Elecciones a rector, el d¨ªa despu¨¦s

La experiencia es la madre de la ciencia, por lo que parece oportuno, el d¨ªa despu¨¦s, realizar algunas reflexiones en torno a las elecciones a rector. Me permito, en primera instancia, expresar opini¨®n en contra de c¨®mo se ha dise?ado el tema del voto anticipado. La Secretar¨ªa de este centro ha sufrido, debido a la amplia participaci¨®n del alumnado, una presi¨®n insoportable, lo que se ha traducido en una gran dificultad para sacar adelante el trabajo diario, con el consiguiente descontento de los funcionarios afectados. Este trabajo extra ha reca¨ªdo en numerosas ocasiones en la propia jefa de Secretar¨ªa, por citar uno de los desprop¨®sitos. Los intentos que se han hecho ante la Gerencia para conseguir personal de apoyo transitorio para satisfacer esta urgente necesidad (y otras coyunturales explicitadas) han resultado infructuosos y las f¨®rmulas alternativas sugeridas por la misma, inaplicables.

Por otra parte, dado que los candidatos a rector despiertan tanto simpat¨ªas como antipat¨ªas, el voto anticipado, tal como se ha dise?ado, se presta a que profesores y alumnos que defienden una opci¨®n determinada, dependiendo de los centros y de sus intereses particulares, utilicen de forma continua las aulas en horas de clase (propias y ajenas) para hacer apolog¨ªa de uno u otro candidato. Este supuesto se exacerba, a veces, cuando se forma parte de una candidatura o se entiende que actuando en esa direcci¨®n se participa de los beneficios que podr¨ªa suponer apoyar al rector de turno. Esto sienta precedentes peligrosos para la salud democr¨¢tica y conduce a enfrentamientos absurdos entre el profesorado del centro y a un deterioro innecesario de la convivencia, tan preciada.

En resumen, el voto anticipado tal como se ha dise?ado carece del necesario control, se presta a indeseables manipulaciones y favorece la tentaci¨®n de generar un comercio de votos si se encuentra un terreno abonado, conduciendo, dado el caso, a resultados electorales en el Sector C, alumnos at¨ªpicos cualitativa y cuantitativamente. Todo ello, en aras de la pureza y transparencia que ha de caracterizar a los procesos electorales, donde deben respetarse, entre otros principios, los de equidad e igualdad.

En futuras elecciones, con car¨¢cter previo al pistoletazo de salida, me permito tambi¨¦n opinar, los candidatos a rector deber¨ªan comparecer ante un ¨®rgano neutral donde se les leyera unas m¨ªnimas normas y recomendaciones que pudieran conformar una especie de c¨®digo de conducta honorable a seguir durante la campa?a, y, adicionalmente, hacerles ver con claridad, con objeto de que se lo trasladen a los miembros de sus equipos, que la palabra amenaza se encuentra desterrada por siempre del diccionario electoral de esta universidad.

La experiencia es la madre de la ciencia. Nunca m¨¢s.