Los relatos de la raz¨®n

Hay una sentencia del escritor argentino Fogwil que bien podr¨ªamos sumar a las ya c¨¦lebres y respetadas a pie juntillas de Ch¨¦jov, Hemingway, Horacio Quiroga y Carver. "Creo que es mucho m¨¢s importante pensar que contar, pero para imponer el arte de pensar hay que contar. La raz¨®n no se sostiene sin relatos". Estas palabras conforman algo m¨¢s que una regla de oro para escribir relatos con sentido, suponiendo que hubiera reglas de oro en esta materia. Neutralizan aquella rudimentaria idea seg¨²n la cual un libro de cuentos es un compendio de historias. A esta obviedad, Hemingway intent¨® ponerle remedio con la teor¨ªa del iceberg. Ricardo Piglia la complet¨® con definitiva sabidur¨ªa en su argumento de los dos relatos, una idea que aparte de posibilitar la realizaci¨®n de cuentos dignos de llamarse tales, sirvi¨® sobre todo para interpretar y sacarle todo el jugo posible a los grandes maestros del g¨¦nero. Este pre¨¢mbulo vale para interpretar con mayores garant¨ªas Amigos y fantasmas, el ¨²ltimo libro de cuentos de Mercedes Abad, al que sin duda lo sostiene, adem¨¢s de una escritura s¨®lida y personal, un concepto del cuento bien desarrollado y mejor defendido desde la m¨¢s pura ficci¨®n.

Mercedes Abad tambi¨¦n tiene su teor¨ªa del cuento. La expuso en una antolog¨ªa que recog¨ªa piezas de autores espa?oles. Curiosamente, en esta misma antolog¨ªa participaba Juan Bonilla que consider¨® m¨¢s pertinente en lugar de una propia apoderarse de la idea del cuento de Fogwil que se cita al comienzo de esta rese?a. En aquella oportunidad, la autora catalana defend¨ªa la proximidad del cuento con la novela y la poes¨ªa, aunque reconoc¨ªa sus leyes espec¨ªficas, y agregaba que "el cuento es un magn¨ªfico lugar desde el que observar la conducta humana en su insignificancia y su grandeza". Despu¨¦s de leer Amigos y fantasmas, me quedo con la teor¨ªa de Fogwil. Abad emplea varios resortes para hacer confraternizables sus historias. Hay una pieza que se titula 'Polinizaci¨®n simp¨¢tica de un esp¨¦cimen humano en trece horas y diecis¨¦is minutos de observaci¨®n sostenida'. Su protagonista es seguido por el narrador omnisciente en su cruce con multitud de personas cada una de las cuales representa un prototipo de la variada condici¨®n humana. Otro cuento es 'Hienas que r¨ªen penas', en donde convergen distintos registros narrativos, una misma conciencia destripada desde diferentes ¨¢ngulos. 'Un buen hombre', relato como otros del volumen, donde el narrador traba con el lector una instancia superior desde donde observar el carrusel de la especie humana. En este libro de 12 historias siempre hay razones para pensar. Mercedes Abad con buen tino narrativo conduce a sus criaturas por un mundo a veces incontrolable, casi siempre caprichoso y ruin. Criaturas con sus historias a cuestas gracias a las cuales podemos pensar la existencia.