¨ªtica internacional. M¨¢s tarde fue igualmente premiada en el Festival de Mosc¨², y obtuvo asimismo el gran premio de la Academia francesa del Humor Negro. En Espa?a, sin embargo, sufri¨® "bastantes cortes de censura, muy gilipollas algunos", seg¨²n coment¨® Berlanga a Manuel Hidalgo y Juan Hern¨¢ndez Les: "Por ejemplo, cortaron todas las veces que el protagonista hablaba de irse a Alemania, y suprimieron el ruido que hac¨ªan los hierros del garrote dentro del malet¨ªn del verdugo; tambi¨¦n cortaron la escena en que los funcionarios de prisiones preparan el garrote". Por si fuera poco, Berlanga supo a?os despu¨¦s que "un exhibidor tuvo que quitar la pel¨ªcula de su cine por presiones de las autoridades. As¨ª se explica que estuviera s¨®lo dos semanas en cartel...". A pesar de esa persecuci¨®n, El verdugo obtuvo en Espa?a el premio al mejor gui¨®n del C¨ªrculo de Escritores Cinematogr¨¢ficos, y Emma Penella, el de mejor actriz del Sindicato Nacional del Espect¨¢culo.
La idea de la pel¨ªcula le surgi¨® a Berlanga a trav¨¦s de la imagen que le hab¨ªa transmitido un amigo abogado cuando le cont¨® su experiencia en una ejecuci¨®n: un grupo de personas hab¨ªa conducido a rastras a la v¨ªctima, una mujer que se resist¨ªa, mientras que otro grupo lo hab¨ªa hecho igualmente con el verdugo, al que incluso hubo que inyectar un sedante y pr¨¢cticamente arrastrar hasta el lugar de la ejecuci¨®n. G¨®mez Rufo cuenta "que esta imagen le result¨® tan cruel a Berlanga, que hizo la pel¨ªcula como un alegato contra la pena de muerte". No obstante, El verdugo es, ante todo, "un filme sobre el proceso que puede conducir a un hombre a abdicar de sus propias ideas e incluso casi de su condici¨®n de tal hombre", como asegur¨® C¨¦sar Santos Fontenla en la revista Nuestro Cine tras entrevistar a Berlanga. ?ste le hab¨ªa contado que hab¨ªa pretendido diseccionar "de una forma t¨ªmida, porque a trav¨¦s del humor siempre parece que las cosas sean t¨ªmidas, un problema a mi juicio fundamental del hombre moderno y de la sociedad actual".
Berlanga hubiera querido subrayar m¨¢s el aspecto de comedia, con Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez en el papel de verdugo joven, pero exigencias de la coproducci¨®n con Italia hicieron que finalmente lo interpretara Nino Manfredi. El resto del reparto, con Emma Penella y el gran Jos¨¦ Isbert a la cabeza, respondi¨® a los deseos del autor, logrando con ellos "un ¨®ptimo resultado, especialmente de Emma Penella, espl¨¦ndida de gesto, de voz, de actitud...". En definitiva, "la mejor pel¨ªcula del cine espa?ol", seg¨²n las encuestas recientes de Nickelodeon y Dirigido por...
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.