Gobierno local y pol¨ªticas sociales: los retos inaplazables
Desde hace 25 a?os, la aportaci¨®n de los ayuntamientos democr¨¢ticos a la cohesi¨®n social es m¨¢s relevante de lo que suele reconocerse, aunque no ha estado exenta de l¨ªmites estructurales. Nuestro modelo municipal dota a la esfera local de niveles altos de autonom¨ªa, pero restringe sustancialmente su capacidad de gesti¨®n de recursos. Adem¨¢s, nuestro modelo de bienestar sit¨²a en los ¨¢mbitos estatal y auton¨®mico el desarrollo de los sistemas p¨²blicos de protecci¨®n social, empleo, promoci¨®n de vivienda, salud y educaci¨®n. Las garant¨ªas legales de participaci¨®n de los municipios en las pol¨ªticas que traducen derechos de ciudadan¨ªa son escasas y d¨¦biles. Aun as¨ª, merece la pena subrayar el compromiso social de las ciudades y reflexionar sobre la necesidad de romper techos pol¨ªticos para encarar los retos pendientes pero ya inaplazables del bienestar de proximidad.
Las garant¨ªas legales de participaci¨®n de los municipios en las pol¨ªticas de derechos de ciudadan¨ªa son escasas
En una primera etapa, los gobiernos locales desplegaron un activismo social m¨¢s reactivo que estrat¨¦gico. Hab¨ªa poco margen para la discusi¨®n de prioridades. Se dot¨® a los barrios de una red b¨¢sica de atenci¨®n social y de equipamientos comunitarios. M¨¢s tarde, ya en la d¨¦cada de 1990, se plante¨® el debate sobre los modelos sociales de ciudad y se instrumentaron algunas de las pol¨ªticas que permit¨ªan caminar en la direcci¨®n propuesta. El Plan Integral de Servicios Sociales de Barcelona, por poner un ejemplo, marc¨® un punto de referencia claro. Pero, en estos ¨²ltimos a?os, las bases sociales sobre las que hab¨ªan operado los ejercicios de planificaci¨®n se alteran de forma acelerada y profunda. Ya casi nada es como antes. La estructura social de la ciudad industrial se desvertebra y emerge una realidad compleja e incierta, con nuevas oportunidades, pero tambi¨¦n con nuevos riesgos de exclusi¨®n; con las viejas identidades tambaleantes, pero con v¨ªnculos de solidaridad de nuevo cu?o.
En Barcelona, en s¨®lo seis a?os, se ha disparado el ¨ªndice de envejecimiento, se ha doblado la tasa de monoparentalidad y se ha cuadruplicado el porcentaje de poblaci¨®n inmigrante. Desde los dispositivos de atenci¨®n social se ha respondido con compromiso, creatividad y dinamismo, pero tambi¨¦n con dificultades, desconcierto e interrogantes no resueltos. La brecha entre las necesidades emergentes y nuestra capacidad de respuesta se ha ensanchado. Debemos reconocerlo para afrontar, sin dilaciones, los desaf¨ªos de adaptaci¨®n, puesta al d¨ªa y relanzamiento de las pol¨ªticas locales de bienestar social. Lo estamos haciendo. Desde el gobierno plural de izquierdas de Barcelona hemos situado los servicios a las personas y, dentro de ellos, los servicios de atenci¨®n y promoci¨®n social, como una de las cuatro prioridades estrat¨¦gicas del mandato, junto al mantenimiento sostenible del espacio p¨²blico, la vivienda y la convivencia c¨ªvica.
Dar cumplimiento a la prioridad de lo social en Barcelona implica todo un abanico de proyectos, pero la mayor¨ªa se articulan en torno a tres ejes. En primer lugar, la mejora integral de la red b¨¢sica de servicios sociales: fortalecimiento de los equipos y recursos de atenci¨®n primaria, incremento sustancial de la atenci¨®n domiciliaria y nuevos modelos de trabajo que prioricen los procesos de desarrollo comunitario en los barrios. En segundo lugar, la apuesta decidida por el Proyecto de Ciudad Inclusiva, que arrancar¨¢ en breve con un gran acuerdo ciudadano por la inclusi¨®n social, en el que participa, junto al Ayuntamiento, la amplia red de entidades que trabajan contra la pobreza y la exclusi¨®n. Y en tercer lugar, la puesta en marcha de una din¨¢mica de cooperaci¨®n entre el Ayuntamiento y la Generalitat que nos conduzca, por una parte, a crear el Consorcio de Servicios Sociales, como marco para fortalecer y articular nuestras redes de atenci¨®n a la infancia, a la vejez y a las personas con discapacidad, y por otra, a hallar todas las sinergias posibles en materia de inmigraci¨®n, por medio de una s¨®lida conexi¨®n entre las pol¨ªticas de acogida, de cohesi¨®n social y de convivencia intercultural.
Tras 25 a?os de avances colectivos, el reto de una Barcelona m¨¢s inclusiva e igualitaria sigue vivo y apasionante. Lo afrontamos con ilusi¨®n y respeto, partiendo de valores de solidaridad, de la complicidad interinstitucional y del impulso sincero a la participaci¨®n social.
Ricard Gom¨¤ es concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona.
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