La casa que se salv¨® de la piqueta
El edificio Fuster, construido en Barcelona en 1911, estuvo cerca de ser un rascacielos y reabrir¨¢ como hotel tras una gran reforma
Pod¨ªa haber ocurrido, pero no ocurri¨®. En la d¨¦cada de 1960, con el porciolismo en pleno apogeo, Barcelona crec¨ªa desordenadamente y derribaba casas en nombre del furor desarrollista. La casa Fuster, una obra modernista construida entre 1908 y 1911, estuvo en peligro pero se salv¨® de la piqueta. Gracias a ello, Barcelona va a recuperar en pocas semanas una casa que se considera la ¨²ltima gran creaci¨®n del arquitecto Llu¨ªs Dom¨¨nech i Montaner. Tras a?o y medio de obras, la casa ser¨¢ un hotel de lujo despu¨¦s de haber sido edificio de viviendas y oficinas, y sede hist¨®rica de la Empresa Hidroel¨¦ctica del Ribagorzana (Enher).
De la casa Fuster es dif¨ªcil decir que no se ha reparado nunca en ella porque cierra el paseo de Gr¨¤cia y lo estrecha arriba cuando nace la calle Gran de Gr¨¤cia. Enher compr¨® el inmueble en 1962 y tuvo como primera intenci¨®n derribarlo para construir "un rascacielos", seg¨²n recoge la propia empresa en un documento sobre la historia de la casa.
La obra modernista de Dom¨¨nech en el paseo de Gr¨¤cia recupera el antiguo caf¨¦ del chafl¨¢n
Casi un siglo despu¨¦s de nacer, la reapertura como hotel traer¨¢ algunas novedades. Se reabre al p¨²blico el caf¨¦ de la planta baja, que fue el Caf¨¦ Vien¨¦s en la d¨¦cada de 1940, con sus 26 columnas, que han sido restauradas siguiendo el modelo original. Una parte del piso principal, donde viv¨ªa la familia Fuster, ser¨¢ un restaurante, y la terraza tendr¨¢ otro restaurante, explica el arquitecto de la obra, Josep Riu, socio del estudio GCA. La empresa Hoteles Center, la nueva propietaria de la casa, se ha gastado en ella 68 millones de euros.
La propiedad ha recuperado los seis pin¨¢culos que remataban la torre del edificio y que cayeron durante la Guerra Civil, dice Riu. Tambi¨¦n se ha limpiado y repuesto el m¨¢rmol y la piedra de la fachada, que ya se puede comtemplar. Y se han restaurado docenas de columnas, uno de los signos arquitect¨®nicos habituales en Dom¨¨nech en varias de sus obras como El Palau de la M¨²sica o el Hospital de Sant Pau.
La antigua entrada de carruajes desde el paseo de Gr¨¤cia ser¨¢ el vest¨ªbulo del hotel con sus aceras y sus 17 columnas. Se han repuesto ocho templetes en el cuarto piso de la casa, que dan al paseo de Gr¨¤cia, a Gran de Gr¨¤cia y a la calle de Gr¨¤cia. En cambio, no ha sido posible recuperar la cer¨¢mica original que cubr¨ªa la parte alta del edificio y se ha optado por la pizarra, que ya se hab¨ªa utilizado antes, dice Riu.
La casa tiene historia. El matrimonio formado por Consuelo Fabra y Mariano Fuster mand¨® construirla tras derribar otro edificio que hab¨ªa en el solar y que hab¨ªa sido la f¨¢brica de Chocolates Juncosa, seg¨²n recoge una publicaci¨®n de Enher. Fue en 1908, cuando la familia, Fuster, que viv¨ªa en la Rambla de Canaletes, encarg¨® la construcci¨®n de su nueva mansi¨®n a Dom¨¨nech i Montaner, que hab¨ªa triunfado con construcciones como la casa Lle¨® Morera, los citados Palau de la M¨²sica o el Hospital de Sant Pau.
Fuster, de profesi¨®n abogado y que actuaba como representante de su esposa, que era la propietaria de la finca, pag¨® al Ayuntamiento 37.169,81 pesetas de la ¨¦poca por los derechos para construir el nuevo edificio, seg¨²n consta en el Archivo Municipal Administrativo de Barcelona. Fuster no estuvo de acuerdo con esta cantidad y reclam¨® al municipio. En el archivo se puede ver que el 29 de mayo de 1911 Fuster envi¨® una carta al Ayuntamiento para pedir que se revisara la cubicaci¨®n de la casa para rebajar el impuesto. En una carta de su pu?o y letra, Fuster no escatimaba argumentos y hacia notar que "al proyectar [la casa] con el arquitecto Luis Dom¨¨nech Montaner se ha tenido en consideraci¨®n el incremento que toma Barcelona (...) y la conveniencia de hermosearla con edificios monumentales". Fuster acababa su carta pidiendo al municipio que "mire con benepl¨¢cito a todos aquellos que persiguen el embellecimiento de Barcelona para que ma?ana sea la admiraci¨®n de propios
[el error ortogr¨¢fico es del original] y estra?os y emprenden obras que van a proporcionar mucho trabajo a la clase obrera".
A principios de la d¨¦cada de 1920 compr¨® la casa Jaume Ymbert y desde 1962 fue propiedad de Enher, un emblema del exinto Instituto Nacional de Industria (INI), del almirante Juan Antonio Suances, que instal¨® all¨ª su sede. Pese a su deseo inicial de construir all¨ª un rascacielos, la empresa abandon¨® enseguida su idea de derribar el edificio tras una campa?a popular en contra.
A finales de la d¨¦cada de 1970 el edificio estaba realmente decadente, por fuera y por dentro. Los periodistas que acud¨ªan a las ruedas de prensa de la el¨¦ctrica ve¨ªan de pasada el deterioro. En una de las primeras rehabilitaciones que se hicieron con la llegada de la democracia, Enher decidi¨® remozar parcialmente el inmueble en 1978. Eran a?os durante los cuales mandaban all¨ª algunos prohombres de la electricidad como Francisco Guarner, el consejero delegado, al que le toc¨® convivir con presidentes como Eduardo Punset, en ¨¦poca de UCD, y luego con Alfredo Pastor, en la del PSOE. Feliciano Fuster, el patr¨®n de Endesa que acab¨® adquiriendo la empresa en la d¨¦cada de 1990, ya figuraba en los consejos de administraci¨®n de Enher de la ¨¦poca, junto con otro hist¨®rico del consejo, el economista Fabi¨¢n Estap¨¦.
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