"La amenaza de la inmigraci¨®n es la marginalidad"

En su ¨¦poca de alcalde de Valencia entre 1979 y 1988 orient¨® hacia el Mediterr¨¢neo los ejes de su pol¨ªtica, incluso tuvo el designio de impulsar una instituci¨®n similar a la que ahora acaba de incorporarse tras presidir la Uni¨®n de Ciudades del Mediterr¨¢neo. Sin embargo, no encontr¨® el apoyo pol¨ªtico para hacerlo. En 1996 fue administrador de la Uni¨®n Europea en Mostar y en la actualidad es miembro del Comit¨¦ Federal del PSOE.
Pregunta. ?Qu¨¦ retos le impone este nombramiento?
Respuesta. He tenido siempre esa vocaci¨®n mediterr¨¢nea y de componedor, creo que el curr¨ªculo lo acredita. En este caso es un prueba de confianza de tres instituciones que merecen un gran cr¨¦dito: el Ministerio de Exteriores, la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona. Y una prueba de confianza del presidente de la Generalitat, que es quien me ha designado. El origen m¨¢s inmediato del Institut es el de Proceso de Barcelona de 1995, de reencuentro de los pueblos mediterr¨¢neos y de la cooperaci¨®n econ¨®mica, social y pol¨ªtica, la estabilidad y la paz.
"Las instituciones catalanas y valencianas no pueden estar de espaldas"
"Tras el 11-M el di¨¢logo entre las dos partes del Mediterr¨¢neo es m¨¢s necesario que nunca"
P. Son conceptos desacreditados en los ¨²ltimos tiempos.
R. S¨ª, durante la ola conservadora. La idea del Institut es las ant¨ªpodas de las Azores. Estamos por la cooperaci¨®n y el di¨¢logo en el momento en que se sabe que es cr¨ªtico. El Institut quiere contribuir a ello reuniendo a gente conocedora, cooperando directamente en misiones econ¨®micas. Queremos analizar en 2005 qu¨¦ ha pasado: los Balcanes no se han estabilizado, Chipre est¨¢ sobre la mesa, hay que ver si Turqu¨ªa forma parte de la Uni¨®n Europea o no, y las relaciones prioritarias desde Barcelona y Valencia con el Magreb. La violencia que se ha creado en los ¨²ltimos tres a?os en Marruecos es la peor herencia que tendr¨¢ el nuevo Gobierno de Espa?a, y ah¨ª el Institut, como instituci¨®n com¨²n y acreditada, puede ser un veh¨ªculo magn¨ªfico. Mi primera misi¨®n es ir a Libia, precisamente.
P. ?Usted ve a Turqu¨ªa en la Uni¨®n Europea?
R. S¨ª. Hay cinco millones de turcos dentro de Europa, y alg¨²n pa¨ªs tiene hasta tres millones: la segunda ciudad turca es Berl¨ªn (Polonia es el caballo de Troya de los Estados Unidos, porque Chicago es la segunda ciudad polaca, y de alg¨²n modo tenemos que compensarlo). Las relaciones econ¨®micas y sociales son intens¨ªsimas, y adem¨¢s, tener un r¨¦gimen isl¨¢mico que es laico y al ej¨¦rcito turco controlado de aventuras nos conviene.
P. Despu¨¦s del 11-M...
R. El di¨¢logo entre las dos partes del Mediterr¨¢neo es m¨¢s necesario que nunca. La Administraci¨®n norteamericana no percibe tan claro como nosotros cu¨¢les son lo peligros. Hay millones de personas de menos de 20 a?os en un mundo comunicacional en el que ellos perciben los mensajes de aqu¨ª. Negar eso es tirarse piedras encima.
P. ?Lo que separa a ambas riberas del Mediterr¨¢neo es la religi¨®n o la econom¨ªa?
R. La econom¨ªa es interdependiente, y cada vez m¨¢s. A menudo los gobiernos no se han enterado, y ¨¦ste que hab¨ªa no se ha enterado nada. Nuestros empresarios ya est¨¢n en Marruecos, Argelia, Libia o Egipto. Y al rev¨¦s, tenemos a millones de inmigrantes aqu¨ª. Esa interdependencia ya est¨¢, lo que no hay es una relaci¨®n pol¨ªtica y cultural fluida. Me desmentir¨ªa: cultural a nivel de acciones privadas, s¨ª. Hay iniciativas muy buenas, pero como pol¨ªticas estatales no. Quiz¨¢ s¨®lo Francia y Alemania las tienen.
P. ?La amenaza terrorista islamista se soluciona s¨®lo con di¨¢logo?
R. Esa amenaza es real. No se combate s¨®lo poniendo barreras policiales, eso ha quedado claro. S¨ª que se combate en un esfuerzo de di¨¢logo descomunal. Vamos a ver en el F¨°rum Barcelona qu¨¦ da de s¨ª ese encuentro multicultural, porque la multiculturalidad existe.
P. A menudo la multiculturalidad ha servido de excusa a algunos jueces para exculpar a padres musulmanes de matar a sus hijas.
R. S¨ª, es cierto. Hay que entender por multiculturalidad que hay un sistema de valores que contiene la Carta de las Naciones Unidas, y que ese sistema, que son las declaraciones solemnes del siglo XVIII al XX, deber¨ªa de ser com¨²n. Otra cosa son los factores identitarios o de referencia para cada uno. ?se es el camino que habr¨ªa que hacer de Turqu¨ªa a Marraquech.
P. ?Qu¨¦ tenemos que hacer nosotros con los inmigrantes y qu¨¦ tienen que hacer ellos con nosotros?
R. Nosotros hemos sido emigrantes: yo lo he sido en Alemania. Yo llegu¨¦ sin papeles en 1963 y lo primero que me hicieron son los papeles. Despu¨¦s, me sindicaron para exigir mis derechos como trabajador invitado. Y ¨¦se es el camino: la plena normalidad y la plenitud de derechos. Y a cambio, las mismas obligaciones que tienen los ciudadanos que acogen, de respeto a las instituciones y al sistema de valores, que es lo que permite que haya inmigrantes. ?sa es la contraprestaci¨®n. Y alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que plantear tambi¨¦n la plenitud de derechos civiles, entre los que est¨¢ el voto.
P. Con la inmigraci¨®n, las ciudades de Europa comparten los espacios pero no los tiempos.
R. Hay un enorme riesgo de guetizaci¨®n. Es el gran problema. Todo sucede en las ciudades, que es una frase de Octavio Paz. Yo creo en el papel mediador de la ciudad. Donde tienen derecho al voto urbano, la conflictividad es menor, sin excluir la conflictividad. Recuerdo el caso de Estrasburgo, con el 22% de poblaci¨®n magreb¨ª, donde ya hay un teniente de alcalde musulm¨¢n. ?Qu¨¦ pol¨ªticas pueden hacer las ciudades? Evitar la guetizaci¨®n, evitar que exista el barrio de los kurdos, el barrio de los turcos, el de los magreb¨ªes. Eso implica pol¨ªticas activas de vivienda, una intervenci¨®n. Durante a?os, en muchas administraciones locales de Espa?a y Europa, los conservadores han estimulado por inacci¨®n la marginalidad. Los casos de Par¨ªs y Marsella son muy sintom¨¢ticos. La marginalidad es la gran amenaza de la inmigraci¨®n.
P. No hay voluntad de mestizaje.
R. Por parte de nadie. S¨®lo se ha producido mestizaje entre afinidades: matrimonios mixtos entre polacos y alemanas, cosa que era impensable en 1945, pero es muy raro un turco y un alemana. El gran esfuerzo es hacer compartir el sistema de valores y mantener la complicidad en los signos identitarios que no causen repugnancia, como por ejemplo la ablaci¨®n clit¨®rica.
P. Algunos sectores laicos no le perdonan que como alcalde de Valencia ofreciera un solar para levantar una mezquita.
R. La donaci¨®n se efectu¨® para hacer un centro cultural isl¨¢mico que ten¨ªa un oratorio.
P. Se han invertido los t¨¦rminos.
R. Habr¨ªa que preguntar por las responsabilidades porque el convenio se firm¨® entre el Ayuntamiento, la Organizaci¨®n de Ciudades ?rabes y la Federaci¨®n Musulmana. Ambas partes ten¨ªan obligaciones de crear una biblioteca, traducciones,... Que yo sepa no se ha hecho nada. Se ha permitido convertir lo que era un instrumento cultural en un templo de oraci¨®n.
P. En esta parte del Mediterr¨¢neo tambi¨¦n hay otro tipo de tensi¨®n entre Barcelona y Valencia.
R. Eso es intolerable. Estas dos sociedades y sus instituciones no pueden estar de espaldas. S¨®lo hay que coger el Euromed cualquier d¨ªa y a cualquier hora y escuchar las conversaciones de m¨®vil para constatar los negocios que se hacen entre Barcelona y Valencia. Yo lo he definido como competencia cooperativa, es decir hay que competir y el que sea m¨¢s listo que se lo quede. Pero hay que cooperar. Es insensato que no haya alta velocidad de ancho europeo entre Alicante y Barcelona. Es una r¨¦mora que pagaremos car¨ªsima. ?Eso ser¨¢ favorecer a Barcelona? No: si t¨² eres listo, el puerto de Valencia puede ganar. Necesitamos ese instrumento de conexi¨®n con la red, y eso le conviene tambi¨¦n a Barcelona.
P. Esa competencia econ¨®mica puede sustanciar de nuevo la amenaza vaporosa del anticatalanismo.
R. Al contrario, la competencia es san¨ªsima. Nuestro espacio natural se llama eurorregi¨®n y que nadie se moleste: forma parte de la Constituci¨®n europea que vamos a aprobar de aqu¨ª a unos meses. Es nuestro espacio, el que ha sido siempre. Necesitamos un camino hacia Europa, y desde hace 2.000 a?os va por la costa.
P. La mala relaci¨®n...
R. Yo creo que es institucional. Lamento decir que, incluso cuando estuvimos nosotros en la Generalitat, no se han hecho bastantes esfuerzos por normalizar la relaci¨®n. No es posible que no haya relaci¨®n institucional cuando las relaciones econ¨®micas y sociales, incluso afectivas, est¨¢n a la orden del d¨ªa.. Hay que hacer un esfuerzo, y yo desde luego me aplicar¨¦.
P. ?Para qu¨¦ necesita Valencia a Barcelona y para qu¨¦ Barcelona a Valencia?
R. El espacio econ¨®mico es el mismo. Tenemos lo que llaman sinergias. Es una suerte tener una gran capital metropolitana que estructura un territorio que va de Montpelier a Alicante y formar parte de ¨¦l. Y al rev¨¦s, nosotros tambi¨¦n tenemos ventajas comparativas y de capacidad de competencia que le vienen muy bien a Barcelona. Lo que no es posible es pensar que competir significa excluir. T¨² haces el F¨°rum y yo la Copa del Am¨¦rica. Perfecto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma

Archivado En
- Ricard P¨¦rez Casado
- Pa¨ªses mediterr¨¢neos
- VII Legislatura Catalu?a
- Declaraciones prensa
- Comunidades aut¨®nomas
- Parlamentos auton¨®micos
- Generalitat Catalu?a
- Gobierno auton¨®mico
- Geopol¨ªtica
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Catalu?a
- Parlamento
- Gente
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Sociedad